Ruth del Valle Cóbar | Política y sociedad / HILANDO Y TEJIENDO: MEMORIA Y DERECHOS HUMANOS
Sí, así como lo leen… del abogado, no es de la abogada, porque nuestra cultura continúa siendo patriarcal y nuestro lenguaje excluyente.
Hablar del gremio de las leyes sonaría algo lejano a la memoria, si no es porque el presidente del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG) recientemente nos recordó lo que significa la falta de memoria histórica en este país. En esta coyuntura política que asedia a Guatemala, diversos sectores se han pronunciado contra la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), ente de Naciones Unidas que ha venido trabajando desde hace años para fortalecer a la institucionalidad nacional en la detección y expulsión de los cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad, así como grupos del crimen organizado, del entramado institucional del Estado.
Para quienes defendemos la lucha contra la impunidad y trabajamos por el fin de la corrupción, está claro que quienes defenestran a la Cicig lo hacen porque están involucrados en actos reñidos por la ley que, tarde o temprano, van a ser identificados y se les va a perseguir y procesar penalmente por ello. Y se han empeñado en aparentar que es una lucha entre el presidente Morales y el comisionado Velásquez, cuando el tema es más global e integral, no es un pleito personal.
Hace pocos días, el presidente del CANG se manifestó en nombre de todo un gremio al cual no consultó, respaldando al Gobierno en su necedad de que sea nombrada otra persona para dirigir la Cicig.
Hace muchos años que el Colegio de Abogados no es beligerante en la construcción de un verdadero Estado democrático de derecho. Y eso me hizo recordar a grandes juristas como Mario López Larrave, Manolo Andrade Roca, Santiago López Aguilar, Guadalupe Navas, entre otros.
Eran profesionales de primera línea, capaces, brillantes en su materia, comprometidos con cambiar el país, hacerlo democrático y con justicia social, porque vivieron los tiempos de los gobiernos militares, cuando «era delito pensar», como decía Lupita Navas. Defendieron al movimiento sindical y fundaron la Escuela de Orientación Sindical a través de la cual daban cursos de formación a dirigentes sindicales, pero también les daban asesoría jurídica y asistencia a la formación de sindicatos. Asimismo, eran docentes universitarios que formaban a las nuevas generaciones, de donde también salieron juristas comprometidos con las luchas del pueblo.
Mario López Larrave escribió la Breve historia del movimiento sindical en Guatemala, que ha sido un gran aporte para que conozcamos los orígenes del mismo remontados a la época de la «independencia de España». Fue asesinado por fuego de ametralladora cuando salía de su oficina el 8 de junio de 1977 al final de la tarde. Hoy, el auditorio de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos lleva su nombre. Asimismo, la biblioteca del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, donde se encuentran los más de cinco mil libros de su biblioteca personal.
Santiago López Aguilar había sido presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho en la Universidad de San Carlos; luego se convirtió en docente de esa Facultad. En 1978 sufrió un atentado del cual salió herido, pero logró sobrevivir y continuó la lucha por una Guatemala mejor. Fue secuestrado el 16 de febrero de 1984 en el centro de la ciudad; su cadáver apareció cinco días después en la Plaza Berlín, zona 13, cruelmente destruido por golpes de almágana y con alambre espigado enrollado en el cuello.
Guadalupe Navas Álvarez había unido su vida sentimentalmente a Manolo (Manuel Lisandro) Andrade Roca. Juntos batallaban por una Guatemala distinta, en las aulas universitarias, en los tribunales, en la asesoría jurídica a los sindicatos. Escribió El movimiento sindical como manifestación de la lucha de clases, trabajo muy ilustrativo para comprender las expresiones de la lucha de clases y las posibilidades de transformar estructuralmente el país. Manolo fue asesinado el 14 de febrero de 1979 por miembros de seguridad del Estado; había sobrevivido a un secuestro en 1968. Guadalupe Navas fue encontrada muerta el 30 de agosto de 1980 en un hotel de la ciudad de Antigua Guatemala, después de haber sido torturada y envenenada. Las fuerzas del Estado intentaron aparentar que era un crimen pasional, al asesinar también al doctor Dennis Martínez, secretario general de la Universidad Nacional de Nicaragua.
Todos ellos fueron impulsores de los derechos laborales y la lucha por un país justo y humano, como Fito Mijangos López, Johnny Dahinten, Guillermo Monzón Paz, Alfonso Bauer Paiz, y tantos otros que dejaron su vida en los caminos de la patria.
Un homenaje a las abogadas y los abogados que construyen una Guatemala justa, donde los derechos humanos sean respetados y el Estado democrático de derecho sea una realidad de justicia social e igualdad para todas las personas.
Fotografía de Mario López Larrave, tomada de Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.
Ruth del Valle Cóbar

Feminista, defensora de derechos humanos, investigadora social, constructora de mundos nuevos. Ha pasado por las aulas universitarias en Ciencia Política, Administración Pública, Psicología Social, Ciencias Sociales. Transitado del activismo social al político, incluyendo movimientos sociales, organizaciones sociales, entidades gubernamentales y del estado.
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