-Fernando González Davison / DING DONG–
En el torbellino de los sesenta, cuando fue la crisis de los misiles en Cuba, Jonathan Brown nos trajo una nuevo libro, cuya lectura es obligatoria para los que deseamos entender los orígenes de la lucha armada en nuestra región en esos años. Se dio en el marco de un conflicto propio entre Cuba y Estados Unidos, con un actor reticente, la Unión Soviética. El libro se intitula en inglés Cuba´s revolutionary world (El mundo de la revolución cubana).
El éxito de la Revolución cubana contra el dictador Batista en 1959 fue producto de un conjunto de apoyos dados a Fidel y sus guerrillas, desde el campesinado, universitarios y sectores conservadores, porque les juró que no era comunista. No obstante, para Gleijeses, con datos dados por Fidel y el Che, la lección es que su éxito se debió a que ese grupo encendió la chispa para crear un gran movimiento contra las dictaduras. De ahí derivó que ese modelo del «foco» podía ser imitado en todos los países de América Latina, si se juntaba un grupo valiente de guerrilleros sin temor a la muerte, para iniciar la chispa revolucionaria en los países donde se presumía que existían las «condiciones objetivas» para hacer lo que los barbudos habían logrado en la isla. Ese fue el discurso que culminaron en desastres en Venezuela, Guatemala, Perú, Nicaragua y República Dominicana, donde la teoría del «foco» fue un error grave y trágico. Eso lo había anticipado Jacobo Arbenz y Arévalo, y no avaló la insurgencia armada.
Gleijeses hace la pregunta fundamental: ¿por qué Cuba se afanó en exportar su Revolución a la región? Castro se hubiera quedado tranquilo si Washington hubiera hecho lo mismo. Pero la verdad es que luego del fracaso de bahía de Cochinos, la CIA continuó hostigando a Cuba por cualquier medio posible y en todos los sectores. Por esa razón, explica Gleijeses, Cuba tuvo necesidad de exportar su Revolución para que Washington se distrajera con diversas guerrillas en otros países, y dejara de molestar su Revolución. De ahí que la teoría del «foco» tuviera un interés en La Habana. Sin atacar de manera directa a EE. UU., no envió soldados cubanos a la región, como sí lo hará en África en las luchas contra la descolonización. La Habana optó por entrenar, en la isla, a guerrilleros de los países donde deberían volver para ser combatientes guerrilleros. Incluso les dio armas a través de Argelia y Ben Bella, enlace clave de esas remesas de armas en bolsas plásticas, dentro de toneles de aceite de oliva. Y plata. Estas operaciones molestaron a Moscú, pues su diplomacia estaba interesada en un mayor acercamiento con los países donde Fidel auspiciaba a las guerrillas, ya que quería fomentar el comercio y la cooperación económica con América del Sur. Fidel hizo su última misión «mesiánica» en Bolivia con el Che, pero también fracasa el «foco». Todo el mundo entiende que la teoría del «foco» fue un error. Por eso la asistencia cubana a las guerrillas disminuyó drásticamente ya en 1970.
Cuando Castro emprendió la exportación de su Revolución, Kennedy impulsó la Alianza para el Progreso en apoyo económico a las democracias latinoamericanas, para reducir la pobreza estructural, para que no tuvieran base las guerrillas comunistas. Pero como eso tomaría tiempo, Kennedy cambió de idea, apoyó a los militares para tomar el poder y enfrentar a las guerrillas apoyadas por La Habana (en Guatemala, apoyó el golpe del coronel Peralta Azurdia contra el general Ydígoras). A la vez, siguió la actividad de la CIA contra los Castro usando a cubanos anticastristas. Castro entendió que la mejor defensa era el ataque y siguió apoyando a las guerrillas latinoamericanas hasta la muerte del Che. En 1975 Kissinger abrió negociaciones con La Habana y las aguas de la Guerra Fría se calmaron un tiempo. Hablaron de la región, de África, de Angola, donde Castro se aseguró un papel estelar.
Mi opinión: los sesenta impregnaron a la región con cicatrices que no se cierran aún. A mi modo de ver, Cuba instrumentó y apoyó las guerrillas sin enviar soldados cubanos para que Washington dejara de visualizar solo a Cuba como su problema regional, al crear muchos problemas, muchos vietnams. Estados Unidos, en respuesta, instrumentalizó a los militares de la región para acabar con la guerrillas comunistas sin enviar un solo marine. Y esa guerra caliente en plena Guerra Fría la ganó la CIA.
Fernando González Davison

(1948) Escritor, internacionalista y exdiplomático guatemalteco.
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