Economía circular y uso de las TIC para cierre de brechas en Latinoamérica

Cynthia Rojas Ureña | Política y sociedad / ENFOCÁNDONOS EN LO IMPORTANTE

El 17 de octubre se celebró el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza [1]. Esta celebración tiene como objetivo generar la consciencia sobre la necesidad de erradicar la pobreza y miseria. La pobreza no es únicamente la carencia de recursos, también se considera pobreza a la falta de capacidad y oportunidad para producir dichos recursos y, por tanto, según las Naciones Unidas, la erradicación de la extrema pobreza es una cuestión de derechos humanos. Es necesario que las personas disfruten de condiciones de igualdad, desarrollen capacidad de actuación y autonomía. Para ello los gobiernos deben garantizar coherencia de las políticas que permitan proveer de instalaciones, bienes y servicios que sean accesibles y adaptables.

En Latinoamérica, el nivel de pobreza extrema ha crecido en los últimos 10 años. Según la Cepal (2018), la clase pobre vive al día con entre 4 y 10 dólares. El mismo informe señala que, en el 2015, 35 % de la población pertenece a la clase media consolidada, y 40 % se considera población pobre o clase media vulnerable, la cual vive con la incertidumbre de caer en la pobreza. Los índices de pobreza en muchos países se mantienen aproximadamente en 3 %, según Avendaño (2018), en Costa Rica, por ejemplo, el nivel de pobreza creció en 1.1 % en un año, lo cual es estadística y socialmente significativo, pese al continuo asistencialismo del Gobierno. Tal como se puede ver, esta estrategia no es la única solución al tema de la pobreza, se requieren soluciones sistémicas que le brinden a las personas opciones de trabajo y nuevas perspectivas de vida.

Como se puede ver, las estadísticas poblacionales reflejan que es necesario desarrollar nuevos modelos económicos, así como nexos entre Estado-ciudadanos y mercados para desarrollar nuevas opciones de desarrollo. La economía circular o economía en bucles [2] es una opción viable para la reutilización de insumos, evita el desperdicio y promueve la idea de cero residuos. Tradicionalmente los procesos son lineales, se toman los insumos, se transforman en productos o servicios y luego se desechan. Sin embargo, la realidad socioambiental en la que nos encontramos deja claro que el paradigma es insostenible para el medio ambiente y para la economía mundial. Este tipo de economía permite identificar y crear nuevas oportunidades de crecimiento económico e impulsar la innovación y la competitividad de la región, en este caso la centroamericana.

Mundialmente, cada año se generan en todo el planeta entre 7 000 y 10 000 millones de toneladas de residuos, incluyendo urbanos, industriales, de construcción y demolición, y alrededor de 3 000 millones de personas carecen de acceso a instalaciones controladas de gestión de residuos (Residuos profesional, 2018). En el 2018 se pronostica que Latinoamérica generará 4 800 kilotoneladas (kt) de basura electrónica o e-waste, lo que representa un 70 % más que en 2009 (Ceratti, 2017). Según el mismo autor, una gestión inteligente de los residuos permitiría a los países reducir los costes de eliminación y obtener un beneficio adicional con las materias primas recuperadas, así como la generación de miles de puestos de trabajo verdes, relacionados con el manejo responsable de los residuos, así como el reciclaje.

En el mercado se cuenta con diversas tecnologías para tratamiento de los residuos sólidos. Sin embargo, es importante destacar que también las tecnologías informáticas pueden hacer gran diferencia en este sentido. Según Kedia (2018), el internet of things (IoT), algoritmos de machine learning, data analytics, cloud y big data están siendo utilizados en la industria del manejo de residuos para su recolección, manejo y reutilización en diversos procesos productivos. Dos ejemplos de ellos son los siguientes:

1. En Dinamarca e India se están utilizando las nuevas tecnologías para identificar quiénes producen más basura, así como el tipo de esta; mediante algoritmos predictivos se pronostican y optimizan las rutas de recolección bajando los costos operativos. Todos estos datos también permiten desarrollar redes de reciclaje que permiten cuidar el ambiente y generar más puestos de trabajo. Estas soluciones son utilizadas en las industria hospitalaria, hotelera, construcción así como las residenciales.

a. El ciclo es simple, sensores en los contenedores envían la información al portal, un proceso de análisis predictivo ayuda a optimizar la gestión de órdenes, mediante la plataforma se actualiza el estatus de las órdenes en tiempo real, evitando así los vertederos clandestinos, promoviendo una gestión rápida ya que optimiza las rutas de las flotillas y eficiente para los clientes y cuida el medio ambiente, porque un camión lleno de basura genera 1.3 kg de CO2 en emisiones por cada kilómetro. Este proyecto en la Unión Europea ha reportado un ahorro de 75 % en consumo de energía en el reciclaje de metales, como el acero, con respecto a la producción desde material virgen (Kekäläinen, 2016).

2.En Alemania, la economía circular está cerrando algunos ciclos productivos y económicos en el sector de las bebidas alcohólicas, puntualmente el cervecero, lo cual es de gran importancia económica y cultural. En este caso se está recogiendo todo el pan que no se vende o se vence en las tiendas y supermercados, y se está utilizando como insumo en sustitución de la cebada para la creación de la cerveza. Y finalmente el composto de la cerveza se utiliza nuevamente para volver a crear pan.

Si bien es cierto el concepto de economía circular tiene sus limitaciones, lo cierto es que la adopción de esta forma de generación de trabajo en nuestros emprendedores y empresas establecidas, propone un nuevo ángulo para mirar nuestra realidad, concentrándose en repensar los productos y servicios desde varias realidades:

  1. Los productos muchas veces son commodities.
  2. Los recursos son finitos. Por ello es necesaria la innovación relacionada a la transformación de materiales, reutilización de insumos, restructuración de procesos productivos y operativos.
  3. Es necesario un cambio de paradigma de vender solo productos a vender «la utilidad de los productos» es decir la unificación de productos y servicios (Pagoropoulos, Pigosso, & Mcaloone, 2017).v

Internet of things (IoT), big data y otras tecnologías utilizables en la economía circular traen consigo nuevas opciones de negocio ágiles y disruptivas por medio de la extracción y utilización de datos, de manera que se representan para los países en vía de desarrollo nuevas fuentes de trabajo.

Esto requiere una coyuntura de tres ejes (ver figura 1):

  1. Gobierno (objetivos, legislación, políticas e indicadores, educación).
  2. Empresa privada (estrategia, procesos, cultura).
  3. Tecnologías de la información, arquitectura desde la perspectiva de: recolección de datos y en sus diferentes fuentes, integración y mantenimiento de datos, análisis de datos para generación de valor al negocio y la sociedad (ver figura 2).

Figura 1. Ejes para elaboración de modelos economía circular utilizando las TIC, elaboración propia.

Figura 2. Agrupación de tecnologías digitales en la economía circular, tomada de Pagoropoulos, Pigosso, & Mcaloone, 2017).

En la región latinoamericana, las políticas de gestión de desechos es aún incipiente, gran parte de los modelos de negocio tienden a ser más lineales que circulares y existen pocos incentivos para negocios circulares en temas de emprendedurismo y pymes, insuficiente desarrollo en cuanto a conectividad a internet y bajo costo de dispositivos. En Centroamérica se cuenta con poco desarrollo para investigación, en algunos países solo un aproximado de 2 % de los profesionales se dedican a proyectos de investigación y esto genera pérdida de competitividad, lo que a largo plazo empobrece más la sociedad y las comunidades menos desarrolladas son las más afectadas. Cuando lo cierto es que se pueden desarrollar proyectos que permitan el uso de residuos que muchas veces son desechados y pueden ser reutilizados ayudando al medio ambiente y a la economía.

El cambio requiere de intencionalidad para transcender, es indispensable dejar de intentar y empezar a hacer, a desarrollar nuevas formas de negocio, a responsabilizarse por crear una historia en donde la empresa, la comunidad y el Gobierno sean participantes activos. Es necesario dejar la apatía y buscar una razón, un porqué para generar un cambio, aunque al inicio sea un cambio pequeño y hasta fallido. Tal como lo indica John Maxwell (2015) «todos comienzan como principiantes, y, con la práctica algunos se vuelven buenos. Otros, se vuelven grandes».

En algunas ocasiones, las nuevas tecnologías se perciben muy lejanas, aptas solo para tipos negocios ya conocidos, otras veces como parte de un grupo selecto de la población. Cuando la realidad es otra, la tecnología puede y debe ser utilizada para mejorar la calidad de vida, generar nuevos tipos de negocios que abran el abanico de opciones y a su vez resuelvan problemas sociales, económicos, ambientales, culturales y de seguridad. Es necesario crear un nuevo vínculo en donde la comunidad, los gobiernos locales apoyados por el gobierno central, la empresa privada y el sector educativo puedan generar la sinergia necesaria para que nuestra región transcienda, se establezca un crecimiento inclusivo y nuestra población pueda cambiar su historia y la de sus hijos. En el último reporte global de competitividad (World Economic Forum, 2017), se hace énfasis que más países son capaces de innovar, pero deben hacer más para difundir los beneficios. Por tanto, se necesita de un catalizador para el cambio y ese es la «acción», no basta con que unos absorban y desarrollen conocimiento sobre nuevas tecnologías, tendencias o sobre las estadísticas socioecómicas, eso solo logra cambiar la mente. Pero lo que realmente puede cambiar la vida de es la «acción». ¡Trascendamos!

[1] La fecha fue instituida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1992.
[2] La economía circular es la intersección de los aspectos ambientales y económicos y tiene como objetivo la eficiencia del uso de los recursos (Fundación de Economiacircular, 2018).

Imagen principal tomada de Pngtree.

Bibliografía
1. Fundación de Economiacircular. (2018). Economiacircular.org. Obtenido de Economía circular.
2. Avendaño, M. (18 de octubre de 2018). El financiero . Obtenido de El Financiero.
3. Cepal, Naciones Unidas. (2018). Perspectivas económicas de America Latina. Obtenido de Cepal.
4. Ceratti, M. K. (2017). La basura electrónica: desechos que valen millones. Obtenido de Banco Mundial.
5. Kedia, P. (2018). Big data analytics for efficient waste management. Obtenido de International Journal of Research in Engineering and Technology.
6. Kekäläinen, F. (16 de junio de 2016). IoT & big data solving problems for the waste & recycling industry . Obtenido de European Parliament.
7. Maxwell, J. (2015). Vivir intensionalmente. New York: Hachette Book group.
8. Pagoropoulos, A., Pigosso, D., & Mcaloone, T. (2017). The emergent role of digital technologies in the circular economy: a review. Obtenido de Science Direct.

Cynthia Rojas Ureña

Ingeniera en Sistemas con más de 20 años de experiencia en el sector, máster en Resolución de Conflictos y Mediación en España, máster en Administración de Negocios con énfasis en Gestión Tecnológica y doctora en Ciencias de la Administración de la UNED en Costa Rica. Apasionada lectora e investigadora de temas relacionados con tecnología, sociedad y ciencias empresariales. Fiel creyente que la tecnología sigue siendo un medio para la sociedad y no un fin en sí misma.

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