Duermo en mi cama de roca… José Martí

Byron R.Titus | Política y sociedad / TRANSFORMACIÓN

A Antonio y Aleida en Santiago de Cuba

Cuando niño en Guatemala, esperando la camioneta en la 11 avenida y 9ª calle esquina, frente al parque infantil, recuerdo leer varias veces en una placa de bronce «Aquí vivió José Martí». Luego supe que allí había sido la casa de la familia García Granados (la niña de Guatemala). Años después, ya en Cuba, me parecía mentira estar dentro del dormitorio mismo de Martí en La Habana Vieja, allí la cama de aquel ilustre visitante, quien según sus propias palabras… En Guatemala –mi patria– se había hecho maestro. Quizás por eso, desde que llegue a visitarle la primera vez al mausoleo donde hoy descansa en el cementerio de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba, me pareció regresar al sitio de un familiar con el que de alguna manera extraña desde hace rato tenía una afinidad particular.

Entonces, mi hijo menor aún iba empujado en coche, esta vez –unos dieciséis años más tarde–, él regresaba ya todo un conocedor de Martí y de su importancia en la historia de nuestra América. De pie estuvimos ante sus restos con toda solemnidad, respeto y admiración que se le debe no solo al apóstol pero al hermano, maestro masón. Allí frente a nosotros descansaba como le habíamos dejado la última vez, cubierto por la bandera cubana frente a su perenne ramo de rosas blancas. La guardia permanente día y noche velando su descanso, todos los días del año por los siglos de los siglos.

«Feliz cumpleaños» –dijo mi hijo en discreto murmullo, cuando nos paramos a saludar los restos de Martí… Sabía el que desde hacía meses yo venía planeado compartir mi cumpleaños tardío junto a él, mi familia y en espíritu junto a José Martí. Gracias, pero hoy no quiero más que tu abrazo, le había dicho, allá lo celebramos, cuando estemos en Cuba. Y allí estábamos honrando al maestro del Instituto Normal. Mientras la guardia cambiaba y rendía honores.

Bastante se ha escrito sobre José Martí, expertos martianos de renombre han contribuido y ahondado en análisis exquisitos de su obra literaria, cuya mayoría, más que en libros, nos heredó en correspondencia y artículos publicados en periódicos. También se ha escrito sobre su participación en la lucha por la independencia y la libertad no solo de Cuba pero de nuestra América, su importancia de fundador del Partido Revolucionario Cubano, y, en un nivel más discreto, los masones han documentado su vida y testimonio como masón. Pero algo sobre lo que se conoce poco es sobre los varios entierros de Martí. Su recorrido desde Dos Ríos para llegar a su descanso final, su mausoleo en el cementerio de Santa Ifigenia.

En su libro Donde yace nuestro apóstol, M. Castillo Amoros y otros (Universidad de las Ciencias Informáticas, Cuba, 2009) comparten que el 20 de mayo de 1895, un día después de su caída en Dos Ríos, Martí es enterrado por primera vez en el cementerio de Ramanganagua. Tres días después, el 23 de mayo, es exhumado por primera vez para hacerle la autopsia y enviado a Santiago de Cuba al nicho número 134 de la galería sur del cementerio de Santa Ifigenia, donde es enterrado el 27 de mayo de 1895.

El 24 de febrero de 1907 Martí es exhumado de nuevo y sus restos son trasladados al Templete Jónico, donde permanece enterrado hasta el 8 de septiembre de 1947, cuando es exhumado otra vez para colocar sus restos en una caja metálica y trasladarlos al Retablo de los Héroes. Allí permanece por más de tres años hasta que, finalmente, sus restos mortales son definitivamente trasladados el 30 de junio de 1951 a su propio mausoleo. ¡En paz descanse venerable maestro, apóstol, hermano!


Fotografía por Byron Titus.

Byron R.Titus

Sociólogo, investigador científico y transformador. Conferencista y asesor internacional. Actualmente director del Regional Resource Center en Webster MA. Fundador y director del Centro de Transformación a la Excelencia. Vivo fuera de Guatemala desde la noche del dia de la virgen de Guadalupe 1975. Mi cumpleaños es el 15 y 16 de julio, resido -hasta que San Juan baje el dedo- en Nueva Inglaterra, EUA. Amante de las artes, particularmente la literatura y la música.

Transformación

2 Commentarios

Eddy Morales 27/08/2018

Es un artículo que nos enseña el valor que tienen los principios perpetuos a las generaciones venideras al dejar huella que lleva a José Martí a la inmortalidad. Saludos mi estimado colega-amigo-hermano. Viva Martí …..por siempre.

Víctor Muñoz. 27/08/2018

Excelente tu artículo, vos Titus. Un muy merecido abrazo.

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