Costa Rica: por unos dólares más

Fernando Zúñiga Umaña | Política y sociedad / EN EL BLANCO

Qué es la devaluación

Cuando ocurre una devaluación en nuestro país, no es ni más ni menos que una disminución en el valor del colón, en este caso comparado con el dólar. Es decir, el colón pasa a tener un precio más bajo, se requieren más colones para comprar un dólar. Es la misma relación que existe entre la moneda local y cualquier producto, si para comprar un litro de combustible necesitamos más colones, es porque el precio del combustible ha subido, o nuestra moneda, en relación con el combustible, vale menos. Se ha depreciado. Nuestra moneda se venía manteniendo relativamente estable, bajo un control de bandas que había establecido el Banco Central, tales bandas impedían que bajara o subiera de los límites inferiores y superiores respectivamente.

Por qué la devaluación

Una primera causa es la desconfianza de las personas y las empresas en la economía. En el sentido de que se trata de una economía que por diferentes razones puede entrar en crisis; principalmente cuando diferentes factores entran en juego, tales como: discurso político, discurso técnico-político, déficit en la balanza de pagos (las importaciones superan a las exportaciones), déficit fiscal, (el gasto público supera el presupuesto del Gobierno). De aquí se deriva un fenómeno propio del sistema capitalista, y es la especulación. Cuando ya el dólar inicia su cuesta arriba, los especuladores saben que hay que adquirirlos. El hecho real es que se hace atractivo invertir en dólares, principalmente si externamente hay una tendencia del principal socio (EE. UU.) de subir las tasas de interés.

En la realidad nuestra, hay un factor primordial y es la fuerte demanda de divisas de parte del Ministerio de Hacienda y otras instituciones no pertenecientes al Sector Público No Bancario (SPNB), siendo este sector el que mayor demanda de dólares hace al Banco Central. En el caso del Ministerio de Hacienda, dicho ente ha realizado compras de dólares que superan las expectativas, ello debido a una supuesta desconfianza de los inversionistas, solo en octubre de este año adquirió un total de USD 275.0 millones, la causa principal son «los vencimientos de bonos en dólares y una menor captación en esta moneda» [1]. O sea, se está pagando la deuda en dólares y los inversionistas no quieren comprarle a un Gobierno en el que desconfían, porque lo sienten incapaz de resolver los problemas de déficit fiscal en el corto plazo.

Por otra parte, Recope (Refinería Costarricense de Petróleo) está demandando dólares para financiar una factura más alta por su compra de hidrocarburos en el mercado internacional. A eso lo podemos considerar un factor endógeno, que no está bajo el control del Gobierno, ni del mismo Recope.

Unos son factores endógenos y otros exógenos. Pero también hay una forma de devaluar y es cuando el Banco Central, como señal de advertencia, decide devaluar el colón, y, como dicen los economistas, reflejar la ley del mercado a través de libertad de precio de la moneda y búsqueda de un precio que más represente el mercado.

Aquí no nos queda más que poner a volar la imaginación y aplicar la «malicia indígena», ya que el grado de devaluación que se ha presentado en un cortísimo plazo es alarmante, como lo podemos ver en el gráfico adjunto, que reprodujo El Financiero de esta semana [2] , donde a partir de que ingresó el presidente Rodrigo Cubero, se dispara el precio del dólar.

El Gobierno no debió permitir que se diera un alza en el precio del dólar, los economistas neoliberales han promovido dicha alza, su argumento es que el precio del dólar debe reflejar lo que pasa en la economía, pero muchos factores que explican lo que pasa en la economía no justifican este incremento. Estábamos dentro de un sistema de bandas y el dólar mostraba pocos altibajos, sin embargo, la liberación de las bandas y el discurso político, principalmente el técnico, encendieron la alarma. Los especuladores y el mismo Gobierno compraron dólares. El tipo de cambio superó la anterior banda, ese límite cercano a los 600 colones por dólar, y vino el caos. El haberse acercado a esa banda superior generó la especulación, atacando duramente a la moneda nacional. Hay un precio sombra que alcanza al tipo de cambio fijo. De liberarse el mercado y eliminar «distorsiones», el tipo de cambio se dispara de acuerdo con la proyección del tipo sombra [3].

Consecuencias de la devaluación

Teníamos un tipo de cambio manejable, pero resulta que aunque el presidente garantizaba que no se iría por la ruta de la devaluación, los intereses de otros sectores tuvieron más fuerza. Eso mostró una ruptura, ya no solo con los sectores sindicales y otras fuerzas, sino que contra una gran cantidad de personas que están siendo fuertemente afectadas: aquellas que, sin recibir ingresos en dólares, tienen deudas en dólares y todos los productores que requieren materias primas importadas, además, con el agravante del mayor costo de los combustibles (tendencia inflacionaria) y el impacto que ya se está dando en las tasas de interés de los préstamos en colones.

Un sector favorecido son los exportadores, quienes reciben dólares que en el mercado son más colones, por lo cual se reduce el costo de compras locales y salarios en colones, por supuesto que considerando el rubro correspondiente a compra de materiales, maquinaria y equipo en el extranjero. Aspecto que se verá protegido por el componente de los dólares que no se convierten en colones. También se favorecen quienes reciben salarios, honorarios y otros ingresos en dólares y el sector bancario, que recibirá sus pagos en colones más altos. Con el agravante de una crisis tal que incremente la morosidad en perjuicio de los acreedores.

La devaluación y las reservas netas del Banco Central: ¿se requería devaluar?

El monto de las reservas netas existentes en el Banco Central es muy importante, dado que la devaluación puede ser una decisión que permita que estas se reduzcan. Precisamente este año, en marzo, el Banco Central firmó un crédito por USD 1 000 millones con el Fondo Latinoamericanos de Reservas (FLAR), a un plazo de 3 años, con la intención de «fortalecer la posición de reservas internacionales y contribuir a mantener la estabilidad macroeconómica del país[4]. Esto logró una importante recuperación en las reservas, que llegaron a representar 13.0 % del PIB, tanto que el presidente anterior hacía alarde de la solidez del Banco Central. Hoy dichas reservas representan 12.0 % del PIB, y no ha tenido cambios sustanciales, con excepción del préstamo en dólares que hizo el BCCR al Gobierno por cerca de 500.0 mil millones de dólares.

La pregunta final es la siguiente: ¿Por qué devaluar en este momento? Si se tienen las mismas reservas, un poco más que hace un año, si el tipo de cambio venía dentro de unas bandas, que al menos daban confianza al público. Definitivamente, se trata en gran parte de asustar al pueblo, así el paquete fiscal tendrá una mayor legitimización. El daño está hecho, en el capitalismo es muy difícil jugar con estas cosas, como señala Paul Krugman, basta que un Gobierno aplique políticas incoherentes con el tipo de cambio para que haya una crisis monetaria. Los técnicos dentro de este mundo abstracto del dinero no pueden jugar de políticos, y mucho menos los políticos pueden meterse a jugar de técnicos.

[1] Semanario El Financiero. Año 23, N°. 1025, 3-9 de noviembre de 2018.
[2] Semanario El Financiero. Año 23, N°. 1025 3-9, de noviembre de 2018. Elaborado por El Financiero
[3] Especulación y devaluación monetaria, en Ediciones Akal, es un artículo que hace referencia al economista estadounidense Paul Krugman, quien escribía en 1979 que, para que haya una crisis monetaria, basta con que el Gobierno aplique políticas incoherentes con el tipo de cambio. El gráfico es una adaptación de dicho artículo a cifras nacionales.
[4] Explicación dada por Olivier Castro, presidente del Banco Central de Costa Rica en ese momento.
Imagen principal por Fernando Zúñiga Umaña. Las imágenes dentro del texto proporcionadas por Fernando Zúñiga Umaña.

Fernando Zúñiga Umaña

Costarricense, estudioso de la realidad económico social y política nacional e internacional. Economista de formación básica, realizó estudios en la Universidad de Costa Rica y en la Flacso México. Durante más de 30 años laboró en la Universidad Nacional de Costa Rica. Actualmente es director del Doctorado en Ciencias de la Administración de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica. Consultor privado en el campo de la investigación de mercados, estudios socio económicos.

En el blanco

Un Commentario

cynthia rojas 07/11/2018

Muy buen análisis de la realidad actual.

Dejar un comentario