Meme Barrientos | Arte/cultura / APRENDIZ DE ALERO
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, empieza crecer en Europa un movimiento artístico que debido al conflicto se había quedado estancado y no había podido tomar fuerza. En este movimiento prima la utilidad y la funcionalidad, entre sus aportes se van adaptando la utilización de nuevos materiales, nuevos conceptos constructivos y habitacionales. Hablo específicamente de la arquitectura moderna.
Nicolas Pevsner menciona como características del movimiento: las estructuras metálicas que llevaron a su creación. Este movimiento tiene como ejes la razón y la función. Se opone al historicismo y considera una obligación del arquitecto representar su época. Este movimiento tuvo una gran fuerza en países como Italia, Estados Unidos, Suiza, México, Alemania, Canadá y Francia. Es en este último país en donde alcanza la cúspide a través de la escuela Bahaus, una de las mayores formadoras y expositoras de este estilo que poco a poco se va convirtiendo en tendencia por todo el mundo. Entre sus grandes exponentes podemos mencionar a: Alvar Aalto, Mies Van Der Rohe, Frank Lloyd y Le Corbusier.
El movimiento resurge y toma fuerza en un momento histórico en el que el mundo necesitaba reconstruirse, reinventarse, cuando la escasez de materia prima se veía como uno de los grandes problemas a solventar en este resurgimiento de la humanidad después de haber vivido un evento tan traumático como una guerra, en donde se involucraron todos los continentes. Este renacimiento pretendía comenzar a cambiar la forma de vida y los sistemas constructivos y habitacionales, con un mundo moderno y cambiante.
La mayoría de los protagonistas del movimiento moderno habían estado en la guerra y gracias a esta experiencia van a pulir y madurar sus teorías y conocimientos artísticos, los cuales van a ser transmitidos y expresados en sus futuras obras.
En Guatemala no se gozaba aún de una facultad o escuela de formación para arquitectos, es por eso que los compatriotas que se iban a dedicar a tan noble oficio debían de ir a formarse a escuelas extranjeras, lo que hacía que a su vuelta aportaran con ideas nuevas que iban a ir renovando y actualizando la estética y la armonía arquitectónica de la Nueva Guatemala de la Asunción. Entre los principales exponentes del medio nacional podemos mencionar a: Roberto Aycinena, Pelayo Llarena, Raul Minondo, Jorge Montes, Carlos Haeussler, quienes volvieron a su patria con la idea de modernizarla a través de su arquitectura.
En nuestro país el movimiento tuvo mucha fuerza y se erigieron tanto casas y edificios pertenecientes a esta corriente. Lamentablemente muchos han desaparecido, debido a que se les considera edificaciones relativamente nuevas, entonces no existe forma de que sus propietarios las valoricen, por lo que han decidido deshacerse de ellas y edificar sobre sus cimientos. Otras, y no con mejor destino, han sido intervenidas y modificadas al punto de que sus hermosas características lineales y geométricas ya no se perciben ni se disfrutan a la vista, debido al ruido que producen las excesivas intervenciones.
En los últimos días, en los medios de comunicación ha cobrado mucho revuelo un lamentable suceso: en la 13 calle 7-46 de la zona 9 existe una bella sobreviviente al paso del tiempo y que muchas veces pasa desapercibida debido a la gran altura de sus muros perimetrales, pero si uno camina del lado contrario de la acera, se pueden percibir los bellos murales que decoran la hermosa edificación diseñada por el arquitecto Carlos Haeussler en los años 60. Los murales realizados de mosaico veneciano son obra del insigne maestro de la plástica guatemalteca Carlos Mérida. La intervención de ambas personalidades del arte de nuestro país hacen esta propiedad digna de formar parte del extenso patrimonio cultural de la nación, sin lugar a dudas, pero lamentablemente estuvo a punto de ser demolida debido a la gran laguna que existe en nuestras leyes que debiesen de velar y proteger nuestro rico patrimonio cultural. Sin embargo, estas leyes son poco claras y muy ambiguas, por lo que las autoridades municipales y culturales se ven maniatadas a la hora de proteger estas obras artísticas parte ya de nuestra cultura e identidad nacional, que son poco valorizadas por la mayoría de guatemaltecos.
Por suerte, una casa de estudios superior intervino para su protección, además de proponer un uso decoroso para esta bella residencia que hubiera sido una muy lamentable pérdida para el legado cultural que debemos preservar y proteger para generar en nuestras futuras generaciones ese sentimiento de pertenencia, de identidad que se fortalece a través del medio artístico. Espero fervientemente que no se vuelva a repetir un caso de atentar contra nuestro patrimonio, pero sé bien que este sentimiento es utópico, ya que no va a haber ningún cambio y dentro de poco volverá a pasar, y una vez más deberemos prepararnos para luchar contra el capitalismo neoliberal ambicioso y destructor de la cultura y de la identidad.
Fotografía tomada de Prensa Libre.
Meme Barrientos

Licenciado en Arte y restaurador de bienes muebles, carrera que amo y me quita el sueño. Apasionado de la historia del arte guatemalteco, admirador y fanático de la arquitectura. Acumulador compulsivo de historias de antes y de objetos de otras épocas. Un alma vieja pérdida en este trajeteado siglo.
2 Commentarios
…el autor en su último párrafo comete el error de atribuirle a «una casa de estudios superiores» la defensa de la casa, cuando sabemos fue todo lo contrario. Que ante la presión debió recular, es otra cosa que no es lo mismo que defenderla.
Si, tiene toda la razón. Gracias por la aclaración.
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