-Hugo Sergio Del Águila Reyes / VIZTASO–
El reciente proceso judicial abierto contra el alcalde de la ciudad de Guatemala solo pone en evidencia que la debacle y el caos que ya se vive en esta urbe, la más habitada en Centroamérica, es el resultado de gobernar para minorías, con prepotencia, corrupción, improvisación y sin visión de futuro.
La mala imagen del jefe edil por su deficiente papel al frente de la comuna se ve agravada por su participación en presuntos actos de corrupción. Las evidencias que lo vinculan con hechos de peculado, financiamiento ilícito y uso de recursos públicos en su campaña electoral del 2015, podrían llevar a su detención y enjuiciamiento, y tal vez así, los servicios en ciudad ya no serían tan tortuosos.
Los aduladores de este expresidente de Guatemala –fuerza viva de la vieja derecha recalcitrante– aún lo ven como el designado para sacar la ciudad de su penoso atraso, pero qué baboseados se los tiene, pues sus proyectos y medidas solo son dedicados a sectores donde viven los más adinerados.
La diferencia de clase marca la atención a los ciudadanos, miren como tiene de abandonadas las zonas más pobres (la mayoría de las 25 demarcadas) de la capital, donde se improvisan los servicios de limpieza, el agua potable es un milagro cuando llega a las casas y el caos reina en la circulación del transporte público y privado.
Eso no sucede en las zonas 14, 10, 15 y algunas partes de otras, porque allí la Municipalidad pone su mejor empeño y dedica grandes recursos para tener complacidos a quizás, muchos de sus financistas minorías, quienes alaban y defienden al personaje oscuro que mantiene abandonadas las zonas 18, 17, 12, 6 y 5, entre otras.
De nada ha servido que este sujeto, fiel expresión de la prepotencia y abusivez que encarnan resabios del colonialismo, el mismísimo responsable del despojo al pueblo de los servicios públicos como energía y telefonía, haya gobernado la ciudad durante casi 20 años, porque hoy la capital guatemalteca refleja que ha crecido sin límites y caos inaceptables.
No obstante que el crecimiento de las ciudades sea también resultado de las relaciones de producción del sistema, donde la acumulación de riqueza determina las relaciones sociales y el modo de vida de los capitalinos, la improvisación que caracteriza su administración nos ha hecho pagar catástrofes y es previsible que los sistemas como el de alcantarillado y otros truenen en los próximos meses y años.
Los propagandistas que trabajan para ese señor, en lugar de ayudar a la ciudad, solo hunden más la deteriorada y agotada capacidad de la administración de la comuna, cuando justifican la ineficiencia de los servicios municipales. Tal es el caso del desorden y el caos vehicular que provoca la incapacidad de los agentes de PMT y los “especialistas en tránsito” cuando meten sus manos en las vías. Vean esas calzadas Roosevelt, San Juan, Aguilar Batres, calle Martí, salida a Boca del Monte, San José Pinula y otras donde hoy todas las horas son pico porque no hay quien ponga buen orden.
Resulta inaceptable que en el caos donde circula el transporte extraurbano y urbano, sean los ayudantes de pilotos los que determinen el tránsito, en particular porque los agentes cuando llueve y en otras circunstancias, brillan por su ausencia. Rabia da ver que en la calzada Roosevelt y Anillo Periférico, o en otras vías rápidas, los agentes solo contemplen el desorden y que los pasajeros de autobuses, ante grave riesgo, sean descargados a media calle frente a sus narices.
La lista de las dificultades que provocan los malos servicios, la improvisación y el desdén es larguísima. Solo quiero terminar refiriéndome a dos problemas vitales relacionados con la salud de los habitantes capitalinos. Uno de ellos es el caos y suciedad que se generan alrededor de los mercados municipales; el caso de la Terminal de la zona 4 es patético, la acumulación de basura en esquinas con la pestilencia existente no es digna de la mayor capital de Centroamérica. A ello se suma la falta de control y ordenamiento que provoca el transporte extraurbano que debió ser reubicado por lo menos 20 años antes.
Hugo Sergio Del Águila Reyes

Periodista, editor, multimedia, comunicador social, corresponsal de la prensa extranjera, experimentado periodista de 38 años de ejercicio en cinco países, productor de radio y televisión.
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