Carlos Manuel de Céspedes (I)

Byron R.Titus | Política y sociedad / TRANSFORMACIÓN

Díganle al general Caballero de Rodas que Óscar no es mi único hijo: soy el padre de todos los cubanos que han muerto por la revolución. (Junio de 1870).

Muchísimo para escribir sobre el padre de la patria cubana, pero para muestra, este modesto botón en dos partes. Según el libro de texto donde se estudia la historia de Cuba en el noveno grado (Editorial Pueblo y Educación, 1991), Carlos Manuel de Céspedes y Lopez del Castillo –el Padre de la Patria–, se alzó en armas el 10 de octubre de 1868 y al grito de «Viva Cuba libre», que se conoce como «el grito de Yara», dio inicio a la guerra independentista de los diez años (1868 a 1878).

Céspedes se había graduado de doctor en Leyes en la Universidad de Barcelona, España. Provenía de una familia terrateniente de Bayamo, provincia Oriental (hoy provincia de Granma) y era masón de la logia de su ciudad natal. En agosto 1867 funda junto a Francisco Vicente Aguilera y Francisco Maceo Osorio la logia masónica número 19, Estrella Tropical de Bayamo, de la cual Maceo Osorio es nombrado venerable maestro. Esa logia, además, les sirve de refugio para conspirar contra el dominio español. Ese año, Céspedes funda la logia masónica Good Faith (Buena Fe) en Manzanillo, donde él se convierte en gran maestro. Allí mismo en Manzanillo había comprado el ingenio de La Demajagua, que cobraría importancia histórica al año siguiente (1868), cuando desde allí se alza en armas, lanza el grito de Yara proclamando la independencia de Cuba y acto seguido libera a sus esclavos. Céspedes inicia así la guerra de independencia de Cuba al mando de 147 hombres.

En realidad, la rebelión estaba programada por el «comité de Bayamo» para iniciar el 24 de diciembre, no en octubre, pero Céspedes arbitrariamente decidió adelantar los hechos al 14 de octubre. Sin embargo, el 7 de ese mes, Céspedes se entera de que, por una delación, los españoles lo han descubierto y vienen en camino a detenerlo. Entonces lo adelanta para al 10 de octubre.

Diez días después, El 20 de octubre, Céspedes toma Bayamo, en la iglesia parroquial –no sin oposición ni controversia, principalmente de Camagüey, por haber adelantado las fechas de la insurrección–, se le asigna el título de capitán general de la Cuba Libre.

Eventualmente, los españoles tratan de retomar Bayamo, pero Céspedes y los habitantes, antes de entregársela a los españoles que les superan en número, prefieren quemar la ciudad y así lo hacen. Seis meses después del inicio de la guerra de independencia y arduos combates, el 10 de abril de 1869, se proclama la Constitución de Guáimaro, que fuera redactada por Ignacio Agramonte (masón también, de quien ya escribimos) y Antonio Zambrana. En asamblea nace la República de Cuba en armas, Carlos Manuel de Céspedes es electo su primer presidente y la esclavitud queda oficialmente abolida.

En junio 1870, Óscar, el segundo hijo varón de Céspedes, es hecho prisionero por las tropas españolas. El general español de turno le manda a decir que si renuncia a la lucha por la independencia, le perdonará la vida a su hijo y lo dejará en libertad. Es allí cuando Céspedes responde «Díganle al general Caballero de Rodas que Óscar no es mi único hijo: soy el padre de todos los cubanos que han muerto por la revolución» convirtiéndose con esta respuesta en el Padre de la Patria.


Continuará.

Fotografía tomada de Archivo Nacional de la República de Cuba.

Byron R.Titus

Sociólogo, investigador científico y transformador. Conferencista y asesor internacional. Actualmente director del Regional Resource Center en Webster MA. Fundador y director del Centro de Transformación a la Excelencia. Vivo fuera de Guatemala desde la noche del dia de la virgen de Guadalupe 1975. Mi cumpleaños es el 15 y 16 de julio, resido -hasta que San Juan baje el dedo- en Nueva Inglaterra, EUA. Amante de las artes, particularmente la literatura y la música.

Transformación

Un Commentario

Luis Melgar Carrillo 17/10/2018

Que bella y conmovedora historia. Te felicito querido Byron. La investigación que realizaste es interesante. Y la narración de los hechos muy constructiva. Ojalá en nuestra querida Guatemala tuvieramos muchos héroes de esta talla.

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