Antología poética universitaria, UPoética

-gAZeta | RESEÑAS

En estas semanas de confinamiento, he notado que mi rutina se asemeja a la imagen de un hámster dentro de su jaula. Lamentablemente, no puedo distraerme en una rueda de ejercicio como la de los roedores; sin embargo, intento hacer otras cosas para acostumbrarme a mi propia caja. El encierro me acercó a un dosier dedicado a siete poetas brasileñas y me detuve a pensar en mi idea reduccionista sobre la literatura que se produce en Latinoamérica. Noté mi poco interés o mis escasos acercamientos a diferentes propuestas literarias, incluso teniéndolas a la mano, ya que con un solo clic podemos acceder a una infinidad de lecturas.

Cuando era estudiante de lenguas sentía fascinación por el vocablo francés hôte, que en español se refiere indistintamente a huésped y anfitrión. Creo que la belleza de dicha palabra tenía que ver con su ambivalencia, pues implica cierta reciprocidad. Lo anterior me llevó a pensar en la relación entre lectura y alteridad, dado que leer es a la vez un acto hospitalario. Recibimos las experiencias de otros y en ellos nos desciframos.

Recientemente, una colega publicó una nota donde mencionaba que muy pocas veces leemos a nuestros contemporáneos2 y, por alguna extraña razón, me vinieron a la mente las ideas de Byung-Chul Han sobre la hiperconectividad, la hiperculturalidad y todo lo hiper. Efectivamente, estamos conectados, pero no escuchamos; nos hallamos en diferentes sitios al mismo tiempo, mas no profundizamos en ello. De nada sirve alardear sobre nuestros miles de amigos alrededor del mundo si no reconocemos su alteridad.

Ahora bien, la distancia entre Toluca y Guatemala es 1519.4 km. Guatemaltecos y mexicanos tenemos una historia en común, compartimos la frontera del Suchiate, así como la cultura maya; no obstante, he observado que existe una separación más profunda. Paradójicamente, pude acercarme a la literatura guatemalteca cuando estuve en El Salvador. Lejos de casa, adquirí otra perspectiva y pude ensanchar mi horizonte

Mis pocos acercamientos a la literatura guatemalteca se reducían a Augusto Monterroso y a Miguel Ángel Asturias. Hace algunos años, conocí la obra de Alaíde Foppa, Humberto Akabal y Otto René Castillo, tengo que aceptar que este último fue a través de Roque Dalton, con quien mantengo una relación muy particular.

Al leer esta Antología poética universitaria, me detuve a pensar en la compleja relación entre poesía y universidad. A primera vista, esto suena muy obvio, pues la institución representa el espacio idóneo para el desarrollo del arte y la cultura; sin embargo, no deja de ser un organismo que burocratiza el conocimiento. Incluso se llega al punto en que la academia impone pautas y estilos que restringen la producción poética. Retomo lo mencionado el prólogo de Matheus Kar sobre la literatura sancarlista.

Siguiendo con esto de mi vida en la rueda del hámster y la fiebre de los talleres online, decidí tomar uno sobre poéticas indisciplinadas. Leímos un ensayo de Craig Dworkin sobre la relación entre poesía y política; el autor se refiere a algo más allá de lo panfletario, pues su idea de política tiene que ver con el cuestionamiento de las relaciones de poder, puesto que las instituciones y academias también se apropian del lenguaje.

El acto de escribir poesía, desde el ambiente universitario, es una forma de hacer política, así como de alterar las jerarquías impuestas, aquí la palabra se convierte en un vehículo de resistencia contra los soberanos. Dworkin también propone ideas interesantes en torno a ilegibilidad del lenguaje y a la restructuración lúdica; sin embargo, no es el momento para detenernos en ello. Más bien, pensemos en el sentido de lo que estamos escribiendo, ya que es posible rebelarse ante los sistemas de poder, esto a través de su parte menos visible: el lenguaje.

Otro tema relevante es la necesidad de editar antologías, puesto que son una forma de hacer memoria. Como sabemos, la poesía también es testigo de los cambios sociales, incluso los más puristas dan cuenta de su tiempo. He aprendido el valor inmenso que tienen las compilaciones de poesía joven, ya que son la puerta de acceso a nuestros coetáneos. En mi caso, ha sido muy difícil apartarme de esos vicios académicos sobre la literatura canónica y trato de adentrarme en la producción actual.

Ahora bien, en el mundo de lo hiper, leernos resulta un gran esfuerzo y algo tenemos que aprender de ello. Como una lectora de esta antología tengo que decir que encuentro textos que corresponden más con mis gustos estéticos, en otros me veo muy apartada; sin embargo, valoro mucho la visibilización, pues también como poeta entiendo que no es fácil mostrarnos frente al otro.

Resalto el aspecto lúdico y sonoro de Carlos, al igual que la capacidad de Edith para condensar imágenes poderosas. Hallé interesante la relación complementaria entre filosofía y poesía en los textos de William. Me agradan la sinestesia y el giro de género en Susana, así como la metáfora del cuerpo en Candi y Carmen. Destaco el tono irónico en Matheus y la reflexión metapoética en Diego.

Agradezco el espacio, ya que la lectura me ha permitido soportar el agobio del encierro. Tal vez mi destino –si es que eso existe– tenía que llevarme a Centroamérica; no obstante, acepto que aún tengo una visión limitada y la he visto desde el privilegio. Guate y El Salvador representan un periodo significativo de mi vida y, poco a poco, me han ayudado a borrar las peores fronteras: las del pensamiento.

Por Claudia Fernández


Este libro fue publicado en Guatemala, por Escuela de Ciencias de la Comunicación, Universidad de San Carlos de Guatemala en 2019.

Pueden descargar el libro aquí.

Claudia Fernández: Toluca, México. Poeta y estudiante del Doctorado en Estudios Literarios por la Universidad Autónoma del Estado de México. Realizó estancias de investigación en la Universidad de Murcia y en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, El Salvador. Ha colaborado en revistas de crítica y creación literaria. Es coordinadora de Cuervo Rojo Ediciones, publicación electrónica que difunde el trabajo de escritores latinoamericanos. Presentó su primer poemario Tiricia (Plétora Editorial) en la Feria Internacional del Libro de La Habana 2019 y en el VI Festival Internacional de Poesía Amada Libertad. Recientemente se editó Nada eres (Proyecto editorial La Chifurnia, El Salvador).

Reseñas gAZeta

En gAZeta estamos interesados en difundir las publicaciones de las distintas editoriales centroamericanas sin distinción. Entendemos la lectura como un acto fundamental para el desarrollo humano. Si usted está interesado en que su libro sea reseñado, por favor envíenos su versión electrónica al correo i@gazeta.gt.

0 Commentarios

Dejar un comentario