¿Cómo te ha influido la concesión del Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias?
Con toda sinceridad el otorgamiento de este premio simplemente fortaleció mis lazos no solo con Guatemala, pero también con sus escritores y literatura. Mis amigos latinoamericanos reconocieron el valor del Premio y estuvieron muy contentos por mí. Creo que, tanto en los Estados Unidos como en Europa, no tuvo muchas repercusiones -desconocen Asturias y a la vez tienen poco interés en Guatemala afuera de ser un país de turismo. Sin embargo -y dado que El manipulador (Planeta, México, 2015) apareció en ingles en 2016- el Premio ha ayudado mucho para que esta novela reciba ofertas para traducción al italiano, árabe, polaco, macedonio, turco y armenio. Sigo pensando que el Premio, tanto como tener cuatro libros publicados en Guatemala, ha sido el logro más grande en mi vida.
Guatemala está presente en tu obra narrativa. ¿Tienes un nuevo proyecto de libro? ¿Continuas tu labor de traductor?
Por el momento, no estoy escribiendo una nueva novela. Para ser honesto, me encuentro con «nada que decir». No me preocupa, porque nunca he sentido la obligación o aún el oficio de ser un escritor oficial -publiqué mi primera novela a los 53 años, cuando muchos escritores han parado de publicar. He escrito un cuento infantil y una novelita para adolescentes recientemente, pero mi agente no ha podido venderlos hasta el momento. Mi gran proyecto es, curiosamente, hacer una nueva traducción de El señor presidente de Asturias. Esta gran novela, escrita entre 1922 – 1932 y no publicada en español hasta 1944, fue traducida al inglés en 1962. La edición que existe es, si mucho, aceptable. He recibido una beca del estado de Nueva York para traducirla y estamos a pocos días de firmar un contrato con una muy prestigiosa editorial norteamericana que va a permitir que la novela y mi traducción circule mucho más entre el público y los estudiantes universitarios estadounidenses. Creo que esta traducción, si resulta buena, subrayará el compromiso que tengo con la literatura guatemalteca. El señor presidente es una gran novela que abrió el espacio para otras novelas sobre dictadores como las de Roa Bastos (Yo el Supremo, 1974) y Vargas Llosa (La fiesta del chivo, 2000). Y Asturias es nuestro Nobel de Literatura, el único.
¿Irás a Filgua este año?
He faltado los últimos dos años, pero no voy a faltar a esta edición. Tengo muchas ganas de verme con amigos, familia y escritores y conocer nuevos libros. Voy a participar en la II Conferencia Internacional sobre Literatura Centroamericana Contemporánea del 18 al 20 de julio en el Fórum Majadas. A la vez espero reunirme con algunos escritores guatemaltecos como Denise Phé-Funchal, Rigoberta Menchú, Javier Mosquera, Víctor Montejo y Valeria Cerezo que he tenido el gusto de traducir algunos trozos o libros al inglés.
¿Cómo escritor guatemalteco radicado en Estados Unidos cómo ves la situación de los migrantes guatemaltecos ahora? ¿Se escribe sobre ellos?
La situación de los migrantes o los inmigrantes es tristísima. Tenemos como presidente a Trump, quien es la contraportada de Jimmy Morales, solo que el payaso gringo supuestamente encabeza los países democráticos y debería de ser un ejemplo de los buenos valores, y no una vergüenza rotunda. Los migrantes, en este contexto, son simplemente los peones utilizado por una Trompeta que quiere desarrollar una política nacionalista y racista. Sus apoyadores y seguidores no piensan nada sobre que les ha costado a estos migrantes llegar a la tierra del norte. Huyen de Guatemala, Honduras y El Salvador porque esos países les ofrecen violencia y pocas oportunidades de trabajo. No digo que la política de Obama hacia los inmigrantes fue muy saludable, pero en comparación, la de la Trompeta es inhumana. Nuestra gente, esa pobre gente, en muchos casos hace el trabajo que jamás el gringo haría.
¿Qué opinas del traslado de la embajada de Guatemala a Jerusalén?
Pues no creo que es un gran secreto que soy judío y dado eso, tengo una opinión sobre Guatemala e Israel. La verdad es que me parece una burrada y un acto provocador, muy representativo de las acciones cínicas del señor Jimmy que, a fin de cuentas, se mueve como la cola de Trump. No cabe duda que Guatemala y Israel tienen una relación histórica muy larga: Guatemala apoyó la entrada de Israel en las Naciones Unidas en 1949, cuando Israel fue un país en formación y un país democrático y aun socialista (es lamentable y vergonzante que Israel vendió armas a las militares responsables por el genocidio del conflicto armado). El Gobierno de Netanyahu, tanto como los gobiernos de Morales y Trump, es un Gobierno corrupto y desestabilizador, que no busca la paz. Tengo mucho respeto por los países y la gente de Guatemala, Israel y los Estados Unidos, pero no por sus líderes que son nada más que manipuladores y titiriteros de su gente. Los tres me dan basca. La situación en el Medio Oriente es muy inestable para tomar decisiones de este perfil sin pensar en las consecuencias.
Por Jaime Barrios
David Unger: Es el escritor guatemalteco de Nueva York. Nacido en 1950 en Ciudad de Guatemala. Como poeta ha publicado Caterpillar nor Butterfly y The Girl of the Teehouse. En 1998 obtuvo el premio de poesía Ivri-Nasawi Poetry Prize. Muchos de sus trabajos están incluidos en antologías y revistas norteamericanas. Como narrador ha publicado novelas como Vivir en el maldito trópico, Para mí eres divina y El manipulador. En cuentos la colección Ni chicha ni limonada. A él se deben también magníficas traducciones al inglés de autores como Sergio Ramírez, Mario Benedetti, Barbara Jacobs, Nicanor Parra y Vicente Aleixandre, por las cuales ha recibido premios, entre otros, del Consejo de las Artes del Estado de Nueva York. En 1998 tradujo el Popol Vuh en versión de Víctor Montejo. Le fue concedido el Premio Nacional de Literatura en 2014. En ocasión del recibimiento del Premio, en su discurso en el Palacio Nacional de la Cultura y siendo presidente el mismo Otto Pérez Molina, dijo, entre otras cosas: «… quisiera darle las gracias a los artistas guatemaltecos que a pesar de los Pérez Molinas y los Ríos Montts y otros cientos de cobardes que han tratado de hacer una mierda de este país, siguen laborando como artistas …».
Un Commentario
Te respeto mucho David Unger. Como autor, como traductor has hecho una labor genial. Tengo copia de «el Senor Presidente» en ingles. Cuando lei la novela en ingles no me parecio ni siquiera correcta. Esa version en ingles esta en alguna de tantas cajas parte de las mudanzas que he «sufrido» en los ultimos tiempos. Me interesa mucho tener tu traduccion. Sigue adelante!
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