¡Diciembre!

-Rodrigo Pérez Nieves / PIEDRA DE TROPIEZO

El primer domingo de Adviento es la señal de partida para el cambio: para algunos de oración, para otros de jolgorio, para los más, es tiempo de espera para celebrar el nacimiento del Hijo del Hombre.

Diciembre, indudablemente el mes del año más esperado, es el duodécimo mes del calendario juliano actual, su nombre recuerda el décimo lugar que tuvo en el antiguo calendario romano, cuando llevaba el nombre de decembris. Posadas, convivios, luces diminutas y el tan esperado aguinaldo, van sembrando alegría y esperanza en los atribulados corazones a pesar de las “amebas”, de los corruptos, de los populistas, de ese lugar donde los parásitos de la política subsisten. A pesar de que los pocos centavos que todavía nos tocamos en la billetera, en la bolsa, o que consentimos en el puño cerrado, a pesar de todos los sinsabores… llegó diciembre.

La Navidad está cerca, largas colas, calles llenas de gente, calzadas a medio construir, hoyos en las calles que semejan un paisaje lunar, culpa de la mediocridad de las personas responsables, y atascos que se han vuelto comunes en estas fechas, transformando una tarde de compras en una sufrida pesadilla. El estrés que se sufre cuando se acude al mercado o a su tienda favorita, a pesar de que los negocios suben los precios en estas fechas, a pesar de la dificultad de encontrar el regalo perfecto para «mi nieto», el gasto económico que esto conlleva y los tradicionales villancicos que aportan los equipos de sonido de los negocios. No importa, diciembre es agradable. Gócelo sin permitir que malos augurios enturbien el calor del hogar. Al fin y al cabo, un aumento de salario aparentemente insignificante, pero que a la larga traerá un alza en la canasta básica y desempleo, no merece el privilegio de poner a prueba su salud.

Por mi parte, siento que hace tiempo no tengo una buena navidad, con tamales, ponche, cuetes, regalos, luces, brindis, abrazos, etcétera y sobre todo con el ingrediente principal que es la alegría de nuestro pueblo.

A pesar de que la Navidad se celebra este año un domingo, tengo como meta no dejarme quitar la Navidad, por nada ni nadie, tengo a mis hijos, a mi esposa a mi lado, y algunos amigos, eso es suficiente. Merecemos todos una Navidad de paz y amor, de tradición, de felicidad y de chapinidad. Hagamos que este diciembre sea recordado por lo bien que lo pasamos todos a pesar de la adversidad. ¡¡Disfruten las fiestas!!


Imagen tomada de Silo creativo.

Rodrigo Pérez Nieves

Ingeniero graduado en Alemania, columnista durante 12 años en el periódico El Quetzalteco, con la columna Piedra de tropiezo. Colaborador con los grupos culturales de Quetzaltenango y Coatepeque. Catedrático en la URL en la carrera de Ingeniería Industrial, sede Quetzaltenango. Libros escritos: Pathos entrópico (poesía y prosa), Cantinas, nostalgias de un pasado y el libro de texto universitario Procesos de Manufactura.

Piedra de tropiezo

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