Roberto Ganddini | Para no extinguirnos / ESPIRAL
Como que se repite la historia o es que la historia es lineal y solo cambia de época, pero sin alterarse, o que el que no conoce de historia tiende a repetir los mismos errores, Cada año, en esta época, nos encontramos con que la sequía provoca principalmente el deterioro en las siembras de mayo, que ya no darán la cosecha necesaria; los granos básicos escasearán en el territorio nacional, pero lo más grave es que muchos campesinos que guardan esos granos para su subsistencia el resto del año, padecerán de hambruna.
Ahora, por la canícula tan prolongada no hay cosecha, bueno, eso dicen los encargados de hacer el análisis de los ministerios que se relacionan con este tema. Siempre se le echa la culpa al tiempo, al calor, a la escasez de lluvia o a los excesos de lluvias.
Según informes de prensa, en el Corredor Seco se perdió el 90 % de las cosechas, estas son irrecuperables en este momento. Cifra aterradora si pensamos que es la subsistencia de millones de personas. Integrantes de comunidades han pedido a las autoridades una evaluación urgente de la situación y que se haga lo correspondiente para brindar apoyo a las familias.
Las pérdidas son grandes en maíz, frijol, trigo, ajonjolí, maicillo y hortalizas. Las autoridades encargadas, repetimos, no han hecho evaluaciones técnicas y científicas para atender la emergencia e implementar programas de apoyo en el mediano y largo plazo, para evitar estas pérdidas y mejorar la producción en benéfico de los campesinos principalmente.
Por el contrario, vemos como el MAGA recortó Q 85.8 millones al presupuesto asignado para asistencia alimentaria, atención a afectados por eventos climáticos y ayuda a la población vulnerable por riesgo a desastres. Eso es un tiro de muerte contra la población afectada, pues si no cuenta con ayuda estatal, no está en posibilidades de sobrevivir, los niños crecen con desnutrición, falta de condiciones higiénicas y la secuela de enfermedades que esto genera, además de que sus órganos, especialmente el cerebro, no se desarrollan de la forma adecuada, los que los condena desde niños a la pobreza y a la falta de oportunidades para estudiar y desarrollarse.
Al contrario, el dinero del MAGA se ha utilizado para la contratación de asesores y personal no indispensable, ahora están solicitando Q 300 millones al Congreso para atender esta emergencia, porque aseguran que no tienen recursos y dicen: «NO SABÍAMOS QUE EL PROBLEMA IBA TOMAR ESTAS DIMENSIONES».
Como siempre lo he afirmado, los planificadores de diversas instituciones no conocen la realidad del país, solo desde sus escritorios y con cifras alteradas, pero lo más dañino es la contratación de personal y uso de los recursos para otras actividades que no sean las de apoyar a las poblaciones afectadas, como los viajes al extranjero sin ningún beneficio para los guatemaltecos o la compra de objetos superfluos.
Como decíamos, cada año tenemos que escribir sobre la pérdida de cosechas en el Corredor Seco. Desde el siglo pasado hemos visto que no se han tomado medidas para corregir este problema. No es con asistencialismo que se arreglará, sino con inversión en infraestructura, tecnificación, mejoramiento de insumos, capacitación, mejoramiento prácticas agrícolas para darle oportunidades a los campesinos a desarrollarse y acompañamiento técnico, en fin, es toda una programación que se debe hacer para lograr el éxito
Los gobiernos de turno no entienden que cuando la población tiene condiciones para desarrollarse, el país también se desarrolla.
Lo que no existe es voluntad política para resolver estos problemas, porque al tener a los campesinos y gente pobre en condiciones de miseria, se aseguran de estar en el poder, obligándolos a votar por algún alcalde, diputado o presidente que los políticos deseen, pero que nunca va llegar para resolver los problemas de la población, sino únicamente para enriquecerse a costa del pueblo.
Las condiciones climáticas influyen demasiado, el cambio climático y el calentamiento global son realidades que vivimos todos, y es allí donde debe estar el conocimiento para hacer realidad lo que los autores clásicos decían: el hombre tiene que dominar la naturaleza, para subsistir, pero ese dominio no es como el dictador a un pueblo, sino es el dominio de utilizar acordemente los recursos naturales y desarrollar técnicas que le permitan mejorar sus condiciones de vida.
En Guatemala no está de más decir que no hay proyectos de riego, de almacenamiento ni de comercialización de los productos, ya que con una planificación eficiente se puede lograr disminuir el hambre y la desnutrición en estos lugares que padecen de sequías e inundaciones.
En este momento, el problema está en manos gubernamentales, que son varias entidades, pero que no tienen voluntad para echar andar un programa de nación para terminar con este flagelo.
Si no existe un proyecto aplicable de nación, jamás saldremos de este problema y el año entrante estaremos escribiendo y señalando los mismos errores. Mientras tanto, nuestro país seguirá siendo un país tercermundista, dominado por la corrupción y la impunidad, sin un programa de nación para alcanzar niveles superiores de desarrollo.
Fotografía tomada de Hondudiario.
Roberto Ganddini

Actualmente trabajo en la Universidad de San Carlos donde soy el Director Administrativo del Centro Universitario Metropolitano (CUM). De formación Agrónomo y con estudios en administración y Economía. Así como un diplomado de Desarrollo sostenible y prevención de desastres (FLACSO). Dentro de los diversas actividades escribo para el periódico de la Universidad de San Carlos especialmente sobre problemas de medio ambiente. Pero también de carácter social y coyuntura actual. Así como problemática interna de la USAC.
Un Commentario
Pero el corredor seco no se va a «componer» por que sí, o porque tenemos la varita de Harry Potter. Yo ya no hago caso de los comentarios porque, como dice el señor Ganddini, es cosa de todos los años. Es como decir que las calles están mojadas porque está lloviendo. (Esta fue una frase en la TV esta mañana). Pues siii, así es. Y no lo podemos cambiar. Podemos prevenir ciertas cosas, pero la naturaleza no. Lo que podemos prevenir es nuestro comportamiento, nuestra manera de vivir y nuestra manera de entender los fenómenos naturales.
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