Apuntes de ayer y hoy

-Manuel Fernández-Molina / APUNTES DE AYER Y HOY

El 7 de noviembre es el centenario de la Revolución rusa. Las cuestiones que dicha efemérides genera son múltiples y muy variadas. La mayoría de las preguntas que dicha fecha produce están entintadas por la emoción. A cien años de sucedida, dicha revolución tiene partidarios vehementes y hepáticos adversarios. Unos señalan -entre mucho de lo negativo- los millones de muertos que la reorganización de Rusia comportó, otros apuntan a los logros de producción industrial y de avances militares que la revolución conllevó con el paso de años.

Está, también, una aproximación histórica que se focaliza en el análisis de los seres humanos que llevaron a cabo el reordenamiento en Rusia y sus antiguos estados tributarios. ¿Quiénes hicieron la Revolución? Y dentro de dicha pregunta está la variable biográfica de investigar, analizar y narrar la vida de los principales actores de aquel fenómeno. Además, está la variable de preguntarse por el origen étnico de los protagonistas. ¿Cuál era su cultura? ¿Cuál su religión? ¿Eran urbanos o campesinos? Veamos.

Los comúnmente conocidos dirigentes de la revolución fueron Vladimir I. Lenin, Leo Ttrotsky, Ioseph Stalin, Lev Kámenev, Yákov Sverdlov, Serguei Kirov, Grigori Zinóviev, Anastás Mikoyán. Y el enfoque demográfico-cultural se pregunta ¿de estos ocho adalides de la Revolución quiénes eran rusos, culturalmente rusos, formados en la religión ortodoxa-rusa? Y la respuesta es muy interesante: solamente uno, Serguei Kirov. Veamos al resto de ellos. Vladimir Lenin era culturalmente simbiótico; su hogar era una unión de culturas, de etnias, con raíces tártaras, rusas y hasta de Suecia. Iosef Stalin era georgiano, de fuerte cultura de esa región. El joven Anastás Mikoyán era armenio, formado en la iglesia armenia. Los otros cuatro (Kámenev, Zinóviev, Sverdlov, Trotsky) eran formados en la cultura judía. Sus hogares eran de diferentes grados de profesión de la fe de Moisés, pero todos habían recibido las enseñanzas de la Torah y estaban familiarizados con el pensamiento crítico de pensadores como Maimónides y Baruj Spinoza.

Y esto de las variables étnicas o culturales, ¿a dónde lleva? El hecho de que cuatro de los altos dirigentes fueran judíos alimentó durante mucho tiempo el discurso anti-judío. Se quiso hacer ver que el experimento socialista en la enorme región que había sido el imperio ruso no era más que una pieza en el juego general judío para asegurarse el control político del planeta. Este razonamiento perdió bastante fuerza cuando los líderes que habían nacido y crecido dentro de la cultura judía fueron eliminados por Iosef Stalin. Era un hecho simple: habían matado a los caudillos judíos, pero la dictadura socialista seguía su rumbo exitoso. Entonces la paranoia antisemita se debilitó.

Ahora bien, ¿a dónde lleva el tema de analizar la Revolución desde una perspectiva étnica? Con esta pregunta comencé el párrafo de arriba. A mí me parece que poner atención al origen étnico de los dirigentes de la Revolución bolchevique es importante porque nos comunica algo; es un signo de algunas realidades de la Rusia de comienzos del siglo veinte, como verbigracia: las minorías estaban más desventajadas o más oprimidas que el resto de la población rusa; por ello, estaban más desesperadas y más dispuestas a recurrir a extremos para cambiar la situación. Y el porcentaje mayoritario de la minoría cultural judía se engarza con el drama que ese pueblo estaba viviendo en Rusia. Las persecuciones salvajes que sufrían a manos de feligreses de la Iglesia ortodoxa rusa eran terribles. Los pogromos (linchamientos de aldeas) se sucedían uno tras otro, con centenares de muertos. Para los judíos era en ese contexto una cuestión de vida o muerte que la situación cambiara.

El tema de las minorías en la Historia es una dimensión que merece ser más estudiada a profundidad.

Manuel Fernández-Molina

Profesor retirado de Historia, interesado en la europea, especialmente española. Actualmente docente de Historia Global en el Colegio Humanístico Costarricense, campus Coto.

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