Luis Melgar Carrillo | Política y sociedad / NUESTROS HIJOS
Cuando alguien ha llegado al punto de plantearse un serio propósito para tratar de cambiar su personalidad, es clave que encuentre un mecanismo viable para hacerlo. El método que inicialmente escoja para el cambio no importa, lo importante es que se tome uno y si este no funciona, simplemente que se cambie por otro. Casi todos los libros de superación mencionan un método de reprogramación para la vida. Diferentes autores han propuesto interesantes métodos. La mayoría de estas propuestas se relacionan con la reprogramación del cerebro.
Og Mandino (autor del libro El vendedor más grande del mundo) propone un interesante plan para este tipo de reprogramación. Al final de su libro aparecen diez pergaminos que se deben leer tres veces al día cada uno, por un periodo de treinta y cinco días. La idea es leer, en total, ciento cinco veces cada pergamino, durante cinco semanas. Al terminar con el primer pergamino, se continúa con el siguiente. De esta manera, al final de 45 semanas se habrán leído y releído nueve pergaminos, los numerados del dos al diez.
La lectura que propone Mandino representa una inversión de tiempo de aproximadamente cuarenta y cinco minutos por día, repartidos en una lectura por la mañana, otra al medio día después de comer y una última en voz alta antes de acostarse. Este libro, que resultó ser un best seller en las postrimerías del siglo pasado, ha cambiado la vida de miles y posiblemente millones de personas. Claro está que para seguir su método se necesita constancia y voluntad. En este punto hay que reflexionar que nada es gratis en la vida, todo tiene un precio. El precio que pide Mandino es la fuerza para continuar con persistencia las lecturas diarias.
Otro método muy usado consiste en que, quien desee cambiar, redacte sus metas personales y las coloque en un lugar visible. Por ejemplo, el espejo del baño. La propuesta es que cada vez que se vaya al baño, se lean esas metas. Estas lecturas conducen a mejores resultados, si se acompañan de fuertes sentimientos positivos de logro. Las metas personales deben contener redacciones para las siete facetas de la vida, las cuales fueron mencionadas en un texto anterior. Esto quiere decir que el protagonista escribe sus metas en relación a cada una de estas siete facetas.
Quien está interesado seriamente en cambiar, puede hacer una mezcla personal de lo que vaya recopilando de sus lecturas de libros de superación. Naturalmente que estar leyendo libros es en sí una inversión de tiempo. Cualquier lector avisado podrá preguntarse ¿cómo se puede hacer para poder sostener un programa de cambio que requiere tanto tiempo y esfuerzos?
Obviamente, si se quiere cambiar, habrá que hacer algún tipo de sacrificio. Significa dejar de dedicarse a algunas ocupaciones laterales que absorben tiempo. Se trata de implementar acciones para buscar nuevas direcciones de vida. Y ese camino demanda tiempo y esfuerzo. Esa es una de las razones por las cuales un cambio total de vida se puede iniciar con pequeñas acciones, como se propuso en el artículo anterior. Esos pequeños cambios le van dando la confianza al protagonista para considerar hacer esfuerzos para emprender cambios de mayor trascendencia.
Muchas personas altamente interesadas en su crecimiento personal han llegado a tomar la decisión de reducir las horas que le dedican a diversiones y entretenimientos como la televisión. Suprimir este tipo de distractores es una manera de obtener tiempo para implementar cambios personales. Muchas encuestas que se han divulgado por diferentes medios han revelado que, en promedio, en los países de América Latina, la atención que se le dedica a ver televisión es de tres horas por día. El lector podrá evaluar la conveniencia de suprimir algunas de las actividades distractoras que consumen su tiempo libre para dedicarlo a la edificación de su personalidad. En este punto, es conveniente que el lector reflexione acerca de la enajenación en que se encuentra un gran porcentaje de la población. La población de América Latina en general invierte cientos de millones de horas-hombre como espectadora pasiva de programas de televisión enlatados. La mayor parte de esas horas pasivas limitan la posibilidad de buscar y finalmente encontrar patrones de conducta que puedan conducir a una mejor vida personal.
Una gran parte de los latinoamericanos está como en estado de alucinación, «entreteniéndose» con diferentes distractores. Las telenovelas, por ejemplo, presentan argumentos ideales que se acomodan, al tipo de vida que el televidente quisiera vivir. Pero no solo las telenovelas consumen el valioso tiempo de la gente, gran cantidad de programas que no tienen contenido profundo, mantienen como hipnotizada a una buena parte de la población.
Un aguzado analista podría, en un momento dado, opinar que es una manera que han encontrado los políticos y los grupos de poder para mantener entretenido al pueblo. De esa manera, el pueblo disminuye su capacidad para protestar ante los abusos de autoridad que constantemente comenten los altos dirigentes. Mientras la gente esté distraída «divirtiéndose», estos oportunistas, que le están dando mero «circo» al pueblo, se aprovechan de los múltiples privilegios que se otorgan a sí mismos. Muchos políticos son verdaderos lagartos que hacen uso de los beneficios que les proveen las posiciones y cargos ejecutivos que ocupan.
La terrible situación es que, bajo ese estado de alucinación y enajenación hipnótica que consume su valioso tiempo, la población así adormecida está perdiendo su oportunidad para enfrentar sus propios conflictos personales y las posibles soluciones para su vida. En ese entretenerse, no se tiene tiempo para darse con éxito los permisos que le permitan un mejor perfil de vida personal.
Por otra parte, el mecanismo que proponen una gran mayoría de los métodos de cambio publicados en los libros consiste en tratar de grabar, con base en la repetición, nuevos mensajes. Lo que pretenden los autores de cientos de libros de superación es crear nuevas grabaciones que sustituyan los viejos mandatos de la infancia. Muchos de los métodos que se puedan encontrar en los libros de superación, como el de Mandino, tienen como fundamento la repetición de mensajes que poco a poco van creando nuevas grabaciones. El cerebro funciona con base en grabaciones.
Es conveniente analizar que cuantos más permisos psicológicos para deshabilitar los viejos mandatos y creencias se dé a sí mismo, cada protagonista tiene más probabilidades de alejarse de un guion originalmente mal programado en su primera infancia. Este guion original probablemente tenga muchas limitaciones que, a manera de maldiciones, únicamente lo estén conduciendo por senderos de fracaso. Las frustraciones y fracasos proveen como fruto la infelicidad. El fin último de hacer un cambio de la personalidad es llegar a encontrar la felicidad.
En la medida en que las personas dispongan de tiempo para darse más y más permisos de liberación psicológica, aumentan sus probabilidades de llegar a ser triunfadores. En este punto cada quien podrá tomar la decisión acerca de la manera de ajustar sus esfuerzos encaminados a fortalecer su propio desarrollo personal. Todo ser humano nació para triunfar. El libro Nacidos para triunfar, de Muriel James y Doroty Jongeward, recoge en esencia este gran enunciado.
Como conclusión final, es fácil que el lector advierta lo difícil que resulta tratar de cambiar un patrón psicológico errado, adquirido en la primera infancia. Muchas personas en vez de haber sido «formadas», han sido «deformadas» por sus padres. Por esa razón, es de mucha importancia que en la educación de sus hijitos, cada padre y madre traten de programar mandatos y creencias que puedan conducir a sus pequeños a ser verdaderos triunfadores. Mucho éxito en esta búsqueda de la formación acertada para sus hijitos.
Fotografía tomada de Salud y bienestar.
Luis Melgar Carrillo

Ingeniero Industrial, Colombia 1972. Máster en Administración de Empresas, INCAE 1976. Autor de 9 libros (tres aparecen en Google) y de más de 100 artículos (50 en gAZeta, Guatemala 2018; 20 en revista Gerencia, Guatemala 1994-95, y más de 30 en diversos medios mexicanos, como el periódico Meridiano y la Revista Junio 7). Director de Capacitación (Asociación de Azucareros de Guatemala). Director de Recursos Humanos (Polymer-Guatemala). Excatedrático en universidades de Costa Rica, Guatemala y Tepic, México. Residencia en Tepic.
Correo: lumelca2@live.com
Un Commentario
El vendedor mas grande del mundo» lo leí ya hace algunos años, más que nada trata de inculcarte hábitos, BUENOS HÁBITOS, y a partir de allí lograr tus expectativas en la vida. Es un libro interesante puesto que todos queremos ser felices,tener fortuna, pero no hacemos nada al respecto o lo que hacemos no es suficiente.
El libro te enseña mas que nada a exigirte a ti mismo y a buscar de alguna manera pagar el precio de lo que quieres lograr.
Leer este libro no ha cambiado mi vida pero me gusto. los cambios vienen de adentro y se pueden lograr a traves de la terapia psicoanalítica que hasta la fecha no ha sido remplazada por ningún libro de auto motivación. Si los cambios en la vida son para tener éxito con dinero y fama, seguramente será muy importante mostrar ante los demás signos de poder pero si nos enfocamos a éxitos espirituales, basta con conquistarte a ti mismo..coo lo dije anteriormente la verdad está mas adentro que simples repeticiones como lo sugiere este libro.
Me bueno e interesante el articulo, muchas gracias
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