Desarrollo sostenible para América Latina

Vinicio Barrientos Carles | Política y sociedad / DESARROLLO & PAZ

La presente Agenda es un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad.
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, ONU

El tema del desarrollo no es un tema cualquiera, y es esencialmente una temática de actualidad, quizá ahora más que nunca. El milenio que se abre ha presentado en sus albores nuevas problemáticas y renovados retos. Los siglos no han pasado en balde y la humanidad tiene hoy en día un horizonte de posibilidades sin precedente, pero, a la vez, conflictos que parecieran colocar en riesgo su misma preservación, y con nosotros, la del resto del planeta. Estos cambios globales adquieren matices específicos en cada una de las regiones del mundo, y América Latina tiene sus particulares conflictos y nudos de interés. A la manera de elementos insustituibles en un ecosistema, las distintas regiones del concierto de naciones cumplen una función particular, aportando elementos a todo el orbe, y en esta dirección es fundamental comprender el papel que Latinoamérica tiene dentro de la sostenibilidad de cualquier propuesta geopolítica. En particular, para la comunidad internacional resultan importantísimos los desafíos que las desigualdades sociales y la degradación ambiental evidencian en nuestro contexto latinoamericano, puesto que América Latina y el Caribe no es la región más pobre del planeta , pero sí es la más desigual, y esta desigualdad en la distribución tiene una historia y una evolución que vale la pena considerar en la panorámica general del tema.

Por otro lado, resulta bastante claro que cualquier nueva ruta para el desarrollo debe girar en torno a la toma de consciencia por parte de todos los actores productivos, en la medida que ya no es viable continuar con los mismos patrones de producción, energía y consumo. Es necesario transformar el paradigma de desarrollo dominante, convirtiéndolo en otro sostenible, inclusivo y basado en una visión de largo plazo. Se trata de una transformación de nuestras conciencias respecto a la posición hegemónica para el equilibrio del planeta. En esta línea de pensamiento, la desigualdad imperante muestra brechas de tipo estructural, a saber: infraestructura insuficiente, baja calidad en servicios de salud y de educación, persistentes brechas de género y con las minorías, y en general, un impacto exacerbado de una economía deficiente en los segmentos más pobres de la sociedad. Es decir que no solo se trata de políticas productivas, sino de las problemáticas sociales más profundas que pueden hacer colapsar cualquier iniciativa si no se toman en cuenta, ponderándolas como es justo y necesario.

Como es sabido, la organización de las Naciones Unidas está conformada por 193 Estados miembros, y vale puntualizar que en su Asamblea General celebrada hace tres años, en septiembre de 2015, se aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establece una visión transformadora hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental, constituyéndose en una ruta de trabajo para los próximos 12 años, para todos los países miembros, pero en particular, para Guatemala, como bien se establece en el Informe de la estrategia de articulación de los objetivos de desarrollo sostenible al plan y la política nacional de desarrollo k´atun: nuestra Guatemala al 2032. Es relevante visualizar la importancia de un enfoque radicalmente integral entre las dimensiones social, económica y ecológica, no dejando ninguna de estas fuera del análisis y de la articulación de esfuerzos holísticos para la definición de macropolíticas orientadas a esta nueva visión del desarrollo sostenible. Como puede apreciarse en el diagrama que sigue, la sostenibilidad aparece en la conjunción de todos los componentes que puedan derivarse de cada una de estas tres dimensiones de la esfera de existencia y de influencia humana.

Imagen elaborada por Vinicio Barrientos Carles.

El conocimiento de los 17 ODS asociados a la Agenda 2030 es fundamental, tanto a nivel regional, como en cada uno de los países miembros, y en especial en los países latinoamericanos, en vista de que se trata de una agenda civilizatoria, que coloca la dignidad y la igualdad de las personas en el centro. De esta guisa que se trata de un enfoque radicalmente distinto, que persigue de forma ambiciosa y visionaria la sostenibilidad, inmersa dentro de una geopolítica basada en la equidad y el bienestar de las comunidades, requiriendo por ello la participación de todos los sectores de la sociedad, fortaleciendo a los Estados durante su implementación. En nuestro caso, un país con planificación casi inexistente, los ODS representan un horizonte esperanzador, con una visión de largo plazo tan requerida en Guatemala, orientando todo el trabajo a la creación de una sociedad inclusiva y justa, al servicio de las personas de hoy pero pensando en las generaciones futuras.

En el documento Horizontes 2030: la igualdad en el centro del desarrollo sostenible, presentado en mayo de 2016 en Ciudad de México, la CEPAL tomó la visión de la equidad como núcleo generador en la propuesta de la Agenda 2030, analizándola bajo las perspectivas propias de América Latina y el Caribe, concluyendo en las grandes oportunidades que esta visión posibilita. Se dispuso en esta ocasión de sendas herramientas para la generación de políticas públicas, creando el Foro de los países de América Latina y el Caribe sobre el desarrollo sostenible como mecanismo regional para el seguimiento y evaluación de la Agenda 2030. Se establecieron cuatro lineamientos estratégicos que amerita puntualizar y ponderar oportunamente.

Imagen elaborada por Vinicio Barrientos Carles.

En suma, hoy por hoy nos enfrentamos a la imperante necesidad de confrontar nuestras propias dificultades de desarrollo, de cara a nuevas opciones que nos hagan asumir la responsabilidad que a cada uno nos corresponde. Como sociedad y como individuos tenemos el deber de enterarnos sobre las macropolíticas para que todos y cada uno de nosotros podamos aportar nuestro grano de arena, desde nuestro trabajo profesional y desde nuestro papel ciudadano, que es tan importante para la consolidación de las estrategias y los objetivos para el desarrollo sostenible. Es crucial comprender de una vez por todas que si no somos nosotros mismos los reconstructores del tejido social y los creadores de nuevos caminos para una sostenibilidad de largo plazo, nadie lo podrá hacer en lugar nuestro. En este marco de acción, el conocimiento de los objetivos de desarrollo sostenible ─ODS─ jugará un papel primordial y clave para nuestra comprensión de la planificación estatal en el mediano y largo plazo, y por ello estaremos presentando en esta columna los diferentes objetivos uno a uno, para nuestro análisis y reflexión.


Fotografía principal tomada de Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Vinicio Barrientos Carles

Guatemalteco de corazón, científico de profesión, humanista de vocación, navegante multirrumbos… viajero del espacio interior. Apasionado por los problemas de la educación y los retos que la juventud del siglo XXI deberá confrontar. Defensor inalienable de la paz y del desarrollo de los Pueblos. Amante de la Matemática.

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