El impacto (hasta ahora) de Trump en el resto del mundo

-Francisco Villagrán de León / MIRADA SOBRE ESTADOS UNIDOS: ¿HACIA DÓNDE VA TRUMP?

El impacto de la llegada de Trump a la Presidencia de los Estados Unidos causó una incertidumbre y preocupación alrededor del mundo y los efectos adversos apenas comienzan a sentirse.

En el ámbito de la seguridad global han aumentado las tensiones y Trump no parece estar interesado en preservar el sistema internacional que Estados Unidos ayudó a construir después de la Segunda Guerra Mundial (a partir de la creación de las Naciones Unidas). Al mismo tiempo, China emerge como una potencia mundial comprometida con sostener los componentes fundamentales del orden internacional y dispuesta a asumir las cargas políticas y financieras que eso conlleva.

En lugar de manejar con prudencia el conflicto con Corea del Norte, Trump proclama que no le preocupa si se desvanece cualquier posibilidad de contenerlo y si se llegara a una conflagración con consecuencias impredecibles. Corea del Norte también tiene capacidades para la guerra en el espacio cibernético (que no se conocen bien, pero se han visto en el ataque a Sony y en el robo de tecnología y de información financiera). Además de ese enorme riesgo (que no se había dado desde la crisis de los misiles con Cuba y la URSS en 1962), Trump está generando un conflicto innecesario con Irán y amenaza con dar por terminado el acuerdo suscrito en 2015 por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EE. UU., Reino Unido, Francia, China y Rusia) más Alemania. Trump acusa a Irán de estar incumpliendo ese acuerdo y advierte que impondrá sanciones económicas contra ese país, lo que sería una violación del mismo y le daría una justificación a Irán para salirse y reanudar el desarrollo de armas nucleares. Sin embargo, los demás signatarios del acuerdo y la Unión Europea sostienen que Irán está cumpliendo con el mismo. Lo que se observa es que Trump fija posiciones maximalistas y cierra los espacios para la negociación con Irán. En Washington, los analistas serios de los temas internacionales coinciden que ese acuerdo no debe litigarse de nuevo y que cualquier acción debe hacerse de común acuerdo con los aliados europeos.

En el ámbito del comercio internacional, Trump parece decidido a desmantelar un sistema de acuerdos de libre comercio que se articuló por iniciativa de los Estados Unidos. Al inicio de su gobierno se salió del Acuerdo Transpacífico (TPP), que busca rebajar las barreras comerciales, establecer un marco común de propiedad intelectual, reforzar los estándares laborales y ambientales, y establecer un mecanismo de solución de controversias a través del arbitraje. China podría llenar ese espacio, que lo ve además como una oportunidad para consolidar su posición como potencia mundial. Con el impulso de un sentido de destino manifiesto, China cree que este es su momento y se prepara para desplazar a Estados Unidos como potencia económica y militar.

Trump ha comenzado además la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con la amenaza de que está dispuesto a darlo por terminado. Trump aborda las negociaciones internacionales con el mismo criterio que utiliza en sus empresas y con la convicción de que tiene que ganar y los demás tienen que perder. Pero las negociaciones con otros países no son así, particularmente las de naturaleza comercial, y para dar resultados todos tienen que ganar algo. La balanza comercial con Canadá y con México es favorable a Estados Unidos (el superávit combinado de servicios y bienes manufacturados es de $ 11.9 billones). Estados Unidos propuso la semana pasada una clausula de terminación automática del Tratado en 5 años a menos que se llegue a un acuerdo para mantenerlo vigente, lo que generaría mucha incertidumbre y sería un incentivo para que las empresas busquen lugares con condiciones más estables para la inversión. Estados Unidos también quiere cambiar las reglas de origen para la industria automotriz, aumentar las tarifas arancelarias para las partes hechas en México y en Canadá, y el requisito de que al menos el 50 % de las mismas sean producidas en Estados Unidos. De acuerdo con el editorial del Wall Street Journal de hace pocos días, eso perjudicaría a México pero no conllevaría el regreso de puestos de trabajo. El daño a la industria automotriz en Estados Unidos sería significativo si se terminaran las ventajas comparativas de la red de cadenas productivas en ese sector. Y el daño en el sector agrícola sería todavía mayor de acuerdo con análisis de las organizaciones de productores. Más de 300 cámaras de comercio estatales y locales firmaron una carta hace pocos días pidiendo una posición más constructiva en las negociaciones del TLCAN y no eliminar el Tratado.

Por último, la salida del Acuerdo sobre Cambio Climático causará aún peores consecuencias alrededor del mundo. Trump ve con desdén la opinión de los científicos y la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) ha comenzado a desmantelar las regulaciones sobre esa materia. La producción de carbón está comenzando, algo que Trump prometió a sus electores en regiones con alto desempleo y economías deprimidas. Pero la producción de gas y la generación de energía solar y eólica han crecido bastante, sus costos han bajado y como resultado la electricidad a base de carbón ya no es rentable. A pesar de los cambios en la matriz energética en años recientes, Estados Unidos es el segundo emisor de monóxido de carbono en el mundo y eso representa la quinta parte de las emisiones globales.

Trump dice que Estados Unidos es primero, y eso no significa, como en el pasado, que quiera ser el país preeminente y dominante, sino que no le importa el resto del mundo. No le importa el daño que puedan ocasionar sus políticas internas o sus acciones a nivel global. El impacto adverso de las mismas se verá en el corto, mediano y largo plazo. Y podría ser devastador.

Francisco Villagrán de León

Diplomático retirado, ahora en la Universidad George Washington, en Washington DC. Sigue siempre con preocupación y con mucho interés los acontecimientos en nuestro país. Mantiene la esperanza que se fortalezcan sus instituciones y se consolide la democracia, consciente que eso tomará tiempo. Hay que contribuir a ese propósito desde espacios como gAZeta, y sobre todo hay que apoyar a los jóvenes que quieran asumir con convicciones democráticas el reto y la responsabilidad de lograrlo.

Mirada sobre Estados Unidos: ¿hacia dónde va Trump?

2 Commentarios

Gil Zu 05/11/2017

Que esta sucediendo en las entrañas de los Estados Unidos donde una multitud de personas llenan calles y avenidas protestando en contra del sistema. No pocos auitomovilitas colocaron calcomanias atras de sus autos donde se lee THE WAR IS HELL. El movimiento pro Bernie Sanders ha crecido mas que el que tiene Hilary Clinton. The Schiller Institute dirigido por el Republicano Socialista LIndon Larouche se ha vuelto un poder informativo que denuncia las guerras y la intromision en asuntos internos que afecta a la clase media de parte de Elites Multimillonarias. La mayoria de estos ciudadanos abogan por SOCIALIZAR EL SISTEMA CAPITALISTA para terminar con las desigualdades, racismo y con las guerras.

Luis Pedro 24/10/2017

Excelente. Como siempre.

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