Fin o continuación de un ciclo

Con el evento electoral de este 11 de agosto se cierra no solo el proceso de elección de autoridades para el período 2020-2024, también puede resultar en el cierre del ciclo demagógico autoritario iniciado en 2012, que, gracias a la activa, denodada y apartidaria acción del Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad –Cicig– pudo ser desnudado y evidenciado en su corrupción y satrapía. Contrario a lo que muchos imaginaron, producto de la manipulación ilegal del empresariado, el gobierno de Jimmy Morales no solo resultó en más de lo mismo, sino que maliciosamente ha desmantelado las escasas instancias independientes del Estado, eliminando los más elementales mecanismos de control de la corrupción.

El ciclo PP-FCN es posiblemente el peor ciclo político vivido por el país en sus casi doscientos años republicanos, pues resultó aún más deficiente y demagógico que el ciclo militarista del terrorismo de Estado. Sus efectos han sido devastadores, no solo para la integración y equidad social, sino para la consolidación de las escasas instancias de control y contrapeso, necesarias e indispensables para toda democracia.

Si bien en poco se diferencian las dos opciones políticas que se enfrentan ahora en el segundo turno, mientras los candidatos de VAMOS han insistido abiertamente en declararse como defensores directos de todas las prácticas autoritarias y antidemocráticas del ciclo patriota-efecenista; los otros, aunque tímidamente, han tratado de tomar distancia al respecto. Pero, más aún, aquellos que en el primer turno fueron abierta y claramente rechazados, sin mayor sonrojo, se han reagrupado al rededor de los primeros, dejando claro que son la opción del continuismo.

Es muy cierto que los candidatos de la UNE optaron, tal vez equivocadamente, por mimetizarse con el pensamiento más conservador de los grupos ultrarreligiosos, anunciando que la lucha por los derechos de los distintos grupos sociales excluidos y marginados será igual de difícil y compleja, sea quien sea el que gane las elecciones. No está allí, por lo tanto, la diferencia.

La diferencia ha sido impuesta, posiblemente, desde fuera. Las oligarquías, unificadas nuevamente, han optado por preferir al candidato de VAMOS, tal y como hace cuatro años prefirieron a Jimmy Morales y hace ocho a Pérez Molina. Las clases medias, defensoras ingenuas de los intereses de aquellas, siguen emocionalmente sus orientaciones. Ninguna de las dos opciones tiene claras propuestas para el crecimiento y consolidación de las clases medias, pero estas, atadas por la manipulación mediática, parecen preferir la continuación del ciclo demagógico autoritario de los gobiernos PP-FCN.

La campaña, débil y poco seria, ha dejado de lado el debate principal, donde posiblemente la UNE podría hacer la diferencia, sobre todo en el combate sistemático y coherente a la pobreza extrema. No será el clientelismo llano y simple el que permita solucionar, al menos en parte, este problema básico. Las acciones gubernamentales en estos últimos ocho años han demostrado que, incapaces de entender sus más elementales causas, apenas si han promovido clientelas, sin tocar el problema de fondo.

Con abierta irresponsabilidad y triunfalismo, el candidato de VAMOS ha hecho pública su disposición a hacer uso de la violencia para enfrentar las movilizaciones sociales, anunciándose como el señor del garrote y, muy posiblemente, reeditando la práctica de la limpieza social, ejercida por él mismo durante el gobierno de Óscar Berger. La UNE, por su lado, no ha logrado decir si comparte o no esa manera de entender el monopolio de la fuerza que legalmente se le asigna al Estado.

En todo caso, más por efecto y consecuencia de los prejuicios transmitidos desde la manipulación mediática, los electores han tomado sus decisiones y si bien todos los que votaron por alguna de las opciones de la ultraderecha y la derecha populista estarán más que convencidos de que su voto será para Giammattei, los que optaron por otras opciones podrán hacerlo por la UNE. La diferencia la harán, en consecuencia, aquellos que, influidos por el discurso de Thelma Aldana, votaron masivamente por la candidata del MLP. De cómo uno u otro candidato haya llegado a estos electores, dependerá significativamente el resultado.

Un Commentario

Gustavo Diéguez 11/08/2019

«…influidos por el discurso de Thelma Aldana…»
Será por el discurso de Thelma Cabrera. A Thelma Aldana no le dieron ni tiempo de inscribirse.

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