-Fernando Zúñiga Umaña / EN EL BLANCO–
Basta hacer un repaso de las explicaciones que Marx daba para justificar la explotación, que aunque muchos no lo quieran reconocer, o lo ignoren, sigue vigente, y con mucho más fuerza que en otros momentos históricos. El empleado del mes, las bonificaciones a los puestos de dirección, los premios, etcétera son formas de disfrazar los altos márgenes de explotación que se dan en los empleados de menor nivel y la extracción de plusvalía, esa categoría a la que Marx le dio vida para mostrar lo que realmente genera el capital y por ende el dinero que es su producto final.
El sistema en tiempos de Marx era más brutal, más salvajemente primitivo, hoy es totalmente sofisticado, con una enorme capacidad de esperar pacientemente para dar el zarpazo. La acumulación de riqueza la logra sobre todas las cosas y si en algún momento de la historia tuvo interés por el bienestar de muchos y por una brecha menos amplia, hoy eso no es ningún criterio para reprimirse. Maximización de beneficios, utilidades, ingresos y minimización de costos, de salarios y hasta de calidad. La teoría de la competencia perfecta y la soberanía del consumidor son solo un eslógan para los capitalistas.
Marx planteaba que en la producción y en la circulación se genera el capital, y que el producto de ese capital es el dinero. Eso significa que el capitalista realiza previamente ese proceso, antes de la acumulación, ya que en la circulación dinero y capital difieren, el dinero es el producto final de este proceso. Entonces tenemos dos relaciones, una muy sencilla M-D-M, en la cual se refleja el simple intercambio de mercaderías, se lleva la mercancía, se cambia por dinero (se vende) y se adquieren otras mercancías (se compra). Ahí finaliza el proceso. El otro nivel es el de D-M-D´, en este caso, se tiene que se lleva dinero al mercado, se adquiere mercancía y se vende por un dinero que supera al inicial y donde D´- D equivale al monto de la plusvalía.
¿Qué tiene esto que ver con el Cementazo chino y con Yanber? En el caso del Cementazo, un sujeto logró el sueño de cualquier emprendedor: denme ese dinero inicial M, importo cemento chino y lo vendo en M’. El sistema lo favoreció, le preparó la cancha: primero crearon condiciones legales para que se pudiera importar cemento a Costa Rica. El Ministerio de Economía, Industria y Comercio en diciembre de 2014 inició la preparación de una modificación reglamentaria para abrir camino a las importaciones de cemento, asunto relacionado con la caducidad, con el tamaño y peso de las bolsas, entre otros. Precisamente en noviembre de 2014 la empresa SINOCEM de Costa Rica, había sido inscrita en el país. ¿Qué casualidad?, el efecto fue que de 2014 al 2016, se pasó de 10 418 toneladas a 107 294 toneladas importadas. Un crecimiento de 930.0 %, y 97.0 % de ese aumento eran importaciones que procedían de China. Segundo, por medios oscuros, entre ellos el tráfico de influencias, el sujeto logro conseguir $ 31.5 millones a través del sistema bancario nacionalizado, sin garantías sólidas, dado que el mismo cemento fue dado como respaldo a los créditos.
¿Qué pasó aquí con el proceso de producción, circulación, capital y dinero? Producción no hubo, ni capital inicial del empresario, lo que hubo fue capital fiduciario y concesiones legales para funcionar. Con lo que cualquier empresario sueña. Se asume un riesgo mínimo, solo se invierte en la circulación del cemento. Los problemas se dan en ese proceso de circulación de la mercancía, incongruencias, desconocimiento del tamaño del mercado, engaños en relación con la calidad del producto importado y otros aspectos que por ahora no vienen al caso. El asunto fundamental es que el sistema capitalista vigente, le facilita a un inversionista las condiciones óptimas para recibir dinero para invertir, adquirir mercancía y volver a recibir dinero obteniendo en ese proceso una plusvalía. En principio, para modificar las condiciones, se asume que un duopolio en el mercado de cemento es perjudicial para el consumidor. Falacia en el caso de los «monopolios naturales», donde no se puede garantizar una amplia competencia por la propia «naturaleza» del producto. De manera que el Gobierno no debió inmiscuirse en ese asunto, y mucho menos facilitar las condiciones a quien precisamente quería ingresar como importador en ese mismo momento. Asimismo, también debió considerar un aspecto social, y es que las dos empresas que producen cemento generan 3 913 empleos, por lo cual una sobreoferta podría afectar la cantidad de empleos. ¿Qué perjudica más, como se rompieron todas las reglas de competencia, o la existencia de un duopolio? Precisamente, para este año se dará la instalación de una nueva cementera, propiedad de Carlos Slim, la cual hace una inversión inicial de $ 17.0 millones y se espera que genere 250 empleos. Esta entrará a competir con Holcim y Cemex. ¿Será que tres ya son competencia?
El sistema financiero permite que el capitalista supere su incapacidad, el caso de Yanber, nuevamente pone en entredicho la transparencia y la eficiencia del sistema bancario nacional donde están colocados los dineros de la mayor parte de costarricenses. Una empresa como Yanber S. A., con más de 50 años en el mercado de plásticos, entra en crisis; las causas no interesan, podría ser que después de tantos años de contaminar la región con sus plásticos, el mercado se ha reducido por hábitos diferentes en los consumidores masivos. Aquí hay un proceso de producción y circulación, capital y dinero que venía funcionando, sin embargo surge la necesidad de inyectar capital. Una inyección de $ 56.0 millones, de los cuales $ 37.0 millones fueron prestados durante los siete meses antes de declararse en quiebra. El proceso de producción y circulación estaba quebrado, no había capacidad de pago. La banca se declara inocente, tal parece que fue una estafa bien concebida, estados auditados falsificados y otras cosas más. Sin embargo, el sistema bancario nuevamente facilitando condiciones a Yanber, con una tasa de 2.0 %, hasta llegar a 6.0 % en cinco años, mientras que en otros sectores productivos nacionales la tasa de interés en dólares es entre 8.0 % y 10.0 %. El argumento es que se trata de un cliente corporativo, con supuesta capacidad de pago, respaldado por el nombre de su propietario de origen judío, presidente de la Cámara de Industrias etcétera, etcétera.
Puede una empresa presentarle estados financieros falsos a un poderoso banco, cuando la banca tiene su base de datos de auditores. Por ejemplo, para un préstamo para vivienda se solicitan exámenes médicos para emitir la póliza de vida, resulta que el ente financiero exige que la persona que demanda el crédito los presente, pero de una lista de médicos e instituciones médicas que ellos dan. Sería esto equivalente a los estados financieros, que reflejan la salud de la empresa.
No se trata de excluir al sistema financiero como apoyo al empresario, se trata de garantizar que, dentro del proceso de producción y circulación de las mercancías, exista consistencia, transparencia y realmente se uniformen requisitos y exigencias para el empresario. El sector productivo y el financiero no deben ser uno solo, menos cuando el sector financiero es parte del Estado, en ese caso hay muchos intereses que se ven afectados. Las pérdidas de los bancos estatales se transmiten en costos, y al final los precios de sus servicios se incrementan en detrimento de miles de ahorrantes. Esos precios incluyen el del dinero, mayores tasas de interés, incrementos en el tipo de cambio y reducción de las tasas de interés pasivas que reciben los cada vez menos ahorrantes del sistema financiero. No es justo que algunas empresas en las épocas de auge acumulan por sí mismas, y en las crisis acumulan a expensas del sistema financiero estatal.
Imagen principal por Fernando Zúñiga Umaña.
Fernando Zúñiga Umaña

Costarricense, estudioso de la realidad económico social y política nacional e internacional. Economista de formación básica, realizó estudios en la Universidad de Costa Rica y en la Flacso México. Durante más de 30 años laboró en la Universidad Nacional de Costa Rica. Actualmente es director del Doctorado en Ciencias de la Administración de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica. Consultor privado en el campo de la investigación de mercados, estudios socio económicos.
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