Francisco Cabrera Romero | Política y sociedad / CASETA DE VIGÍA
La educación bilingüe intercultural, conocida como EBI, eventualmente como EBMI y en otras realidades como EIB, refiere los procesos educativos basados en dos idiomas y dos culturas. Para nuestro caso, generalmente hablamos de un idioma de los pueblos originarios y el español.
Aunque cada uno de esos nombres puede referirse a conceptos y enfoques diferentes, unos más complejos que otros, vamos a referir aquí el nombre de EBI para facilitar la lectura, con base en tres criterios: primero, porque no hay un acuerdo social ni académico respecto a que uno de los anteriores está plenamente aceptado; segundo, porque EBI es el de uso más extendido y de hecho es el que viene referido en procesos significativos como en los Acuerdos de Paz (1996) y la reforma educativa (1998); tercero, porque la legislación nacional en su mayoría refiere este nombre y para este análisis es importante el hecho de que la ley así lo establezca.
En cualquier caso, la EBI es uno de los componentes menos desarrollados del sistema educativo, lo que debe ser no menos que una vergüenza, siendo que aún con los dudosos métodos del censo de la población habría no menos del 40 % de población originaria, esto, en un país civilizado, sería motivo más que suficiente para que toda la población aprendiera dos de los llamados idiomas nacionales.
Pero aquí no, aquí la retórica de oposición va desde la imposibilidad de concretarla siendo tantos los idiomas, hasta los que siguen afincados en el siglo XIX o más atrás, de donde se desprenden argumentos por demás superados, como aquellos de que la EBI constituye atraso, división del país o similares. Ideas (si se les puede llamar así) propias de esquemas mentales no solo alejados de las ciencias sino que pretenden estar por encima de la evidencia.
Este artículo no pretende regresar a etapas conceptuales decimonónicas para explicar por qué la EBI debe ser parte constitutiva del sistema educativo. No es un artículo para alfabetizar al respecto, esfuerzo que por lo dicho antes resultaría ocioso ante quien, contra todo argumento, insistiría en que la EBI es para confrontar.
Así que vamos a examinar el asunto desde la perspectiva de la política educativa y de las razones por las que hoy estamos frente a un momento especialmente aséptico sobre el asunto.
Cuando más termina en menos
Hay quienes afirman que los mejores momentos de la EBI sucedieron hacia los años ochenta, y viendo lo que ha sucedido después, es difícil encontrar argumentos para contradecirles. En 1984 se crea el Pronebi y pasa a ser una acción con pretensiones de programa nacional aunque de alcances geográficos muy limitados. En cambio, con un empuje prometedor y una energía social que parecía tener en su fondo un proyecto alcanzable.
Los cambios institucionales posteriores consiguieron elevar la jerarquía formal de la EBI pero no tuvieron en cuenta que eso sucedía en un escenario que tiene poco que ver con la realidad terrenal. En 1995 el Pronebi se convirtió en Digebi y parece que en ese trance se hubieran perdido la fuerza, la identidad y la convicción. Posteriormente, en 2003 se creó el Viceministerio de Educación sin que hasta hoy hayamos visto el impacto de tal medida.
Cuanto más desarrollo y mayor jerarquía alcanzó la dirección de las políticas de EBI, menos correspondieron los efectos reales con las expectativas. Los promotores bilingües de los ochenta no tenían una gran formación académica, pero eran militantes y la EBI sucedía en las aulas.
Grandes cosas pasan en la estratósfera
Las políticas escritas han tenido cada vez más contundencia, se escriben de forma casi impecable, son cada vez más abarcadoras y justificadas en los progresos de las ciencias de la educación: pero nadie se entera. Allá en la montaña, en la aldea, en la escuelita donde sucede la educación, no pasa mucho.
Son incontables los folletos, las guías docentes, los libros de lectura en diferentes idiomas, los afiches y otros materiales en cuya preparación generalmente se invierten muchas energías y se colocan tantas expectativas. Para que meses después vayan a parar a las zonas oscuras de las direcciones departamentales, esperando la próxima tormenta tropical que las convertirá en basura. Y muchas de aquellas que finalmente llegan a las aulas estarán guardando polvo, esperando a que los textos de las editoriales privadas les dejen un pedacito del escenario, porque el profesor que la recibió no supo qué hacer con una guía que no cubre más que un pequeño trecho de su labor.
Se acumulan las declaraciones, lanzamientos de políticas, presentaciones de proyectos, firmas de convenios de cooperación y otros, saturando la estratósfera. Más abajo, la cotidianidad abruma el acto educativo que parte de las mismas viejas y viejísimas prácticas.
Por ejemplo, la número cinco de la Políticas Educativas, emitidas por el Consejo Nacional de Educación y vigentes de 2010 a la fecha, dice:
Política:
Fortalecimiento de la Educación Bilingüe Multicultural e Intercultural.
Objetivos estratégicos:
1. Fortalecer programas bilingües multiculturales e interculturales para la convivencia armónica entre los pueblos y sus culturas.
2. Implementar diseños curriculares, conforme a las características socioculturales de cada pueblo.
3. Garantizar la generalización de la Educación Bilingüe Multicultural e Intercultural.
4. Establecer el Sistema de acompañamiento técnico de aula específico de la EBMI.
Hay un canal roto. Dos mundos, por lo menos. La teoría y la práctica. Una contradicción explícita.
Una realidad: cada vez menos niños aprenden en su idioma. En 2012, en el marco de la nueva FID, se decidió prescindir de la formación de nuevos docentes bilingües. ¡Justo lo que faltaba!
De las aulas a las escuelas bilingües
Hasta ahora solo hemos conocido el modelo de aulas bilingües, típicamente limitadas a los primeros grados, de modo que no es extraño encontrar una escuela en la que se declaran bilingües solo uno o dos de los seis grados. Entonces, con suerte, un año sí y otro no y otro tampoco. Es la realidad. No se construye EBI así. Imposible pensar un plan de bilingüismo.
La burocracia y la debilidad de las unidades a cargo de la EBI han impedido que se trascienda a escuelas completamente bilingües. Donde se pueda planificar una estrategia de al menos seis años, tras los cuales se garantice al menos el buen dominio de las cuatro competencias en dos idiomas.
No es fácil, docentes monolingües son protegidos para mantener su plaza que no sirve en contextos bilingües. Así es y así seguirá siendo mientras no exista una acción inteligente y sistemática de formación de nuevos docentes en tantos idiomas como existen y en la cantidad que sea necesaria para cada uno.
El llamado bono por bilingüismo aportó más confusión. Tampoco es extraño encontrar docentes monolingües con bono por bilingüismo. Y otros que dicen ser bilingües que se niegan a trabajar de forma tal.
Los padres y madres de familia también juegan un rol, generalmente guiados por un sentido práctico, como pasa en cualquier parte. Ese sentido práctico les dice que la escuela debe enseñar solo español porque eso les dará mejores herramientas para la vida y los hará menos vulnerables ante la sociedad racista.
Por su parte, rara vez un docente se preocupa por explicarles por qué es inadecuado alfabetizarlos en un idioma que no es el que mejor dominan y qué significa la competencia bilingüe.
La ley es la ley, pero no basta
Si de leyes se tratara, el problema estaría resuelto. En la gestión entre 2000 y 2003 se dieron varios de los hechos más importantes para la educación del país. Entre ellos, se aprobaron leyes sobre EBI. En particular son importantes la Ley de Idiomas Nacionales y la Ley de Generalización de la Educación Bilingüe Multicultural e Intercultural, que se suman a la legislación internacional como el Convenio 169 de la OIT y otros.
Son mandatos claros, no recomendaciones, no opcionales. Pero el hecho es que no han podido llevarse a la práctica. Los esfuerzos realizados siempre son limitados en cobertura, en calidad y destinatarios. Hasta hoy, la EBI es solo para indígenas. Y el sistema educativo es incapaz de concretarla.
¿Qué corresponde cuando una ley no se cumple? Aquí se ha dejado que la ley muera sola. Está visto que la ley por sí sola no camina, requiere de alguien que la impulse, que la pida, que la reclame. ¿Quién está pidiendo EBI?
En 2016, las Autoridades Ancestrales de la Antigua Santa Catarina Ixtahuacán, luego de diez años de esfuerzos, hicieron valer la ley y consiguieron que la Corte de Constitucionalidad sentenciara que debe haber EBI para las escuelas de sus comunidades y para todas las que así lo soliciten. Se trata de un proceso inédito en el que un conjunto de comunidades vence legalmente al Estado por el reclamo a una educación en su idioma. El proceso de cumplimiento aún está en curso.
El fantasma de la EBI
La EBI es un fantasma, cuando podría ofrecer un enorme potencial para el aprendizaje, reducir e incluso acabar con el vergonzoso fracaso escolar, potenciar la capacidad intelectual, el postrer bienestar económico y la autoestima de millones de niños y jóvenes; dar lugar al conocimiento mutuo de los pueblos que vivimos juntos y mejorar la convivencia.
Como fantasma: se habla de ella, alguien dice que la vio en algún lugar, alguien recuerda haber escuchado al respecto, hay quienes creen que existe y quienes creen que no.
Lejos han quedado los tiempos de los promotores de EBI o la euforia reivindicadora de los 500 años. Incluso los inicios de la reforma educativa donde la EBI iba al frente y un amplio grupo de organizaciones e intelectuales discutían, aportaban y proponían. Hoy es poco o nada lo que se discute al respecto. Incluso se acabó la expectativa.
Un fantasma que vive en la tradición oral de los discursos políticos y las promesas de campaña. Por allá dispersos, algunos esfuerzos no gubernamentales que valen la pena. Es lo que hay.
Imagen principal tomada de Seguimos educando.
Francisco Cabrera Romero

Educador y consultor. Comprometido con la educación como práctica de la libertad, los derechos humanos y los procesos transformadores. Aprendiente constante de las ideas de Paulo Freire y de la educación crítica. Me entusiasman Nietszche y Marx. No por perfectos, sino por provocadores de ideas.
6 Commentarios
Me parece una buena síntesis de lo q supuestamente existe, existió, o lo q queda d ello. También hay q recordar q hay un proceso penal a favor d la EBI para los pueblos indígenas especialmente para comunidades de la antigua Santa Catarina Ixtlahuacán y q las autoridades anteriores se hicieron de la la vista gorda y oídos sordos para su cumplimiento. Y es q ellos antes de llegar allí predicaban y subsistian de la EBI. Q ajaw nos ayude para q esa EBI comience en casa de cada uno de los mayas hablando el idioma materno para no cargar toda la culpa a la educación sistematizada. … Gracias Chico por recordarse de la EBI.
Estimado Francisco, oportuna columna, gracias.
Oportuna por el tema y gracias, por el tiempo invertido para este excelente recordatorio del pasado reciente y no muy reciente de la educación bilingüe intercultural en el país. Ciertamente se ha tenido avances en el área técnico pedagógica, política administrativa, y en la formación del recurso humano, entre otras, como bien se describe.
Pero esos avances no resultaron ser muy efectivos, oportunos y sobre todo de calidad. De lo contrario no se estaría hablando del surgimiento de dicho fantasma. Porque si voluntariamente lo adoptamos, seguro que muchos de nosotros habremos sido los progenitores de dicho espectro. Unos por complicidad, otros por omisión y quizás otros, por incapacidad.
Pero en mi caso, resisto aceptar esta sentencia. Porque con la pandemia he visto el poder de los idiomas indígenas para la cohesión comunitaria y, sobre todo, lo efectivo en cumplir con su función comunicadora, para hacer frente al abandono histórico de las comunidades más lejanas del país, en materia sanitaria.
Me pregunto. ¿No será que llegó el momento de empezar de abajo hacia arriba? Pensémoslo.
Aunque parezca arar en el desierto Francisco, éste, tu articulo, debe tener seguimiento, porque levanta el ánimo a los que aún siñamos, a pesar de esta pesadilla. El Creador te ilumine siempre. Un abrazo.
Gracias, Sebas. Cada esfuerzo suma, pero hace falta mucho. La tendencia no es buena, hay necesidad de revertirla. Me preocupa que veo mucho menos organización y acción sobre el asunto. Parece que hay una suerte de conformismo.
Mientras tanto no se permite rendirse. Queda mucho por hacer.
Estimado Francisco, me parece que has descrito una radiografía casi perfecta de lo que ha sido y es la EBI en Guatemala. Casi le pones una lápida al final de tu articulo como un EPD.
Tu autor y tambien mio, preferido de los años ochenta, alguna vez dijo «la educacion es eminentemente politica con implicaciones pedagogicas» (Paulo Freire)y no al reves como muchos lo entienden ahora, incluso los doctores en educacion que ahora abundan entre nosotros.
Tal vez no hice mucho en mi paso por el Mineduc, despues de la debacle de la gestion, al poco tiempo que yo ingresé, pero aprendí o mas bien ratifiqué mi conviccion de que la EBI nació, creció (institucionalmente) paralelo al Mineduc, y como una mancha que casi nadie en el Ministerio lo quiere tocar porque se mancha y se contaminaría de EBI, porque es para indios. Y como tal que los indios que se acomodaron en el mineduc (DIGEBI), que miren como sale. O el vice EBI que (que tambien es otro indio como aquellos)se las entienda solo con su única Direccion General, porque las demas Direcciones Generales no tienen tiempo para EBI y no les toca, para el ministro igual los demas viceministros tampoco, porque tienen lo suyo, no les toca y se les tocara se manchan, se convierten en fantasma. Y las Direcciones Departamentales, ocupadas en responder rápidamente los requerimientos de las otras Direcciones, menos la de EBI. No es politica central del Mineduc, es solo una mancha es solo para indios, es un fantasmas. Por eso es que algunos vices que nos sucedieron se dedicaron a impilsar ebi ingles español o se dedicaron a defender el puestito, porque despues de esto no hay otro. Quiere voluntad y formacion politica en todos los niveles desde el despacho superior hasta el promotor bilingue ahora con titulo de maestro. Acompañado de un movimiento social como las autoridades ancestrales de Sta Catarina Ixtahuacán. Las base técnicas logradas en el 2011, con contenido fuertemente poltico, esperaban tener continuidad en los proximos períodos de gobierno, sin embargo, nada pasó y se volvió de nuevo un fantasma.
Gracias, Jorge. No cabe duda de tus esfuerzos y de los de otros y otras colegas que han asumido el reto de ocupar cargos públicos. Solo quien ha estado en esa situación sabe la diferencia entre querer y poder.
Esfuerzos ha habido, pero el sistema monocultural y monolingüe es pesado y sumamente arraigado. El caso es que aún falta sumar fuerzas para revertir la tendencia.
Pero esto no aún no acaba.
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