Luís Eduardo Ramírez | Arte/cultura / ¡QUÉ FUSAS!
Tú también llevas imperio en tu sangre.
Sangre necesitaba el imperio de aquel entonces y los de ahora,
también llevas arrogancia de imperio pasado,
nostalgia de grandeza.
Tenía, tu estirpe también, armas para matar y esclavizar
y exquisito arte para postergar su historia,
para exhibir su grandeza y para trasladar su cultura a otros pueblos,
una vez subyugados.
Tú sabes que vienes de pueblo y cultura grande
y que ese pueblo hizo maravillosa historia.
Tú puedes entender que ese pueblo tuvo también supremacía cultural
y que a flecha, macana y cerbatana, la impuso.
Tú mejor que nadie sabes que la Luna es hermosa y es diosa,
y que su siclo fue casi perfectamente calculado por tu pueblo amado.
Que el camino de Venus, también, bien sabido era;
que sus ciudades eran fastuosas y hermosas,
Que el Sol bailaba y coincidía con las cúspides de los edificios principales de sus ciudades.
Que no había Cervantes imaginado Quijote
y que ya tu pueblo contaba historia en azul, negro y rojo,
de caciques, de sacerdotes, de reyes y guerreros,
un pueblo con alma color índigo,
polvo de inframundo, cenote verde y achiote rojo,
que en aquel tiempo, antes del tiempo de las carabelas, también hubo despojo.
Maravillosos códices de claro trazo
que contaban historias y describían cálculos,
quedaron pocos, digamos que cuatro
que ahora, custodiados son, por el teutón unos,
por el ibérico otros, y por el franco los demás.
Estos sobrevivieron al fuego de Landa,
a su fuego y a su miedo, a su envidia y su ignorancia
… tal vez algo que vio en estos códices lo espantó,
tal vez el fin del mundo, tal vez el fin del tiempo,
tal vez nuestro fin.
Has pensado que en los que no sobrevivieron
tal vez se contaba, así de estrellas y de los ciclos del tiempo,
como de pueblos subyugados o aniquilados,
de reyes crueles o buenos, de élites aupadas por campesinos,
de héroes y caciques
… de pueblos vencidos … de esclavos
de cabezas rodando desde lo alto de los templos mérito del chaybal u obsidiana
y seguramente también se contaba la historia de adelantados que precedieron a Tonatiuh
y luego alguna profecía habría de la catastrófica invasión.
También tus reyes tenían concubinas
e inventaron el circo antes que los romanos
y a los esclavos mostraban atados de manos
porque la crueldad es inherente a cualquier imperio,
aunque también la bondad cuando se les da la gana,
sea el que ahora domina o el que ha sido vencido.
Tú sabes que tu pueblo ve de manera distinta
y que siente distinto, una sensibilidad tremenda y en conexión con la naturaleza,
en esto no hay cultura que iguale su grandeza,
sabes que tiene los más hermosos colores
y los más hermosos rituales, exentos de vacío.
Para tu pueblo tienen sentido las estrellas y su movimiento
y esto articula con cada árbol, con cada flor
con los ríos y las montañas,
para tu pueblo tiene sentido la poesía al hablar,
cada hilada en los tejidos, cada uno de sus colores y figuras,
tiene sentido el sacrificio, la contemplación y el destino,
para tu pueblo todo tiene alma, las personas, los árboles, los ríos, los pájaros y las tinajas.
Las representaciones de los artistas de tu pueblo
fueron extraordinarias
curvas libres e infinitas en su arte, representaciones zoomorfas en pintura
y escultura, herramientas finísimas y pinceladas precisas,
toda esta belleza artística era inmanente a la cultura de tu pueblo
pero los imperios son crueles, lo fue el tuyo y lo fue el que te venció.
Si los artistas son a su pueblo y a su tierra, consecuencia de estos
y viceversa, entonces tu pueblo fue hermoso y civilizado
pero al haber sido civilizado, cabida hubo también
para lo tenebroso, para el sacrificio absurdo, los mitos y supersticiones
los dogmas y la inevitable sed de poder y de expansión, la guerra.
Tú sientes nostalgia de aquellos cálculos precisos,
de aquel arte finísimo, de aquella sensibilidad y espiritualidad
y sin duda de aquellos rituales.
¿Cómo pudo haber llegado aquel momento en que todas estas maravillas
fueron borradas, olvidadas y destruidas?
¿Fue previsto o calculado este destino por los sabios de tu pueblo?
¿Qué o quién enterró tus fantásticas avenidas,
por qué se construyeron templos extraños y foráneos sobre tus templos,
quién destruyo tus ágoras y viaductos,
quién derribo tus monolitos,
quién delató la posición de tus antiguas ciudades
… y por qué?
Hoy veo imágenes de dos imperios que fueron
y hoy son despojos ambos, reliquias tras un cristal que quieren despertar.
Luís Eduardo Ramírez

Todo lo relacionado con «el uso de los dedos y lengua» es lo mío, y cuando digo esto, me refiero al gusto por las armónicas en tonos C, D, G y A. Y claro, los instrumentos de cuerda, sean pulsadas o frotadas, además de aquellos de acción de tecla. Por otro lado, el interés por las coyunturas, las culturas y la música.
Un Commentario
Muy buen poema!
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