Acorralados, no les queda más que mentir

-Virgilio Álvarez Aragón / PUPITRE ROTO

En solidaridad con Mario Antonio Sandoval
In memoriam de Ileana Alamilla

Puede uno diferir sobre visiones de mundo y de sociedad. Pueden tenerse posiciones hasta encontradas respecto al quehacer de los medios de comunicación como empresas comerciales. Pero a pesar de cualquier diferencia, es necesario, siempre, tener claro que la construcción de sociedades justas y equitativas exige medios de comunicación independientes del poder político, lo que implica, como contraparte, que ese poder respete y estimule esa independencia.

La estrategia del pacto de impunidad, puesta en marcha por los funcionarios públicos de más alto rango para impedir ser juzgados por sus múltiples y diversos delitos, no solo incluye copar todos los espacios de poder que les permitan impedir la acción de los órganos jurisdiccionales de justicia, sino, por lo visto, también incluye atacar artera y maliciosamente a medios y periodistas en particular. No es fortuito, en consecuencia, que en un momento el presidente Morales, principal promotor, articulador y beneficiario de este pacto de impunidad, ataque de manera directa y sin fundamento al periodista Mario Antonio Sandoval, columnista y copropietario de Prensa Libre, y principal accionista del canal por cable Guatevisión, y que días después sea el alcalde de la ciudad de Guatemala, Álvaro Arzú, quien también, con falsedades, ataque al periodista.

A pesar de todas nuestras debilidades y limitaciones ideológicas y políticas, es innegable que en Guatemala se ha producido una renovación crítica y profundamente profesional dentro de los medios de comunicación. Varios dueños de los grandes medios, como es el caso de Sandoval, han sabido entender ese proceso de recomposición ideológica de los medios y, actuando en consecuencia, permiten que nuevos periodistas investiguen y trasladen informaciones que, dado el carácter mafioso en el que la clase política nacional manifiesta, resulten afectando sus intereses.

No hay en estos medios un proyecto por controlar o chantajear al poder. Hay, simplemente, un compromiso con la información que, por referirse al ejercicio del poder y uso de recursos públicos, interesa a la población. Ejemplar resulta, en este sentido, el reciente reportaje de Luis Ángel Sas, publicado por el vespertino tabloide Nuestro Diario, referido al uso abusivo e irresponsable de los recursos públicos para satisfacer los gustos extravagantes del presidente Morales. Se privilegió la calidad y objetividad de la información, ofreciéndola a un sector de población muchas veces dejado de lado por los medios electrónicos y escritos.

La mayoría de los nuevos medios nativos electrónicos han venido a renovar la labor informativa del país. La manera como han tenido que enfrentar la competencia por atrapar segmentos del mercado -publicidad y lectores- felizmente no les ha permitido que entren en contubernio y complicidad con quienes malversan los recursos públicos, tal y como sucedió con los canales abiertos y su cadena radial que, para mantener su monopolio, se han convertido en simples repetidores de las falsas informaciones y hasta mentiras de quienes ejercen el poder público.

Pero a pesar de todos estos esfuerzos, es notorio que el pacto de impunidad, establecido entre el presidente Morales, el alcalde Arzú y los políticos que les sirven, ha decidido atacar, denigrar y descalificar a aquellos periodistas y medios que no les son afines, tal y como últimamente han procedido contra Mario Antonio Sandoval. Saben, perfectamente, que mientras exista una prensa independiente, capaz de ofrecer informaciones confiables sobre el uso abusivo y corrupto del poder, su intento por mantener desinformada y manipulada a la población tendrá valladares significativos.

Es por ello que, junto a la denuncia documentada de todo lo que huela a corrupción, urge la construcción de procesos que movilicen a la población para aprobación de una ley de medios de comunicación que, cerrando el paso a los monopolios, permita que los medios mantengan un compromiso con la objetividad y un alejamiento absoluto de los intereses particulares de quienes ejercen temporalmente el poder público.


Imagen tomada del muro de Facebook de Edwin Ortega.

Virgilio Álvarez Aragón

Sociólogo, interesado en los problemas de la educación y la juventud. Apasionado por las obras de Mangoré y Villa-Lobos. Enemigo acérrimo de las fronteras y los prejuicios. Amante del silencio y la paz.

Pupitre roto

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