Carolina Benítez de Bor | Para no extinguirnos / JARDINES DE GUATEFLORA
El compost puede definirse como un tipo de abono natural, el cual surge a partir de la descomposición de restos orgánicos que se encuentran en los residuos o en los desechos, ya sea del hogar o de un lugar más concurrido. Consiste en un abono 100 % natural de un color café obscuro, dulce en aroma y rico en nutrientes. Se estima que en una casa de habitación, en la basura diaria, un 40 % resulta ser de materia orgánica, y a través de una compostera, esta puede ser reciclada y retornada en forma de humus a la tierra para plantas y cultivos. De cada 100 kg de basura se obtienen 30 kg de compost.
Entre las ventajas de tener una compostera, podemos mencionar:
- Se obtiene de forma sencilla un abono orgánico, el cual se puede aplicar en huertos y plantas que conforman los jardines.
- No existe la necesidad de comprar fertilizantes químicos, siendo este un ahorro económico.
- Gracias al uso del compost, mejora la estructura del suelo, al aportar materia orgánica.
- Reducimos el 50% de volumen de basura que generamos.
- Nutre y hace crecer más a las plantas a las que les aplicamos el compost.
- Contribuimos a mejorar el ecosistema del jardín donde lo aplicamos.
La descomposición natural de la materia orgánica dentro de una compostera sucede de tres maneras: debido al oxígeno de residuos orgánicos, por medio de microorganismos como bacterias y hongos, y por medio de las lombrices.
En general existen cuatro tipos de compostaje:
- Compostaje individual: que puede ser obtenido del propio jardín o de los desechos orgánicos en el interior de una vivienda y se relaciona con la jardinería.
- Compostaje colectivo: este se genera en espacios públicos o concurridos, como centros comunitarios, escuelas, condominios, entre otros. Se trata de una actividad colectiva para preservar el medio ambiente.
- Compostaje descentralizado específico: se obtiene de un institución formal, un hospital, jardín público, etcétera.
- Compostaje centralizado: se obtiene de la materia orgánica que proviene de basureros municipales o plantas de compostaje municipales.
¿Cómo puedo hacer mi propio compostaje?
Para hacerlo, se necesitan varios elementos.
Primero, se necesita materia que aporte nitrógeno, por ejemplo hojas frescas (y que estén sanas), grama o las sobras de la cocina (como cáscaras de frutas y verduras, cáscaras de huevo, etcétera). Y como la relación de nitrógeno – carbono es fundamental para la descomposición de la materia orgánica, debemos utilizar materiales que aporten carbono a nuestra compostera: ramas secas, paja, virutas de madera, papel o cartón (sin tinta).
Luego, se necesita agregar humedad, por lo que una pila de compost debería tener un porcentaje de humedad que se encuentra entre 40 y 60 %. Existe también una proporción de tres partes de materia que aporte carbono, por una de materia que aporte nitrógeno. Asimismo, al compost nunca se le debe añadir lácteos, yemas de huevos, carnes y excremento de animales. Únicamente productos de origen vegetal.
El compost se puede realizar en una estructura comercial ya prefabricada o en un compostero hecho a base de la creatividad de la persona interesada, utilizando inclusive materiales de reciclaje para fabricar el recipiente. Debe tener una tapadera en la parte superior, y en la parte inferior puede tener un agujero o varios agujeros que deben taparse con una malla para evitar animales. Estos son importantes para la oxigenación.
Al tener la estructura de nuestra compostera, se acomodan las materias previamente mencionadas de la siguiente forma:
Primer se cubre el fondo con materia que aporte carbono, creando una capa de aproximadamente 3 cm, a esto le siguen 3 cm de tierra. Posteriormente se agrega la materia que aporte nitrógeno, siempre 3 cm, y encima de ella 3 cm de tierra. Las capas se repiten, siempre con el mismo espesor, hasta terminar con una capa de hojas secas. La profundidad de cada una de las capas puede variar, lo ideal es que no lleguen a ser mayores de 30 cm cada una.
Este método recomendado acelera la descomposición de la materia orgánica, sin embargo hay personas que lo hacen de una forma más empírica, colocando las materias revueltas dentro de la compostera, inclusive sin el uso de tierra; pero como consecuencia el proceso de descomposición es más lento.
El mantenimiento de la compostera consiste en agregar pequeñas cantidades de agua para mantener la humedad y ayudar a que la descomposición se acelere. Es importante señalar que debe buscarse un balance en esta aplicación, ni muy húmedo, ni muy seco. Y por último se sugiere que los restos vegetales sean removidos cada cierto tiempo para evitar alguna falta de oxígeno dentro de la compostera.
Dependiendo del material que conforma la compostera y de la técnica empleada, el tiempo de descomposición para obtener un compost listo para usarse en el jardín puede ser desde 3 meses hasta un año.
Pues ya ven, es solo de animarse y adentrarse en el mundo de la producción orgánica, volviéndonos una pieza clave para la sostenibilidad de nuestros ecosistemas. ¡Manos a la obra!
Imagen tomada de AgroHuerto.
Carolina Benítez de Bor

Ingeniera agrónoma dedicada a las actividades que complementan el mundo de las plantas ornamentales y plantas útiles dentro de los jardines y el paisajismo. Formadora de estudiantes que deseen incursionar a estas actividades a través de cursos libres y cátedras universitarias.
Correo: fambhor@gmail.com
2 Commentarios
Gracias por toda esta utilísima información. Definitivamente seguiré las instrucciones pues hace rato que quiero hacer composta en casa.
Excelente Trudy, hay me comentas cómo te fue, Perdón que hasta ahora te conteste pero se me paso por alto. Saludes
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