I. Breve reseña histórica
La colonización europea de América se inició a finales del siglo XV, cuando Cristóbal Colón llegó en 1492. A partir de ahí, España, Portugal, Inglaterra, Francia y Holanda, incorporaron una considerable cantidad de territorios y pueblos, pero el Reino de España fue la potencia que mayor presencia colonial impuso en América.
Todos los países del continente de América tienen poblaciones indígenas, pero únicamente son mayoría en Guatemala y Bolivia. Desde 1492 hasta el 2018, solo tres indígenas han llegado a ser gobernantes de un país americano: Benito Juárez, Evo Morales y Alejandro Toledo.
II. Inicio del movimiento de independencia
En 1808, España sufrió la invasión napoleónica, esto obligó a los Reyes Carlos IV y Fernando VII a abdicar a favor Napoleón, con lo que el Imperio español se sumió en una crisis interna que se reflejó en todos los territorios colonizados. Sin embargo, los independentistas comenzaron los primeros enfrentamientos por la Independencia de la corona española entre 1804 y 1826.
En Centroamércia, a partir de 1811 se produjeron algunos intentos de rebelión, pero todos fracasaron. Sin embargo, el 15 de septiembre de 1821 se firma el Acta de Independencia de la Monarquia Española. [1] En 1823 se crearon las Provincias Unidas del Centro de América en el contexto del primer un proceso de integración (1830), pero por problemas políticos y económicos subregionales, y la constante intromisión de los Estados Unidos de América (desde 1828), no se logró alcanzar ningún acuerdo de integración y el estado federal perduró hasta 1842.
III. Las revoluciones latinoamericanas del siglo XX
A pesar de la independencia de los países latinoamericanos del dominio español, durante el siglo XX, no se logran modificar el carácter de las relaciones sociales y conservan las antiguas estructuras económicas. Por ejemplo, la población indígena continúa excluida. En este contexto, la revolución como factor de cambio se convierte en un acontecimiento excepcional para resolver los problemas sociales pendientes, por esta razón, los países de América Latina y el Caribe conocieron durante el siglo XX ocho revoluciones sociales: la mexicana (1910-1917); la brasileña (1930), la guatemalteca (1944-1954), la boliviana (1952), la cuabana (1959), la peruana (1968-1974), la chilena (1970-1973 y la nicaragüense (1979).[2] Sin embargo, solo dos movimientos insurgentes en América Latina lograron alcanzar el «poder»: Cuba en 1959 y
Cabe señalar que dichas revoluciones definieron y alcanzaron su propio modelo con base en su realidad nacional, a las circunstancias históricas imperantes y a sus posiciones geopolíticas y económicas frente a los intereses de EE. UU., país que las ha sometido a una economía de desgaste para impedir que su modelo de desarrollo sea viable porque se podrían convertir en una alternativa para otros países.
IV. El caso de Nicaragua
En el siglo XX, Nicaragua fue convertida en un laboratorio. En el contexto de las seis administraciones diferentes, las tres últimas (Violeta Barrios de Chamorro hasta Enrique Bolaños) recibieron un apoyo masivo por concepto de cooperación internacional combinado con la supervisión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) para la ejecución, tanto de reformas económicas como proyectos de desarrollo. Sin embargo, Nicaragua entró al siglo XXI con un Estado de Malestar Social consolidado: problemas estructurales en la economía, la población por debajo del límite de la pobreza supera 50 %, la tasa de desempleo abierto es de 80 % (pero las cifras oficiales registran 10.7 %), corrupción, etcétera. En este escenario, se observan las características de las cinco administraciones:
1) Dictadura somocista (1937-1979)
2) Estado-partido (1984-1990)
3) Violeta Barrios de Chamorro (1990-1996)
4) Arnoldo Alemán (1997-2002)
5) Enrique Bolaños (2002-2007)
6) Daniel Ortega Saavedra (2007-?)
Por Cientista social nicaragüense
[1] “Acta de independencia”, Guatemala, 15 de septiembre de 1821. Código de la Legislación de la República de Nicaragua. De la Rocha, Jesús.
[2] H. M. Лавров и другие (1991), ”История Латинской Америки: Доколумбова Эпоха – 70-л годы XIX века”. Издатељство Наука, Москва: П. Федосеев и другие (1986), ”Латиноамериканские Революции XX века Том I”. Серия Латинская Америка No 31.; П. Федосеев и другие (1986), ”Латиноамериканские Революции XX века Том II”. Серия Латинская Америка No 32.
[3] Ambos movimientos tenían relativamente bajos niveles de fanatismo y conductas más avanzadas en el terreno humanitario que otras guerrillas del continente. En el triunfo, la guerrilla nicaragüense priorizó la rendición de soldados a su aniquilamiento, dio buen trato a sus prisioneros, no realizó exterminios numerosos de espías y sostuvo una política de respeto y protección a la población civil. Ni en Cuba ni en Nicaragua estuvo presente el secuestro como práctica sistemática de los guerrilleros. Véase Gral. Joaquín Cuadra Lacayo, Derecho internacional humanitario y guerra irregular, en Revista Internacional de la Cruz Roja.
Un Commentario
Problema verdadero de Nicaragua: ausencia total del estado de derecho. Estado como condición (estado), más que como institución (Estado). Mientras no exista esa condición, ningún tipo de gobierno generará crecimiento y desarrollo económico
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