Democratizar la democracia

Al sociólogo francés Alain Touraine le debemos conceptos innovadores en torno a la democracia. Touraine señala la importancia de los actores y de las estructuras de las decisiones sociales. La democracia, concluye Touraine, deberá valerse más de los modelos o paradigmas culturales. La cultura implica comportamiento y conjunción de lo individual con lo colectivo. Touraine habla también del sujeto democrático como factor fundamental para el desarrollo y ejercicio de la democracia. Sin la participación efectiva de la mayoría de ciudadanos con acciones responsables y cívicas, el sujeto democrático no se cristaliza. Tanto el individualismo como el colectivismo, responden a posiciones extremas, ambas antidemocráticas. A la democracia le corresponde conciliar las diferencias (sociales, étnicas, económicas) que pudieran afectar a los sujetos de una sociedad. La democracia es ante todo un asunto político que implica una ideología y una forma de ver el mundo, con una serie de valores que definen el comportamiento individual y social.

La democracia representativa muestra ahora que hay muchos actores. Por lo menos en cuanto al número de partidos políticos y de comités cívicos que concurrirán a las urnas por los puestos de presidente, diputados y alcaldías en 2019. Pero no son nuestros partidos políticos modelos de democracia. Por ejemplo, el Frente de Convergencia Nacional (FCN) que está a punto de ser cancelado por ilegalidades.

Por otro lado, resulta escandaloso ver los pactos de impunidad y corrupción en el Congreso. El Ejecutivo y Jimmy a la cabeza tampoco han contribuido a una buena gobernanza, al contrario, las sospechas sobre el presidente, su partido y sus allegados son comidilla en todos los niveles de la sociedad. A lo anterior agregamos la incapacidad de comunicación del presidente Morales, algo estrechamente vinculado con su visión del mundo y a sus modales de ungido divino, con frases que pasarán a la historia de la retórica estulta como “la corrupción es normal” o “hay que perseguir el delito y no a las personas”.

El problema de la desigualdad y la necesidad de superación de la pobreza e integración social emergieron después de la caída del autoritarismo militar, como dos aspectos fundamentales en la construcción de la democracia. La democracia entendida como un mecanismo social de toma de decisiones y no solo como una “forma de gobierno”. Con el riesgo de que la representación democrática que ejerce la clase política puede corromperse cuando los representantes se representan a sí mismos, es decir les importa el cratos (el poder) y no el demos (el pueblo). Entendemos por pobreza no solo lo económico/material, como la falta de recursos y empleos o de vivienda, sino también la ausencia de participación, la discriminación, los obstáculos para influir en las decisiones que a todo nivel incumben y afectan a los ciudadanos.

La condición democrática reside en la capacidad de cada ciudadano de poder optar y decidir. La pobreza no es solo una cuestión económica, sino que hay pobreza cuando existe un déficit democrático para grandes sectores de la sociedad que afectan las decisiones de los ciudadanos. Por ejemplo, optar por migrar a los Estados Unidos y correr todos los riesgos porque en el propio país se carece de posibilidades reales de tener una vida con un mínimo de calidad. En Guatemala lo que se ofrece, y es la realidad de millones de personas, es el “mal vivir”. Es decir, hay pobreza cuando hay marginación e incapacidad de tomar decisiones. En otras palabras: más democracia, menos pobreza.

Es fundamental distinguir entre la democracia representativa y la participativa. La primera se refiere al sistema de partidos y elecciones. La democracia participativa, en cambio, implica una dinámica más social, no solo de mecánica electoral sino de participación de amplios sectores ciudadanos. La democracia participativa envuelve una dinámica más social, no solo de mecánica electoral sino de participación real de amplios sectores ciudadanos. La sociedad civil forma parte esencial de la democracia.

Guatemala tiene más de 30 años de democracia formal. Tres décadas desde los sangrientos gobiernos militares y dos desde del fin del conflicto armado interno. Llegar a celebrar elecciones generales sin que sean los “generales” los que impusieran al “elegido” por ellos, es sin duda un gran progreso. Sin embargo, se anhelan grandes cambios y que sucedan pronto. Pero ha faltado visión y responsabilidad en la clase política, sobre todo con la cuestión social y la abundancia de improvisación y de demagogia. Lo importante no debería ser el QUIÉN sino el CÓMO se piensa gobernar. Porque se ha visto carencia en los programas y en cambio un énfasis en la competencia electorera. Las sombras del narcotráfico y del crimen organizado resultan grandes y terribles. Además, los escándalos de corrupción, que tienen en la cárcel a un expresidente, su exvicepresidenta y a docenas de expolíticos y exfuncionarios, muestran lo vulnerable del sistema y las debilidades políticas, éticas y legales.

Los derechos humanos son la base de todo sistema democrático. Aquel gran líder que fue Manuel Colom Argueta proclamaba la necesidad de “la democracia como medio y como fin”. La democracia que no se desarrolla muere, se pudre, se convierte en un ritual y en fachada. Con el resultado de la ingobernabilidad, que lleva a la violencia y la impunidad. El derecho fundamental es a la vida digna con salud, educación, seguridad y cultura.

La democracia en Guatemala se debate entre la realidad y la utopía. Entre el sueño y la pesadilla de despertar cada mañana con la inseguridad y la pobreza tocando las puertas. Porque la democracia debe suministrar resultados. Si brinda salud, educación, seguridad y empleo, entonces el país se habrá democratizado. Los principales logros deben ser, sin duda, la disminución de la pobreza.

Guatemala se democratizará también en la medida en que la sociedad civil se haga más fuerte, con la consolidación de valores que lleven al imperio de la justicia. Porque democracia es cuestión de justicia y equidad.

Un Commentario

arturo ponce 17/07/2018

TODO LO EXPUESTO EN ESA FORMA ES TEMA MUY TRILLADO, A PESAR DE SER CIERTO PORQUE NADIE DA LA SOLUCIÓN. TODO ES QUEJA, INCONFORMIDAD, INCOMPRENSIÓN, INTOLERANCIA, IRRESPETO, INCAPACIDAD, ETC. ETC.
YO PREGUNTO: COMO HACER PARA QUE TODO ESO LO COMPRENDA EL 90% DE NUESTRA POBLACIÓN……………… SE LAS DEJO PICANDO COMO DECÍA AMORÍN.

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