Carlos Enrique Fuentes Sánchez | Política y sociedad / EL EDUCADOR
Rosa Cañadel, educadora catalana, escribió “Los valores neoliberales en la educación” (sin datos bibliográficos) y hace un análisis de la educación en España, a la luz del neoliberalismo imperante. Señala como principales valores la competitividad, el individualismo, la desigualdad, la privatización, el consumismo, la precariedad y la sumisión; señala que tales valores pretenden hacer que las personas vivan en un mundo de competición generalizada, con una organización de las relaciones sociales según el modelo de mercado. Los medios para conseguirlo, dice, son la adaptación del currículo nacional, la segregación escolar y la gestión escolar no democrática.
En Guatemala, a pesar de las diferencias económicas entre ambos países, se coincide en muchos aspectos de los señalados, pues también, desde los años 70, se ha venido introduciendo el neoliberalismo con la privatización de los servicios, hasta casi consolidarse en la actualidad. Hasta hoy, se han perdido Aviateca, Fegua; Correos y Telégrafos, Obras Públicas, Telgua, etcétera. No han podido, privatizar, aun, la educación y la salud, a pesar de los múltiples intentos del BM, el FMI, la OCDE, USAID y los empresarios de la educación del país.
En educación, durante años, mantuvieron el Programa Nacional de autogestión y Desarrollo Educativo,-PRONADE- que trasladaba, ilegalmente, la gestión a los padres de familia y que, a exigencias del magisterio, desapareció en 2008; previamente lo habían intentado en 1995, con el decreto 62-94 y el acuerdo 56-95, cediendo el nombramiento de maestros a las comunidades y posteriormente, en 2003, con el Sistema de Gestión-SIDEGE-, que pretendían pasar la administración de los centros de educación media a empresas privadas. A pesar de la dura lucha contra la privatización, el neoliberalismo ha logrado penetrar la economía del país.
Y como la educación depende del sistema económico imperante, pues sus fines y objetivos han de estar acordes al neoliberalismo. La ley de Educación Nacional aprobada en 1991, no obstante, estableció fines colectivistas, pero los objetivos han cedido a la imposición neoliberal. Hoy se manejan términos como productividad, emprendimiento, competitividad, laboriosidad, capital humano, flexibilidad, etcétera, propios del neoliberalismo, del mercado, pero aplicados a la educación.
La educación no es “por” el trabajo, como lo planteaba Makarenko, sino “para” el trabajo, con una filosofía tendiente a formar mano de obra barata para el mercado de trabajo neoliberal, como lo expresa el reportaje “El estudiante que quieren las empresas (elPeriódico, 18-03-18, p.18) que indica: “Los aspirantes a ocupar un lugar en el mercado laboral enfrentan el reto de desarrollar competencias acordes con lo que exigen los negocios y llevar a la práctica toda la teoría impartida”. Entre las competencias deseadas mencionan: Gestión financiera, conocimiento en ventas, uso especializado de TIC, capacidad de tomar decisiones, gestión de proyectos, conocimiento del trabajo técnico, etc. ¿Dónde se encuentra el enfoque humanista de la educación?
En Guatemala los nuevos pensum se enriquecen con cursos técnico-científicos y se relegan los cursos social-humanísticos. Lo importante es que el egresado de secundaria o de la universidad, sepa manejar máquinas, instrumentos, técnicas. Lo humano no interesa, salvo en aquellas carreras “humanísticas” que cada día interesan menos. También hay segregación de estudiantes, pues hay una educación pública para los pobres y la educación privada para las tres categorías de ricos.
¿Se puede contrarrestar el neoliberalismo en educación? Sí. Es cuestión de plantear un Proyecto pedagógico en cada centro de estudios. Pero no un proyecto neoliberal, economicista, privatizador e individualizador, sino un proyecto político-pedagógico liberador, colectivista, por ejemplo, que todos se dediquen a conocer, aplicar y defender los derechos humanos y el medio ambiente, el conocimiento de la constitución política de la República, a fortalecer la lucha contra la violación de menores, contra la corrupción, etcétera. Y esto es posible si el profesorado del centro educativo quiere hacerlo, pues encuentra su apoyo en los artículos de la constitución referidos a educación e igualmente en la Ley de Educación Nacional. Todo es cuestión de voluntad política de los educadores y de los padres de familia. Hay que empezar cuanto antes, o el país se quedará sin educación pública y se impondrán los “valores” del neoliberalismo.
Carlos Enrique Fuentes Sánchez

Pedagogo y Educador, con 40 años de experiencia docente en los diferentes niveles del Sistema Educativo nacional; surgido de los barrios pobres de la Capital pero formado en diferentes departamentos de la republica. participante y decisor en procesos y redacción de documentos de trascendencia en la educación nacional en los últimos años. Asqueado de la historia de injusticia social que vive Guatemala desde la invasión Española, así como de la historia de masacres y crímenes políticos sufridos por la población, aspira a una Guatemala diferente, justa, democrática y humana, a la cual se pueda llegar por medio de una educación popular y revolucionaria, para todos y todas.
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