Argumento o guion de la vida (I)

Luis Melgar Carrillo | Política y sociedad / NUESTROS HIJOS

La palabra argumento es usada en el mundo literario, teatral o cinematográfico, para referirse a una trama con un principio, un desarrollo y un desenlace final. Desde que una persona comienza a leer una novela, hasta que la termina con su desenlace, va teniendo sentimientos asociados con la trama de la misma. Según la obra que se haya leído, el lector al final puede terminar triste, contento, indiferente o frustrado.

En una trama se ha recorrido por varias escenas que van desde la presentación de los protagonistas con sus conflictos y alegrías, hasta llegar a su nudo central. Este nudo es el fondo por el cual esa obra fue escrita. En general, las obras terminan en una conclusión, o desenlace, que está relacionada con la salida que le da el autor al nudo central.

El argumento de vida se refiere a un paralelo con las obras literarias, en el cual el protagonista es la persona que lo vive. En una obra de teatro, los actores repiten las escenas, presentación tras presentación. En la vida real el protagonista de su guion de vida también repite los argumentos de la obra que está representando. Esta obra es el conjunto alternativo de experiencias prósperas y adversas. En cada presentación, la persona vive su argumento tal y como fue programado desde su primera infancia.

En una obra de teatro, los actores deben seguir la trama del autor. En la vida, la persona que tiene programado un guion, sigue los lineamientos generales del mismo. Este guion, en muchas ocasiones, es un plan concebido por los padres, abuelos y otros adultos o personas a quien el protagonista respeta, y en ocasiones admira y obedece. El plan se va formando en la primera infancia y los mensajes que lo fortalecen en ocasiones son planteamientos directos recibidos en formas de palabras. Sin embargo, también se incluyen mensajes que se trasmiten sin que se tenga la intención de hacerlo. Mensajes no conscientes.

El guion de la vida conduce a un proceso ingobernable ajeno a la voluntad. Hace que el sujeto repita experiencias antiguas que le quedaron grabadas y que en cierta manera son las que gobiernan sus actuaciones. Por ejemplo, hay personas que se sitúan constantemente en situaciones penosas, repitiendo, vez tras vez, experiencias antiguas de vergüenza.

Otras personas experimentan constantemente experiencias conflictivas de discusiones y pleitos. En este caso, lo que repiten son mandatos reforzados con creencias. Por ejemplo el mandato «No te dejes», reforzado con la creencia «Todos debemos defender nuestros derechos». Se trata pues de conductas que se experimentan constantemente, con una compulsión a la repetición. Quien las vive no se da cuenta de que se trata de una repetición de esa parte del guion, sino, al contrario, tiene la impresión muy viva de que se trata de acciones motivadas en cada nueva circunstancia actual.

Desde que se nace hasta que comienza la segunda dentición se consolida un argumento, que en gran cantidad de los casos va a acompañar al protagonista durante toda su vida. Este argumento en general es la trama que le marca el camino que debe seguir.

El argumento de vida es como una cinta grabada. Como un CD que reproducirá la misma melodía cada vez que se la ponga. Este casete reproducirá las mismas acciones y reacciones cada vez que se den las condiciones para revivir su papel.

Para muchas personas, este argumento es congruente con los argumentos del resto de la familia. En algunas ocasiones los argumentos son la antítesis de la pauta de vida familiar. Por ejemplo, en una familia de alcohólicos, uno de los miembros resulta ser totalmente abstemio. Sin embargo, el consumo del alcohol es una referencia que determinó esa parte del guion del protagonista. La gran mayoría de las personas ocupa un lugar en la familia en la que le tocó nacer y crecer. Por tal razón, el guion que finalmente va diseñando es un plan que tiene como referencia inicial esos valores familiares.

El guion es adquirido por caricias positivas y por castigos recibidos. Esas caricias son los estímulos que los familiares le dan al protagonista de su guion, cuando se conforma a los valores familiares. Los castigos son consecuencia de haberse apartado de esos valores y de tener actitudes y acciones que se apartan de los mismos.

La trama que le toca representar al protagonista se va ajustando, de alguna manera, a la trama que vive el resto de los actores. Estos otros actores son los progenitores, los abuelos, hermanos, tíos y el resto de miembros de la familia. Cuando ese guion ha sido aprendido mediante el refuerzo de premios y castigos, va a ser la dirección o camino que es tomada por el protagonista como su única verdad posible. No ajustarse al programa familiar puede tener la consecuencia final de llegar a ser separado del clan.

En cada presentación hay un final. En la representación del guion de la vida, cada oportunidad de hacer la presentación programada en el cerebro, también tiene un final. Este final es la repetición de los finales de otras representaciones.

Por ejemplo un protagonista comienza a laborar en una empresa. Después de algún tiempo, sus «actuaciones» llevan a los dirigentes a la conclusión de tener que despedirlo. Ese final se va dando vez tras vez, en las diferentes oportunidades laborales del protagonista. Se trata, en este caso, de un historial laboral de constantes despidos del trabajo, es una historia de constantes fracasos. La conclusión o desenlace de cada presentación, es la repetición del papel que le quedó grabado en su guion de vida.

Si se clasifican los finales de las diferentes obras o guiones de vida de la mayoría de las personas, hay cuatro grandes finales posibles y que son los siguientes:

•Perdedores
•No ganadores
•Ganadores
•Triunfadores

Fotografía tomada de Hipertextual.

Luis Melgar Carrillo

Ingeniero Industrial, Colombia 1972. Máster en Administración de Empresas, INCAE 1976. Autor de 9 libros (tres aparecen en Google). Autor de 50 artículos (24 en gAZeta, Guatemala 2018; 20 en revista Gerencia, Guatemala 1994-95). Director de Capacitación (Asociación de Azucareros de Guatemala). Director de Recursos Humanos (Polymer-Guatemala). Excatedrático en universidades de Costa Rica, Guatemala y Tepic, México. Residencia en Tepic.

Puntadas sin dedal

2 Commentarios

Hilda Reyna Barrios 07/02/2019

Excelente como todo lo que has escrito y publicado. Exito

    Luis Melgar Carrillo 07/02/2019

    Querida Mutty: Muchas gracias por tu comentario. Este es el primero de una serie de aproximadamente seis artículos sobre el tema. Creo que es muy importante que nuestros pueblos latinoamericanos llegaran a comprender de que se trata. Si cada persona toma conciencia de su condición, consecuencia de sus grabaciones del pasado, podría hacer esfuerzos por cambiarlas hacia nuevas grabaciones. con un cambio individual de muchas personas,, como sociedades, podríamos mejorar la condicion de nuestras sociedades.

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