-Fernando Zúñiga Umaña / EN EL BLANCO–
Pasemos a hacer una breve descripción de quienes, hoy, ejercen el poder en la región. Es un menú muy limitado, que además proyecta grises escenarios para la mayor parte de nuestros países.
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Empecemos por el sur. Panamá. Algunos de mis amigos en ese país dicen que no son centroamericanos, tampoco suramericanos y menos caribeños. Que son el puente entre las Américas. Dejemos que crean eso. Yo diría que son, de todos los centroamericanos, los más caribeños. El presidente de Panamá se llama Juan Carlos Varela Rodríguez. Ejerce el poder desde 2014. Obtuvo la victoria por medio del Partido Panameñista. Partido de corte nacionalista. Tiene 54 años, de profesión ingeniero y es propietario de importantes empresas. Una buena razón para explicar su ascenso al poder. Hay una tendencia muy marcada, de parte de nuestros vecinos, de apoyar a empresarios exitosos y con títulos universitarios obtenidos en el norte. Sin embargo, los panameños no se encuentran muy cómodos con este presidente que termina sus funciones en 2019. Según una encuesta realizada en 2017 por Dietcher & Neira, solamente 11.0 % de la población cree en la transparencia del gobierno y sobre su gestión presidencial 61.0 % la consideran MALA o MUY MALA y apenas 5.0 % la consideran EXCELENTE.
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Me voy a brincar a mi país, para dejarlo al final. Pasemos a Nicaragua. Desde 2007 un miembro del Frente Sandinista de Liberación Nacional, Daniel Ortega Saavedra, ejerce el poder. De 72 años de edad, realizó estudios inconclusos de Derecho, también realizó estudios en la antigua Unión Soviética, en la Universidad Patricio Lumumba. Recientemente, la empresa consultora M&R identificó a través de una encuesta que 73.9 % de la población acepta favorablemente su gestión. Sus avances recientes en materia económica y social, lo colocan en un lugar preferencial dentro de los sectores populares nicaragüenses. Le preguntaba a un economista de ese país la razón por la cual el gobierno ha permitido una serie de ventajas para los inversionistas, incluso la eliminación de salarios mínimos. Más o menos me dijo: “…si una mujer con tres hijos, que ni siquiera pueden asistir a la escuela, se garantiza unos ingresos mínimos, es esencial para su supervivencia y la de esos hijos”. Es un asunto propio del surrealismo económico, pero hasta cierto punto comprensible. Claro que además, lleva consigo la sumisión a la inversión extranjera, privilegiada con bajos costos. Es así como empresas costarricenses se están trasladando a producir a Nicaragua.
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En Honduras gobierna Juan Orlando Hernández desde enero de 2014. Abogado de 49 años, con una maestría en Administración Pública. Miembro del Partido Nacional de Honduras. Una proporción importante del pueblo cuestiona su gobierno, dado que se hicieron cambios en la Constitución para validar su elección, que se consideran ilegales. Según estudios de CID-Gallup 54.0 % aprueba su gestión, contra 38.0 %. Un gobierno que no ha podido con la inseguridad y que propone equiparar a las personas que se manifiestan contra el sistema con pandilleros y terroristas. Decisiones fascistas que pueden dar al traste con esas preferencias. Claro que esas medidas aceptadas por los imperialistas del norte lo dejarán dormir tranquilo, sin que lo saquen en pijama a media noche, como le pasó a Zelaya.
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En El Salvador gobierna un militante del Frente Farabundo Martí, Salvador Sánchez Cerén. Electo en el 2014, 73 años de edad, profesor y político. Vicepresidente en el Gobierno que lo antecedió. Fuerte defensor de los intereses populares de la mayoría, pero sujeto a virar en sus políticas, ocasionando una opinión desfavorable en su gestión. Capaz de tomar decisiones contra las mayorías en materia tributaria y débil ante el serio problema de las maras. Según encuestas realizadas por la Universidad Jesuita UCA, obtuvo 4.79 puntos de 10.0 en lo que se refiere al desempeño como presidente, al tercer año de su gobierno. Poco carisma, mal orador, y hasta cierto punto, frágil ante las peticiones de los sectores poderosos. Deja muchas dudas.
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Una breve vueltecita (como decimos los ticos) por Belice. País, o una finca de la reina de Inglaterra, disfrazada del marco jurídico de la realeza que lo gobierna. El primer ministro es Dean Burrow. Abogado y político beliceño. Miembro del Partido Democrático Unido, uno de los dos partidos dominantes de Belice. Elegido en 2008. Sin embargo, en apariencia el primer ministro es quien administra ese pequeño país, pero es el gobernador designado quien se comunica con la Reina, y ella lo designa. Es la presencia del esquema imperialista en Centroamérica. Un modelo similar al de Suramérica con Las Malvinas
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Llegamos a Guatemala. Allí gobierna Jimmy Morales Cabrera. Antes no era Jimmy, su nombre era James. Cuestión de la farándula. Se describe como actor, escritor (no hay información de su producción intelectual), productor, director y político guatemalteco de 48 años de edad. Llegó al poder como alternativa a la corrupción que vivía Guatemala en todos los niveles del poder. Administrador de empresas con posgrados en asuntos de seguridad y defensa. Inició su presidencia en 2015. Sus actos, aunados a los de su hermano e hijo, fueron el inicio de sus problemas. Lo más interesante es que una Comisión Internacional Contra la Impunidad le exige la inmunidad, y de manera prepotente declara no grato al representante. No hay encuestas sobre su gestión, pero en estos momentos los resultados no serían muy favorables, dada la poca confianza que ha generado en un corto periodo de gobierno.
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Ahora pasemos a mi país, gobernado por Luis Guillermo Solís Rivera. Elegido como candidato del Partido Acción Ciudadana. Una alternativa contra el bipartidismo. Historiador de 59 años. Académico universitario. En su campaña política exhibió la imagen de profesor universitario poseedor de solo dos trajes, una carcacha y como único ingreso el salario que le pagaba la Universidad. En la práctica ha pasado a ser uno más, contagiado por su historial político, hombre de confianza en el plano de las relaciones internacionales del presidente Oscar Arias. Con un equipo neoliberal en el campo de las relaciones internacionales, canciller y encargado de comercio exterior. Ha ganado terreno en la opinión pública, no quiso echarse encima el paquete fiscal, no ha sido suficientemente enérgico en asuntos de seguridad, ha salido librado parcialmente de problemas de corrupción, pero ha dado en el blanco con soluciones definitivas a problemas viejos, como simplemente construir un puente. O apareciendo en los medios y en el lugar de los hechos en situaciones difíciles, como la tragedia natural ocasionada por el huracán Otto. Actualmente enfrenta el famoso caso del “cementazo”, una novela política en la que un personaje usó millones de dólares para importar cemento de China, prestados sin garantías por un Banco Público. Dicha novela ha sacado a la luz una serie de tráfico de influencias, donde están comprometidos personajes de los tres poderes de la República y donde se cuestiona al propio presidente. Su cierre de gestión, bajo este contexto, le abre espacio nuevamente al bipartidismo. Antes de esto, en agosto pasado, aunque los costarricenses consideraban que el rumbo del país era MALO y MUY MALO (40.0 %), sobre la gestión del presidente 37.1 % la consideraban BUENA Y MUY BUENA.
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Desesperanza, se requieren grandes cambios en nuestra región.
Imagen Presidentes por Fernando Zúñiga.
Fernando Zúñiga Umaña

Estudioso de la realidad económica. social y política nacional e internacional. Economista de formación básica, realizó estudios en la Universidad de Costa Rica, estudió Ciencias Sociales en FLACSO México. Durante más de 30 años laboró en la Universidad Nacional de Costa Rica. Economista, máster en Ciencias Sociales y doctor en Ciencias Económicas y Empresariales. Actualmente es director del Doctorado en Ciencias de la Administración de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica. Además, labora como consultor privado en el campo de la investigación de mercados, estudios socioeconómicos e imparte cursos de macroeconomía e investigación.
2 Commentarios
No me pierdo sus columnas,leo gAZeta esperando sus textos. Felicitaciones por este análsis tan convincente del Istmo.
Excelente,hay que repensar la situación en Centro América.
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