El actual gobierno de Jimmy Morales no ha podido ejercer su función como lo estipula el artículo 1 de la Constitución de la República de Guatemala: «Protección a la Persona. El Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona y a la familia; su fin supremo es la realización del bien común». Lamentablemente, toda la función del actual mandatario va en contra de este importante artículo de nuestra constitución política. Pues todas las acciones tomadas no han servido para proteger a la persona, a la familia y al bien común.
Las leyes deberían ser en beneficio de lo que estipula este artículo y no en beneficio de la protección de un Pacto de Corruptos en donde están inmiscuidos la gran mayoría de los diputados y altos funcionarios del gobierno de Jimmy Morales.
Lo que están haciendo es construir un gran cadalso para exterminar al pueblo de Guatemala, debido a las acciones tomadas en contra de la democracia y en contra del progreso social. Jimmy Morales desvía la atención haciendo el ridículo con sus intervenciones, pero su objetivo fundamental es obediencia ciega a los sectores poderosos y a la cúpula militar que lo llevó al poder. No ha dado ni un solo indicio de querer solucionar los grandes problemas que aquejan al pueblo de Guatemala, como son la salud, la educación, el desarrollo, etcétera.
El presidente se ha empecinado en sacar de Guatemala a la Cicig y especialmente a Iván Velázquez, a quien no han dejado ingresar al territorio nacional. Incluso, esta misma semana, el vicepresidente Jaffeth Cabrera declaró que el Sr. Iván Velázquez no ingresará a territorio guatemalteco.
Bajo esta forma de incapacidad para dirigir el país, se ha cobijado una serie de burócratas que buscan enriquecerse a costa del erario nacional y en sí del presupuesto general para el próximo año 2019.
La forma en que se ha presentado el presupuesto ha ido desde lo ridículo hasta lo inimaginable. Hemos visto un Congreso que lo recibe muy bien, pues todos quieren una tajada del pastel y ven que la forma en que se presentó lo permitirá y saldrán beneficiados, por lo que la gran mayoría de los diputados lo apoyará para su propio beneficio.
El presupuesto ha sido presentado por el Ministerio de Finanzas, en él se privilegia a ciertos sectores, de acuerdo a la discreción de los involucrados en la elaboración del presupuesto general de la nación y a pedido de las élites poderosas del país.
Así, los más beneficiados son los militares, a quienes se les ha aumentado el presupuesto, en un país que supuestamente está en periodo de paz y no se vislumbra ninguna invasión extranjera. El Ejército ha sido beneficiado a lo largo del gobierno de Jimmy Morales con sendas transferencias, quitándole a otros ministerios e instituciones que verdaderamente necesitan para poder invertir en desarrollo, tanto económico como social. Para el próximo año se plantea un incremento de Q 300 millones, lo cual es ridículo debido a la inactividad del Ejército.
Otro sector beneficiado son los maestros, con un aumento presupuestario de mil millones de quetzales, para un supuesto aumento salarial, pero lamentablemente este dinero no llega a todo el país y la educación continúa estancada, solo los grupos de poder dentro del magisterio aprovecharán este aumento.
Lo que se vislumbra es una piñata con clientelismos políticos para las próximas elecciones que están planificadas para el próximo año. Por lo tanto, los sectores que controlan el poder en Guatemala son los que van a decidir hacia donde canalizar la mayoría de recursos económicos del presupuesto de la nación, para, según ellos, asegurarse una continuidad en el poder.
Por otra parte, se ha recortado el presupuesto a la educación superior, lo cual es absurdo, pues cualquier país que se precie de impulsar la educación tiene que invertir recursos económicos en la educación primaria y superior. Para apoyar el desarrollo, la tecnificación y el profesionalismo es fundamental invertir en educación superior. Sin embargo, se prevé un recorte de casi Q 300 millones a la Universidad de San Carlos, lo cual es aberrante, y solo demuestra la incapacidad del gobierno, además de su deseo por mantener en la ignorancia al pueblo de Guatemala.
También se le reduce el presupuesto al Ministerio Público y al Organismo Judicial, aunque sea primordiar invertir para que estos organismos funcionen eficientemente y se termine con la impunidad y la corrupción.
Otro gran ausente en la distribución del presupuesto es el sector salud, que sabemos es donde se debería invertir más para que el pueblo guatemalteco tenga acceso a los servicios de salud, lo cual permite más producción personal y social. Pero a este sector y especialmente al gremio de médicos no se les incluye en un aumento del presupuesto.
Por lo tanto, podemos concluir que el presupuesto de la nación esta mal enfocado, mal estructurado y dirigido a beneficiar a unos pocos y a penalizar a la mayoría de la población.
La distribución del presupuesto de la nación carece de muchos factores técnicos, este presupuesto es deficitario desde su presentación, ya que, según algunos expertos, de los Q 87 mil millones presentados únicamente se podrían recaudar Q 65 mil millones, lo que obligaría al Gobierno a un endeudamiento mayor.
Este panorama no es halagador, porque dejaría al gobierno de Jimmy Morales como uno de los más incapaces en la elaboración de presupuesto y en una crisis económica catastrófica para el país. Dicha crisis afectará más que nada al pueblo de Guatemala, al encarecerse la canasta básica y otros elementos de uso diario, como el transporte, la energía eléctrica, el agua potable, etcétera.
El jueves por la tarde ya habían aprobado en segunda lectura el presupuesto, por lo que si los diputados no recapacitan, van a cavar un hoyo profundo y van a ser los responsables de que nuestro país quede estancado en la miseria, enfermedad, ignorancia y falta de desarrollo.
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