Víctor Manuel Reynoso Angulo | Política y sociedad / INTERÉS PÚBLICO
Un colega que estudia un posgrado en Europa me envía el programa de una materia sobre partidos políticos. Destaca que no es sobre partidos, sino sobre la personalización de la política: parte de la idea de que las organizaciones partidarias son ya parte de la historia, y lo que ahora cuenta son los candidatos y los líderes. ¿Es cierto esto en el caso de México?
En parte sí, en parte no. Si nos concentramos en el liderazgo de López Obrador, avalaríamos la teoría de la personalización de la política. Fue candidato de un partido, pero de su partido. Morena está indisolublemente ligado a él. Si el actual presidente llegara a faltar, ¿qué sería de ese partido? Lo más probable es que poca cosa, nada en comparación a lo que es ahora. Sería como lo que es hoy el panismo en Puebla, que fue absorbido por la pareja Moreno Valle-Alonso.
Pero si nos centramos en las elecciones locales, la perspectiva cambia. La «marca» Morena llevó al poder a gobernadores, presidentes municipales, regidores y diputados que difícilmente hubieran ganado la elección por otro partido. O que claramente nunca hubieran ganado nada, de no ser por la avalancha generada por la candidatura de López Obrador en 2018.
En la elección extraordinaria de Puebla de 2019 todavía estamos en eso. Si Luis Miguel Barbosa fuera ahora candidato por el partido en el que militó varios lustros, el PRD, ¿qué porcentaje de preferencias tendría entre los electores? Si Alejandro Armenta Mier lo fuera por su anterior partido, el PRI, ¿tendría alguna posibilidad de triunfo? ¿Y Nancy de la Sierra como candidata priista?
Los datos de encuestas nos señalan que, si las elecciones fueran hoy, ganaría el candidato de Morena, casi cualquiera que fuera. No conozco encuestas que pregunten sobre las preferencias que tendrían los tres precandidatos de Morena (Barbosa, Armenta y de la Sierra) en el caso de que participaran por sus anteriores partidos (PRD, PRI y PRI, respectivamente). Seguramente no las hay, y no las habrá: son ociosas. No van a contender bajo esas siglas.
Lo claro es que, en el caso de las elecciones locales mexicanas, la marca no solo pesa, sino que es decisiva. Claro, detrás de la marca hay una persona. Pero el elector, en general, no parece distinguir. No distinguió en la mayor parte de los casos en la elección de 2018. El voto diferenciado fue mínimo, aunque existió: por eso López Obrador obtuvo en Puebla más votos que los candidatos al Senado (Armenta y de la Sierra) y estos más que el candidato a gobernador (Barbosa). Pero todos se beneficiaron del tsunami Morena. Si Barbosa no ganó, dejando de lado irregularidades, fue porque la candidata del morenovallismo movilizó diversos recursos, entre los que no hay que menospreciar sus cualidades personales.
Lo interesante es que no es claro qué significa la marca Morena. Bien se ha dicho que los partidos tradicionales en México (PRI, PAN, PRD) fueron de cocimiento lento y en cocina abierta. Tardaron décadas en adquirir forma, sobre todo los dos primeros. Morena y sus aliados han sido de cocimiento rápido. Muy poco tiempo pasó entre la fundación del partido de López Obrador y su triunfo en la elección presidencial. No es claro qué sea ese partido. No es claro si tiene ya una forma definida. Es claro que es notablemente diverso. En algunos estados, como Hidalgo, parece ser el viejo priismo con otras siglas. En Puebla la situación es más compleja, pues, aunque los dos senadores por Morena, y hoy precandidatos a la gubernatura, fueron priistas, en los cabildos y en el congreso local predominan políticos sin antecedentes partidarios.
El corto plazo de la política poblana parece ser claro (aunque las candidaturas y las campañas pueden cambiarlo): predominio de Morena y triunfo electoral casi asegurado en la elección de este año. El mediano plazo parece ser, en contraste, totalmente incierto.
Víctor Manuel Reynoso Angulo

Profesor investigador de la Universidad de las Américas, Puebla. Doctor en Ciencias Sociales por el Colegio de México, maestro en Ciencia Política por FLACSO México y licenciado en Sociología por la UNAM.
Correo: vmra58@yahoo.com.mx
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