¡Brenda Domínguez! Mártir de la educación pública

Héctor Herrera | Política y sociedad / PEDAGOGÍA DE LA PREGUNTA

La Historia reciente de Guatemala nos muestra como la voracidad del sistema capitalista sigue avanzando, nos muestra como los sistemas de salud y educación siguen colapsados, nos muestra la pasividad de algunos sectores de la sociedad que piensan que con banderitas criollas y vuvuzelas frente a una estructura de piedra se cambian los sistemas de opresión. Sin embargo, existen esperanzas, esperanzas que nacen en los barrios mal llamados urbano-marginales, esperanzas desde las comunidades lejanas, esperanzas en las que el campesino se levanta a labrar la tierra; los niños con precarias condiciones tienen acceso a leer y escribir; el maestro comprende su papel histórico y lucha por mejorar las condiciones de vida de su comunidad; el padre de familia confía en la educación pública; el estudiante, cansado de la falta de maestros, cansado de promesas falsas, decide organizarse, luchar y enfrentar la voracidad de un sistema que está acompañado de personas que se llenan la boca de «Dios le bendiga», pero que son incapaces de sentir las desigualdades que se viven día con día en el transporte público, en la calle, en las instituciones estatales y donde la iniciativa privada financia ilícitamente a partidos de cartón y lo resuelve con una simple «disculpa».

En un contexto como este, existen estudiantes que avanzan en la construcción de una Guatemala con oportunidades sin discriminación, en una Guatemala donde lo pluricultural no sea una barrera como muchos plantean, una Guatemala donde manifestar el descontento hacia quienes ostentan el poder sea un grito de auxilio en medio de la calamidad de una educación mercantilizada, en la que se olvida que el centro del proceso de interacción radica en lo más elemental que son los estudiantes. Es importante hacer un recorrido en esa Historia que nos niegan los libros, en esa Historia donde parece ser que hablar del «primero Dios» nos niega toda capacidad de pensamiento crítico. Se nos vuelve imprescindible reconocer a esos héroes anónimos que con su vida han dado esperanza a esta patria del criollo, donde el presupuesto asignado para educación se transfiere al Ministerio de la Defensa, donde la cobertura educativa se vuelve escasa debido a los altos índices de pobreza y pobreza extrema, en donde grupos afines a la burguesía buscan privatizar la educación, dejándola morir lentamente, así como quien arrastra un cuerpo por la carretera y no le importa que ese cuerpo sea de una estudiante que busca con su cuerpo contener la violencia de este sistema plagado de buenos «cristianos».

Rememorar ese 26 de abril del 2017, es recordar la razón por la cual la juventud en Guatemala ha jugado un papel relevante en los cambios sociales, es reconocer en esa juventud su valor para enfrentar a un sistema que lo único que ofrece es continuar explotando y oprimiendo a quienes van naciendo. Brenda Domínguez es el ejemplo para reconocer la lucha estudiantil que se da por las condiciones de miseria en las que se encuentran los establecimientos educativos, reconocer a los estudiantes que viven en carne propia la privatización de la educación, una privatización silenciosa en la que quienes dirigen las instituciones del Estado prefieren invertir en salarios a costa de bonos y préstamos, dejando de lado la prioridad de todo sistema que permita tener estabilidad laboral, contar con el personal docente que permita recibir una educación integral sin necesidad de salir a las calles, las calles que son el único medio para ser escuchados porque agotan las vías administrativas y el silencio invade las instituciones públicas, mientras la empresa privada vive haciendo caridad por medio de donaciones que permiten la descarada evasión de impuestos.

Estudiar para luchar, luchar para estudiar, estudiar para vivir, vivir para estudiar, estudiar para mejorar las condiciones de vida, donde una estudiante pierde la vida, una vida que podía ser muy próspera pero que un «cristiano» decide arrebatársela, por su intolerancia a la vida.

Brenda y los estudiantes de la Escuela de Ciencias Comerciales N°. 2 le dieron esperanza al movimiento estudiantil, movimiento que desde 2012 y 2013 no despertaba debido a la represión sufrida del Gobierno del Partido Patriota. Los estudiantes de Comercio buscaban con su protesta mejores condiciones para estudiar, condiciones que este Gobierno les ha negado, por la incapacidad para fomentar proyectos, programas y planes en beneficio de la educación pública.

Brenda es parte de la historia del movimiento normalista, porque murió luchando contra un sistema que oprime a quienes deciden cambiar el formato de lo establecido entre la explotación y la represión.

Brenda, tus deseos por fomentar una educación liberadora siguen presentes, hoy como ayer recordamos tu lucha y la de tus compañeros y compañeras que son verdaderos héroes de quienes creemos firmemente en la organización estudiantil.


Imagen principal tomada de elsalvador.com

Héctor Herrera

Ha cursado estudios en la Facultad de Humanidades (USAC), docente en el nivel primario, dirigente magisterial y estudiantil. Ha participado y desarrollado actividades académicas en distintos puntos del país y ha colaborado con otros docentes que trabajan diariamente en la construcción de una sociedad dispuesta al pleno ejercicio de la equidad, desde las aulas y las ideas de las nuevas generaciones. Es, en suma, un hombre comprometido con los grandes procesos y desafíos interculturales en el país.

Pedagogía de la pregunta

3 Commentarios

Benjamín Hugo Gálvez. 27/04/2018

Excelente. Tarea importante fortalecer la memoria colectiva.

Edgar López 27/04/2018

Gracias por el aporte, hoy le daremos lectura en el conversatorio que tendremos al respecto en Ciudad Quetzal, San Juan Sacatepéquez, para entrar en contexto.

Ingrid Velàsquez 26/04/2018

Hector Herrera te felicito y sigamos adelante luchando por la defensa de los Derechos Humanos en nuestra amada patria y vale la pena dar la vida por cambiar la historia solo atravez de la educacion saldremos a flote.

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