Edgar Florencio Montúfar Noriega | Política y sociedad / IDEAS AL AGUA
Las personas no nacen ciudadanas para la democracia, por ello es necesario el desarrollo de la formación ciudadana. La formación ciudadana es un área curricular que va contra corriente, ya que tiene como objetivo formar algo que no se es por naturaleza. Es por ello que es indispensable la formación donde las personas tengan la oportunidad de desarrollar las habilidades necesarias para ejercer la ciudadanía. Esto implica una serie de conocimientos y habilidades, pero también de actitudes que permiten enfrentar la vida en sociedad.
Entre las competencias que se deben desarrollar está la capacidad de interactuar, en un marco de respeto y tolerancia, con personas que pertenecen a grupos diferentes. Esta constituye la habilidad central del ciudadano en una sociedad diversa. Además, se requiere desarrollar habilidades para enfrentar los conflictos, no de manera violenta o evasiva, sino de manera pacífica, con el ánimo de encontrar soluciones donde todos puedan ganar. La idea del «otro» y la «otra» son centrales en la ciudadanía, ya que se puede ser tolerante y solidario con los iguales, pero esto es difícil con quienes piensan o son diferentes.
Una de las grandes limitaciones del área de formación ciudadana en el aula es que se ha enfocado principalmente en la convivencia y ha dejado de lado la dimensión civil de la ciudadanía. La diferencia entre estas dos es que los «otros» en la convivencia son los próximos, los conocemos y estamos en contacto con ellos cotidianamente, son la familia, el barrio, la iglesia o los compañeros de estudio. Pero se ha dejado a los otros lejanos en el olvido. Los otros están en otros credos, en otras ideologías, en otras áreas de producción, en síntesis, son aquellos que no conocemos, necesitamos de ellos pero no nos importan, los ignoramos.
Un ejemplo de eso es que abrimos el refrigerador y tomamos huevos, leche o fruta, y no nos molestamos en pensar en quienes trabajan en la producción y traslado de esos alimentos, lo mismo sucede al abrir la llave de agua o al momento de encender alguna lámpara en la casa, hay personas que están trabajando para que esto se pueda dar, incluso hay algunos que han quedado excluidos de esos servicios o de esos alimentos.
El énfasis en la convivencia con el próximo tiende a que se conformen comunidades y no sociedades complejas, ya que tendemos a ignorar, o rechazar, a los diferentes. Nos cerramos a quienes cuestionan nuestras formas de pensar, nuestros intereses o privilegios, y tendemos a observar únicamente los errores de aquellas personas o grupos que son diferentes, enfrentando los conflictos en una lógica de gana-pierde, y no en la lógica del gana-gana.
Edgar Florencio Montúfar Noriega

Hijo, padre, esposo, hermano, sociólogo y pecador creyente que vuelve a pecar
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