Fernando Zúñiga Umaña | Política y sociedad / EN EL BLANCO
Siendo muy joven, mientras un líder de izquierda subido en una tarima daba un discurso, pasó un auto con varias personas y le gritaron; «…hijuep… comunistas». El líder hizo una pausa y dijo algo así: «Esas personas me recuerdan a grupos de negros esclavos en EE. UU. gritando: ¡Viva la esclavitud, abajo Abraham Lincoln!». Siempre he tenido presente ese momento, y lo recuerdo más cuando observo reacciones negativas de personas contra aquellos que de una u otra manera quieren que su vida sea menos difícil.
En Costa Rica se ha aprobado un paquete fiscal en primer debate, por parte de una mayoría de los miembros de la Asamblea Legislativa, 35 diputados contra 22, se requerían dos terceras partes para que fuera por mayoría calificada, lo cual hace que pase por algunas instancias antes de seguir en un segundo debate, ello debido a la importancia que al respecto tiene el asunto a tratar.
El país mantiene una tensa tranquilidad, el presidente de la República, cual líder prepotente y poco magnánimo, sale a la prensa a resaltar el fracaso de los sindicalistas, obviando la poderosa movilización mostrada en las marchas de solidaridad contra el paquete fiscal, al igual que la solidaridad de los trabajadores en todas partes del territorio nacional. Carlos Alvarado expresó: «…si eso es lo que quiero decir, ellos ya mismo lo han reconocido que esta huelga la han perdido… fueron tal vez prisioneros de pensar que un muchacho de 38 años no iba a hacer lo que estamos haciendo y ahí está casualmente uno de los principales errores que cometieron». Radio La Lupa. Citado por Elmundo.cr, octubre 6, 2018.
La arrogancia del presidente, frente a la finalización de la huelga en el sector salud, con la benevolencia de los medios de comunicación, ha colaborado en generar un ambiente a favor de la Reforma Fiscal. En los medios se leen, se miran y escuchan a los tecnócratas haciendo toda clase de conjeturas acerca de la implementación de la reforma. Desmienten que sean los pobres las principales víctimas de esta, que la trazabilidad, que los privilegios, que los bancos internacionales estarán muy satisfechos y que todos estamos colaborando en conjunto para sacar al país adelante.
Pero, hay algo que no calza, es un asunto que nos trae a la mente el recuerdo del triunfo del SÍ al TLC, una lucha que al final dejó un sabor amargo en una enorme cantidad de costarricenses que estábamos convencidos que el TLC no traería nada bueno. Y los años lo han demostrado, nos quedamos esperando los «beemesdobleu» que descaradamente ofreció Óscar Arias. La situación del país empeoró, prueba de ello es que la clase política inepta que tenemos, no fue capaz de reducir el déficit fiscal desde ese entonces, por el contrario. En esa ocasión, miles de trabajadores, presionados por los empresarios, tomaron su cuchillo para su propio pescuezo. En qué forma redituó el TLC al Estado costarricense, han pasado tres gobiernos: Óscar Arias, Laura Chinchilla y Luis Guillermo Solís. ¿Qué nos cuenten sobre el aporte del TLC al país? Ni siquiera les sirvió para traer recursos a las arcas del Gobierno y reducir el déficit fiscal.
Hoy el panorama es parecido. Los medios y el gobierno de Alvarado han hecho creer al pueblo que deben «socarse la faja» y entregar parte de sus ingresos al Estado, y que solo así el país se lavará la cara ante los organismos internacionales, entonces nos volvemos a endeudar, y si nos endeudamos más el déficit fiscal crecerá y crecerá. Muchos costarricenses se han creído el cuento, los han engañado, porque indudablemente seguirá la evasión, la elusión, las excepciones a la regla y el sistema regresivo de tributación.
El presidente cree que se ha ganado una medalla, su mente de «muchacho de 38 años» no le permite visualizar lo que viene. La responsabilidad que debe asumir, al hacer creer a su pueblo que se requería enorme sacrificio para cubrir la incapacidad y mediocridad de la clase política, es enorme. Ahora le van a exigir resultados, más cuando los costarricenses reciban sus recibos de pago de energía eléctrica, de agua, de internet, de pasajes de buses, de medicinas, etcétera. El pueblo exigirá respuestas; los pobres, los desempleados, los marginados. Y lo peor es que el presidente ha amenazado diciendo que estos ajustes son solamente una parte de lo que viene.
El gasto público es solo una variable más dentro del entramado macroeconómico de una sociedad, queda mucho por analizar, incluso sabemos que minimizar la participación del Estado en la economía tiene impactos negativos en el crecimiento de la economía, igual cuando se le quita el dinero por medio de impuestos a los consumidores. Estas contracciones de la economía, junto al alto desempleo y subempleo del país y a los niveles de empobrecimiento son una bomba de tiempo que le van a complicar la gestión al «muchacho de 38 años». Ahí se darán cuenta de que hemos tomado un cuchillo para nuestro propio pescuezo.
Imagen por Fernando Zúñiga Umaña.
Fernando Zúñiga Umaña

Costarricense, estudioso de la realidad económico social y política nacional e internacional. Economista de formación básica, realizó estudios en la Universidad de Costa Rica y en la Flacso México. Durante más de 30 años laboró en la Universidad Nacional de Costa Rica. Actualmente es director del Doctorado en Ciencias de la Administración de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica. Consultor privado en el campo de la investigación de mercados, estudios socio económicos.
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