-Jorge Sierra / PALO DE MÚSICA–
El jueves 4 de enero, la cantautora Dominique Hunziker presentó su primer EP titulado Dos profundidades. En realidad con este proyecto cerró y abrió un año, pero también un episodio de su vida. De hecho estamos frente a una prometedora cantante que escribe canciones con una estética y un estilo propio en clave acústica.
Hay que decir que acá incluye canciones en inglés, español y francés. Algunas de ellas hablan de sus vivencias amorosas con sus alegrías y decepciones y otras con ese punto existencial y social. Entre las primeras está Acantilado, donde se le escucha decir: «La conciencia es como un barco ebrio/ Cuando se inespera el mar/ A veces resulto enferma/ pero solo es que ya no estás». Y en cuanto a lo segundo es muy evidente en Cormorán donde expresa: «Voy a contar hasta diez/ Cuando llegue al final quiero que el mundo esté en paz».
Según comenta Hunziker, el disco es una especie de compendio de lo vivido hasta ahora. Escrito quizá con cuidado, en búsqueda de poética. Hay que recordar que ella escribe poemas. De hecho, estas canciones las escribió en un momento en los que le importaba más la letra que la música. Detengámonos en esto último.
En su mayoría, las canciones las arropó a un ritmo lento a excepción de Cicatriz y Ode au fugitif en tempos medios. Tres elementos convienen mencionar: el estilo de las canciones, la tímbrica de las mismas y su voz. Sobre el estilo, uno nota la fuerte presencia del folk, por ratos folk indie (chelo, piano) salpicado por otros de country (slide guitar), pero sin sorprender en nada. Ni siquiera en tímbricas. De hecho hay cierto minimalismo como lo ejemplifica Cormorán donde canta acompañada solo de guitarra acústica.
Seguramente esa postura sencilla, poco rica en armonía, le gustará a algunos, a otros no, pero lo que sí es cierto es que la riqueza armónica y tímbrica escasea. Sobre su delgada voz, puede decirse que aún posee poco cuerpo y fuerza, como también aún le falta proyectar el sonido en los tonos altos. Y por último, el trabajo de la composición parece estar a la moda. Con esto me refiero a esa práctica hoy habitual de forzar la métrica de las letras en la línea melódica, algo de lo que suele hacer Ricardo Arjona e imitado hasta el cansancio. Y por lo mismo hay canciones, en particular Cicatriz, donde es difícil entender lo que dice porque atropella las palabras o apresura la pronunciación. Hay tantas ideas, tantas palabras, que no alcanza el tiempo para decir todo con claridad.
Yo he escuchado voces delgadas con carácter, como la de Susan Wong y Stacey Kent, y en mi humilde opinión Hunziker va hacia esa dirección, es decir, a la de conformar un canto y una creación musical que le permitirán altos vuelos. Ya esta joven guatemalteca advierte que las composiciones que escribe ahora son distintas a las de este material, se dirigen hacia nuevos rumbos estilísticos, incluso dotados de otras rítmicas y sonidos. Y bueno, es jovencita, por tanto el proceso artístico apenas comienza pero seguro alcanzará los vuelos que persigue y que los que hoy escuchamos canciones tan agradables como Here she comes o Contemplant les nuages de este EP Dos profundidades esperamos.
Imagen principal proporcionada por Jorge Sierra.
Jorge Sierra

Dedicado en los últimos 13 años al periodismo musical. Desde hace 40 años produce programas musicales de radio. Ha escrito para revista Crónica y en los periódicos Siglo21 y elPeriódico. Participó en el tomo V, de Guatemala: historia reciente (FLACSO) y en el Manual del músico independiente. Ha rebasado los cincuenta, pero no hay novedad musical en cualquier parte del planeta que se le escape.
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