¿Amnistía para los nicas?

Luz Lescure | Política y sociedad / LUCES

¿Qué clase de amnistía será? Una especialmente diseñada por la mente de los Ortega-Murillo para que creamos que siguen siendo los benefactores del pueblo, los chicos buenos.

Creo que ya han pasado muchos años desde aquellos días en que nos doblegábamos ante los sandinistas como si fueran diosecitos bajados del Olimpo para hacernos ver nuestras debilidades. Ya todo eso quedó atrás, como atrás quedaron los días de nuestra tonta y crédula militancia. Realmente creímos en la construcción del hombre nuevo, en la gran patria latinoamericana, en un mundo mejor. Sin darnos cuenta de que éramos utilizados por unos cuantos para satisfacer su sed de poder y de gloria. No creo que nos equivocamos, no, simplemente necesitábamos mucho más tiempo en el horno, necesitábamos a un ser humano más evolucionado, más recto, más honrado.

Lo que hay hoy día en nuestra querida Nicaragua es una lucha por el poder de dos bandos, de dos facciones políticas que desean su permanencia en el Gobierno de ese hermano país. Y en medio, estamos los que no queremos una solución «a la gringa», como no la queremos para Venezuela. Estamos los que rechazamos la tiranía de unos cuantos sobre otros, los que creemos que es posible un gobierno de gentes honradas que quieran de veras trabajar para los pobres, para los más necesitados, para los desposeídos. Los que no queremos volver a un pasado de ignominia y de escasez. Los que creemos en la existencia de un hombre nuevo.

La clase gobernante actual parece interesada en su propio beneficio y en el de sus familiares y amigos. O sea, no distan mucho de los gobernantes del pasado, de aquellos que, llenos de un amor patriótico, pasado de moda, hicieron del gobierno una forma de sacar provecho, de hacer dinero y de tener el poder para ver a sus familiares y amigos «triunfar» en una sociedad corrupta, donde el poder y el dinero son la base para ser feliz.

¿Realmente creen que engañan a alguien los poderes reales? ¿Pensarán los Ortega-Murillo que hay todavía mentes ingenuas que los ven como una representación popular y la solución a los mil problemas que aquejan a la sociedad nicaragüense? Lastimosamente no se equivocan. Todavía quedan millones de incrédulos, de gentes honradas que creen que esa dinastía es la solución a los problemas del mundo actual. Yo conozco a unos cuantos. Lastimosamente igual pasaba con la dinastía de los Somoza: hubo quienes los seguían por ir tras el poder y el dinero, pero hubo otros que creían que ellos, los Somoza, eran la solución a los problemas que aquejaban a Nicaragua. Como los hay quienes creen en EE. UU., en la administración Trump. A esos es a los que más hay que temer: a los crédulos, a los que limpiamente creen que los actuales gobernantes son una solución. A esos que ya no les vamos a cambiar la mentalidad, a los que necesitan esos 500 años de evolución humana para pensar de otra manera. Y mientras, ¿qué hacemos los que nacimos con el corazón del lado izquierdo? Pues luchar, hasta que convirtamos este mundo en un lugar bueno para todos, hasta que veamos renacer la luz de las tinieblas tenebrosas en las cuales nos encontramos. A ver si algún día construimos a ese hombre nuevo, a ese sandinista de verdad.


Luz Lescure

Poeta, escritora y académica panameña. Licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, estudios de posgrado en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Ha publicado los poemarios Volvería ser mujer, El árbol de las mil raíces, Añoranza animal, La quinta soledad y El mundo es un silencio. También los libros de relatos El obelisco de mi abuelo y La sonrisa de la primavera. Publicó La práctica diplomática, libro académico utilizado en universidades centroamericanas.

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Correo: luzlescure@hotmail.com

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