-Jorge Mario Salazar M. / PALIMPSESTO–
El origen de la democracia que vivimos está en un recambio de estrategia militar durante el conflicto armado que asoló el país por 36 años. En 1982, los oficiales jóvenes del Ejército, cansados de realizar el trabajo sucio para mantener la oligarquía nacional como el principal extractor de recursos nacionales y motivados por el desgaste sufrido por la cúpula militar durante las últimas elecciones, decidieron tomar control de la institución armada, del Estado y la negociación política.
El supuesto golpe a la alta dirigencia militar logró eximir a los generales de juicios posteriores y crearles un manto de impunidad. Bajo el mando de Mejía Víctores, el gobierno de Ríos Montt ahogó en sangre a cientos de comunidades y sentó las bases de la nueva correlación de fuerzas políticas. Se concentraron fuerzas civiles paramilitares, policíacas, escuadrones de la muerte y agentes dentro de las instituciones públicas alrededor del Estado Mayor Presidencial y se intervinieron solapadamente entidades autónomas como la USAC, el IGSS y la CDAG, entre otras. También se fortalecieron las cadenas radiales y televisivas en manos de otros beneficiarios de ese poder, con el propósito de derrotar ideológicamente a la insurgencia. Las iglesias evangélicas, de pronto, se convirtieron en la religión oficial. Coronando esa alianza, el narcotráfico.
Mejía Víctores relevó a Ríos Montt mediante otro golpe de Estado y cubrió con otra capa de cebolla la impunidad de los generales. Se dio paso a una Asamblea Nacional Constituyente y se instaló la nueva Constitución Política, que apuntaló el sistema jurídico con instituciones fiscalizadoras como la CC, el PDH y el TSE, aunque con poca independencia. Treinta y cinco años después, el autoritarismo aún injuria a estas instituciones cuando no puede manipularlas, llamándolas comunistas.
Los gobiernos civiles no pudieron desarrollar una democracia plena a la sombra de los militares. La violencia desproporcionada en el campo y la ciudad contra la ciudadanía construyó el miedo; la desinformación y el chantaje se convirtieron en el modo de hacer política. La corrupción se instaló como el traje a la medida de los gobernantes. A instancias del poder real, el saqueo del Estado se produce de manera natural, desde formas tan sofisticadas como quedarse con los bienes estatales privatizados, hasta las formas más descaradas como las coimas exigidas por Pérez Molina y Roxana Baldetti.
Impunidad y corrupción institucionalizadas son los rasgos de la democracia construida por la alianza militar oligárquica de los años ochenta, que llegó al paroxismo con el gobierno del Partido Patriota y que fue heredado por Jimmy Morales. Hoy se demuestra que la cooptación del Estado por el crimen organizado se defiende en el Congreso. Los partidos políticos son cómplices de ello.
En ese marco, el rompimiento de ese sistema pervertido difícilmente se puede lograr en un proceso electoral minado con las mismas trampas que sustentan los males que se deben combatir. Ningún partido político debería recibir dinero a cambio de beneficios para los financistas. Mucho menos si ese dinero proviene de actividades ilegales como las señaladas al presidente.
El TSE debe contar con el poder de controlar la idoneidad y honradez de los políticos y los partidos. Se debe eliminar el derecho de antejuicio y depurar los organismos Legislativo y Judicial de los remanentes del crimen que subsisten en su interior. Las decisiones de la autoridad suprema electoral no deben caer en crisis políticas.
Hoy, que se recogen los retazos de una batalla por la depuración del Estado, en donde los perdedores somos los guatemaltecos, cabe la reflexión que la defensa de la institucionalidad, para la mayoría de diputados, significó defender la impunidad y la corrupción.
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Jorge Mario Salazar M.

Analista político con estudios en Psicología, Ciencias Políticas y Comunicación. Teatrista popular. Experiencia de campo de 20 años en proyectos de desarrollo. Temas preferidos análisis político, ciudadanía y derechos sociales, conflictividad social. Busco compartir un espacio de expresión de mis ideas con gente afín.
3 Commentarios
Muy buen análisis y reflexiones certeras en torno a institucionalidad y democracia.
Muy atinado el análisis. Ojala nuestro pueblo no se deje manipular y continue ejerciendo el derecho de manifestar.
Gracias por su comentario. Ya ve, a esta hora del día como ha evolucionado la coyuntura. Espero que avance sin violencia. Creo que la gente no se detendrá porque ya perdió el miedo y quiere que la corrupción y la impunidad terminen. La saludo cordialmente.
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