Jiménez Suchité | Arte/cultura / VOZ EN OFF
El hype por la nueva serie de Matt Groening fue enorme, Netflix anunciaba escandalosamente que estrenaría (Des)encanto, la serie del creador de los Simpson. Con esa aclaración comencé a esperar la hora y el día. Cuando por fin se estrenó, me volqué a ella sediento de creatividad, humor ácido y crítica social inteligente, características que ahora toca rebuscar demasiado entre tantas series repetitivas.
Pero, sorpresa: terminé desencantado.
Algo falla terriblemente con la serie, todavía no me queda muy claro qué es, pero podrían ser varias cosas.
Podría ser porque en la mayoría de las veces el humor suena forzado y no da para más que una media sonrisa de tipo «sí pues, entendí eso», pero sin generar ninguna conexión que provoque algo más. Luego tiene algunas críticas sociales características de Groening, que se comprenden perfectamente y hasta se aplauden, pero que parecen tema apartado de la historia que nos está contando.
Y ahí vamos, ¿cuál es la historia?
Nos centramos en la Edad Media, el personaje principal es la princesa Tiabeanie, a quien todos llamaremos Bean. Bean es una princesa que no quiere adaptarse a los convencionalismos que su condición real le exige, se rebela contra su padre, vive sin etiquetas, pero frustrada, y ahoga sus penas en el alcoholismo y las drogas. Nada que no hayamos escuchado antes. A Bean la acompañan sus dos mejores amigos: un elfo y Lucy, su demonio personal. Van con ella a todas partes y se desempeñan como el ángel y el demonio en el hombro, que en el caso de Lucy es más literal. Elfo es desesperante, me cagaba cada vez que decía algo y conforme los capítulos avanzan todo iba empeorando. Lucy, por otro lado, es mi personaje favorito, su irreverencia no se siente forzada y el par de risas sinceras que me provocó la serie, fueron gracias a él.
El problema con esa amistad es que nuevamente no existe conexión, no hay vínculos emocionales sólidos que los unan y durante la serie tampoco llegan a desarrollarlos, jamás llegué a sentir que alguno de los personajes me importara, me hubiera dado igual si los mataban a todos, situación que no sé si sucede al final porque no la terminé de ver. Son 10 capítulos y después de quedarme dormido en el 8, decidí que no la seguiría viendo, porque un par de capítulos restantes no podrían definir si me terminaría gustando.
No es que odie la serie, de hecho, tiene sus cosas buenas, algunos chistes y líneas inteligentes, alguna aventura que se sale de control y entretiene, de seguro habrá gente que se la disfrutó, pero en general ha sido para mí un total desencanto.
Ahora los dejo con un buen golpe de Matt:
Imagen principal tomada de As. Las demás imágenes que acompañan el texto fueron tomadas de Twitter.
Jiménez Suchité

Mal amante de la literatura y el cine, series, música e historias en general. El arte me salva la vida y yo la voy haciendo peligrar, así nos complementamos y así, algún día, algo saldrá mal. Cargo con muchas etiquetas, pero solo me hago responsable de las que he elegido yo. Ya no pregunto por quién doblan las campanas, ahora sé que doblan por mí. Rechazo y resisto, no conozco otra forma de vivir.
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