El Censo, la desnutrición y más

Juan Alberto Fuentes Knight | Política y sociedad / PERSPECTIVAS

El Censo nos permite identificar las principales causas de la desnutrición en Guatemala. ¿Cuáles son las razones por las cuales existe un inmenso grupo de niños guatemaltecos que cada año comienzan sus vidas en condiciones de desventaja? ¿Por qué comienzan su vida desnutridos? Resulta difícil creer que en Guatemala uno de cada dos niños sufre de retardo de su crecimiento, conocido como desnutrición crónica, en buena parte como resultado de enfermedades transmisibles. La prevalencia de enfermedades transmisibles y el consecuente retardo en el crecimiento (desnutrición crónica), no sorprende al tomar en cuenta la debilidad de los servicios sanitarios básicos y la evidencia de que estos pueden reducir de manera decisiva la incidencia de enfermedades como diarrea, lombrices y diversos parásitos y bacterias.

Si alguien tiene dudas sobre la relación entre el acceso al agua y los servicios sanitarios por un lado, y las enfermedades transmisibles y la desnutrición por otro, puede revisar la evidencia y abundantes referencias contenidas en el artículo científico de Matthew C. Freeman, Joshua V. Garn, Gloria D. Sclar, Sophie Boisson, Kate Medlicott, Kelly T. Alexander, Gauthami Penakalapati, Darcy Anderson, Amrita G. Mahtani, Jack E. T. Grimes, Eva A. Rehfuess y Thomas F. Clasen, «The impact of sanitation on infectious disease and nutritional status: A systematic review and meta analysis», International Journal of Hygiene and Environmental Health 220 (2017), p. 928–949.

No necesitamos complicar el tema. La historia de Europa en el siglo XIX, de Estados Unidos a principios del siglo XX y de otros países posteriormente, así como estudios actualizados y muy serios sobre la desnutrición en países menos desarrollados, nos dan una respuesta clara. La causa más importante de la desnutrición en Guatemala es la falta de acceso a agua, saneamiento e higiene, aun cuando otros temas como la atención de la salud y el acceso a alimentos también puedan ser importantes.

Los pocos datos del Censo que nos han suministrado el 17 de septiembre nos permiten evaluar los avances, si es que los hay, en materia de acceso a agua y sanidad, información clave para reducir la desnutrición. Vemos que la mayor proporción de hogares que tienen vivienda con acceso a agua entubada no está en el departamento de Guatemala sino en Sacatepéquez, aunque en ambos hay nueve de cada diez hogares que lo tienen. Contrasta con Alta Verapaz y con Petén, donde solamente tres de cada diez hogares tienen esta facilidad. Es un dato fundamental que generó el Censo, y que permitirá determinar dónde hay que concentrar los esfuerzos no solo públicos sino también privados para reducir la desnutrición.

Pero, aprovechemos el Censo con los datos a nivel de municipio, lo cual nos puede ayudar no solo a encontrar algunas de las razones de la desnutrición sino también para comenzar a exigir una rendición de cuentas a las autoridades municipales que allí gobiernan. Para comenzar, vemos que entre los 10 municipios punteros no está el municipio de Guatemala, el de mayores ingresos en el país. Nos dice algo sobre las prioridades de los últimos alcaldes de la capital. Son otros los municipios donde el acceso al agua entubada en las viviendas ha sido prioritaria. Entre los municipios que tienen una mayor proporción de hogares con acceso a agua entubada en su vivienda están varios de Sacatepéquez, además de San Miguel Petapa, del departamento de Guatemala, y El Progreso, de Jutiapa. Podemos verlo en el siguiente cuadro.

Diez municipios con mayor proporción de hogares con acceso a agua entubada en casa (2018, porcentajes). Fuente: Censo de 2018.

Pero, veamos ahora a los peores municipios, donde la gran mayoría de los hogares no tiene acceso a agua entubada en su casa. Con la excepción de Nueva Concepción en Escuintla, otro municipio con recursos cuyos alcaldes deberían rendir muy serias cuentas por esta situación, los demás municipios con menor acceso a agua entubada en la vivienda están en el occidente del país: cinco municipios en Huehuetenango, dos en Sololá y uno en San Marcos. Obviamente, Huehuetenango, como departamento, requiere una atención especial en esta materia.

Diez municipios con menor proporción de hogares con acceso a agua entubada en casa (2018, porcentajes). Fuente: Censo de 2018.

Pero no solo el acceso a agua en condiciones seguras, sin gérmenes ni sustancias tóxicas que puedan afectar la salud, es fundamental. También lo son las condiciones sanitarias, como lo demuestran estudios rigurosos sobre las causas de la desnutrición. Un indicador parcial de las condiciones sanitarias es el tipo de servicio sanitario que se utiliza, incluido como parte de los datos del Censo hasta ahora distribuidos. Otro dato fundamental sería contar con información sobre la disponibilidad de un lugar para lavarse las manos en la vivienda, pero ese dato no está disponible por ahora.

Los hogares que tienen inodoro conectado a la red de drenajes, inodoro conectado a una fosa séptica o un excusado lavabe, alcanzaban a nivel nacional el 62.9 % de los hogares. Nuevamente, como en en el caso del acceso a agua segura, sobresalen en los primeros lugares el departamento de Sacatepéquez, seguido del departamento de Guatemala, ambos con porcentajes que superan el 90 % de los hogares con este tipo de servicios sanitarios. Les sigue Escuintla, con un 84 %, y el que viene a continuación es Suchitepéquez, con 73 %. Despues viene el resto de departamentos, con menos de 7 hogares de cada 10 con servicio sanitario seguro, lo cual ilustra la brecha entre los dos primeros departamentos y los demás.

La distribución de municipios es similar a lo anterior. Los municipios de Sacatepéquez dominan, otra vez con Jocotenango en primer lugar, aunque en este caso el municipio de Guatemala logra colarse como tercero, después de Ciudad Vieja. No incluiré otro cuadro, para no aburrir al lector, pero solo agregaré que en las primeras posiciones de los municipios donde predominan los hogares que tienen inodoro conectado a la red de drenajes, inodoro conectado a una fosa séptica o un excusado lavable, hay 7 municipios de Sacatepéquez y 3 del departamento de Guatemala, donde sobresale de nuevo San Miguel Petapa.

Pasemos ahora a los departamentos y municipios donde predominan los hogares con servicios sanitarios totalmente inadecuados. En aquellos departamentos en que solo 3 de cada 10 hogares tienen acceso a los servicios sanitarios mencionados están Alta Verapaz y Totonicapán, y aquellos con menos de 5 hogares de cada 10 que los tienen están Petén, San Marcos y Huehuetenango. Estos departamentos requerirían una atención prioritaria, si se quiere reducir la desnutrición.

Pero veamos los municipios, para contar con aún mayor detalle, que ahora nos permite el Censo. Se encuentran en el cuadro siguiente los 10 peores, 7 en Alta Verapaz, uno en Totonicapán, uno en San Marcos y otro en Huehuetenango. Alta Verapaz, necesariamente requiere atención prioritaria, lo cual no deja de ser irónico -o trágico- ante la gran expansión económica que ha experimentado en los últimos años como consecuencia del creciente aprovechamiento de sus recursos naturales.

Diez municipios con menor proporción de hogares con acceso a saneamiento seguro (2018, porcentajes). Fuente: Censo de 2018.

Lo anterior es apenas uno de los resultados, muy parciales, del Censo. Asegurar que los hogares tengan acceso a agua y servicios sanitarios es un primer paso, indispensable para reducir la desnutrición. Aquí solo estoy presentando una primera aproximación al tema, pero ya nos dice mucho.

A la luz de estos datos cuesta entender la posición de aquellos que se oponían a la realización del Censo, porque decían que era una intromisión que violaba la privacidad o daba lugar a un abuso por parte del Estado. Hemos visto que nos da elementos básicos -que tienen que evaluarse con más detenimiento- para enfrentar el drama de la desnutrición, que vergonzosamente coloca a Guatemala entre los países con mayor desnutrición crónica en el mundo.

Además, representantes de distintos gremios empresariales también han señalado la utilidad del Censo para identificar las características de mercados que el sector privado puede atender, lo cual apuntaría a que la primitiva oposición de los que se negaron a dar información para el Censo lo hicieron sin darse cuenta que ello iba en contra de la iniciativa empresarial que tanto pregonan. Pero estas contradicciones no son nuevas. No es casualidad que la biblioteca del prócer y gran liberal José Cecilio del Valle, probablemente el más ilustre intelectual centroamericano del siglo XIX, y ferviente creyente en las estadísticas, esté en la biblioteca de una universidad guatemalteca de la que se han graduado profesionales que han cuestionado la utilidad de las estadísticas. Afortunadamente no todos los profesionales de esa universidad se gradúan con esa convicción.

Convendría que todos leyéramos los iluminados artículos que José Cecilio del Valle escribió hace ya dos siglos, y que Jorge Mario García Laguardia recopiló como Obra escogida en dos tomos publicados por la Tipografía Nacional en 2011. Especial atención requeriría su artículo «La estadística», además de la excelente biografía que García Laguardia escribió sobre José Cecilio del Valle. Lo que dijo este gran liberal ahora queda demostrado, una vez más, al contar con un censo actualizado: «No hay gobierno sabio sin el genio del cálculo; y no puede haber cálculo sin estadística».


Juan Alberto Fuentes Knight

Economista guatemalteco.

Perspectivas

Correo: fuentesknight@yahoo.com

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