Bienvenido Argueta Hernández | Política y sociedad / DANZA CÓSMICA
¿Qué significa el discurso confrontativo del presidente James Morales cuando se refirió a la Universidad de San Carlos de Guatemala en la reunión del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y Rural –Conadur–? Su arenga se resume en tres mensajes directos y que aprovechó para hacérselos saber al rector Murphy Paiz, presente en dicha reunión. En primer lugar, Morales hizo un «llamado de atención hacia lo que se está enseñando» en la USAC, considerando que uno de los estudiantes no conocía del presupuesto del Estado ni del Plan de Desarrollo Katún. En segundo lugar, indicó que es «una universidad carísima que se le asigna el 5 % del presupuesto ordinario… o sea que cada estudiante le sale carísimo al pueblo de Guatemala». Según Morales «cada estudiante le cuesta al pueblo de Guatemala mil o mil quinientos al mes». En tercer lugar, en conexión a lo «carísimo» que resultan los estudios superiores «los estudiantes de la San Carlos nos debemos al país». Adicionalmente, manifestó que estudió en la USAC por cinco años y que «por lo menos no le robé un año más a mi pueblo… quito la palabra robar. No le causé un gasto más».
Sus palabras no son fruto de una sencilla reacción ante la posición que la USAC ha sostenido durante la crisis derivada de la no renovación del mandato de la Cicig, particularmente en esta última etapa bajo el liderazgo de la Asociación de Estudiantes Universitarios «Oliverio Castañeda de León» –AEU– o los últimos comunicados del Consejo Superior Universitario, los cuales desaprueban y condenan las acciones del Gobierno por detener los avances que se llevaban a cabo por la transparencia y por una justicia efectiva. Más recientemente, la oposición de la AEU y el CSU a la aprobación de la iniciativa de ley 5300 que pone en riesgo la división de poderes del Estado en un régimen democrático. Estás acciones del Ejecutivo evidencian una estrategia clara con acciones que atentan contra la misma Universidad y que están interconectadas con el Pacto de Corruptos que luchan por mantener a toda costa el régimen de poder que ha mantenido el país subsumido en el subdesarrollo y bajo condiciones de corrupción.
El presidente sugiere controlar lo que se enseña en la Universidad. En otras palabras, pretende disminuir o reprimir el derecho establecido en el artículo 73 de la Constitución que otorga la libertad de enseñanza y el criterio docente. Además, pareciera ser que desea cuestionar dos artículos constitucionales fundamentales, el 82 que se refiere a la «autonomía de la Universidad de San Carlos de Guatemala» así como su mandato con el «estudio y solución de los problemas nacionales»; adicionalmente el artículo 84 que regula lo relativo a la asignación presupuestaria no menor del cinco por ciento del presupuesto general de ingresos ordinarios del Estado» y que además se debe «procurar un incremento presupuestal adecuado al aumento de su población estudiantil o al mejoramiento del nivel académico».
Resulta obvio que el discurso del actual presidente no tiene la talla de aquellos del doctor Juan José Arévalo, como tampoco que sus alcances conduzcan a reconocer la importancia de los estudios superiores para el desarrollo social, económico y cultural del país. No esperaría que el presidente manifestara un apoyo legítimo hacia la promoción de la ciencia o las investigaciones para mejorar el sistema universitario nacional, como sí se hace en Costa Rica, o que propusiera una educación superior gratuita como en Holanda o Alemania, para garantizar la democracia por el significado de los estudios superiores en relación a la equidad. No me sorprende que sus declaraciones se circunscriban a un pobre análisis que dimensiona el supuesto costo de un estudiante dentro del presupuesto asignado y que omitiera considerar los aportes de la USAC en términos de tasas de retorno, de la extensión universitaria o el ejercicio profesional supervisado, como lo señaló el rector Paiz.
Al contrario, el presidente sigue dando muestras de ser el actor principal de una estrategia de intimidación hacia la universidad pública, indicando con su elocución que no le otorgará el presupuesto que se demanda ante la situación deficitaria actual, particularmente si los profesionales y estudiantes siguen poniéndose del lado de las luchas contra la corrupción. Además, pareciera ser que espera que tanto estudiantes como profesionales se opongan al clamor del pueblo, quien precisamente paga la educación superior. Ser un estudiante o profesional del lado del pueblo de Guatemala significa, ahora más que nunca, luchar contra los intereses de aquellos que se han aprovechado y han mantenido en la pobreza a este país por la vía de la impunidad, la injusticia y el uso irracional de la fuerza. El discurso del presidente busca radicalizar las posiciones que hasta la fecha han sido pacíficas y, más aún, limitar las capacidades de la USAC en términos de su convocatoria con el fin de encontrar salida a la actual crisis que sus mismas acciones han provocado, la cual no se resolverá al eliminar del camino los esfuerzos iniciados por la Cicig y limitar el accionar de la PDH y la Corte de Constitucionalidad.
Bienvenido Argueta Hernández

Aprendiz permanente de los relatos encantadores de las gentes y explorador de las historias que nos muestran mundos diferentes entretejidos entre poesía, cuentos y pinturas. Me gusta jugar, subir volcanes y cruzar arroyos, recorrer laberintos y ser capaz de observar estrellas, paisajes y sonrisas. Escucho jazz o rap y en los intermedios hago investigación social y escribo sobre filosofía y educación.
Un Commentario
Excelente Dr Bienvenido la concepción de un pueblo diferente lleno de anhelos que se que lo podemos lograr con grandes pensadores como usted. Bendiciones y adelante
Dejar un comentario