Roberto Ganddini | Para no extinguirnos / ESPIRAL
El agua es fundamental para la vida, ya que sin ella simplemente no podría subsistir ningún ser vivo. Decimos comúnmente que el cuerpo humano está formado en su mayor parte por agua, cada célula de nuestro cuerpo tiene una cantidad de agua de acuerdo a su capacidad.
Cuando analizamos el origen de la vida, vemos que esta no podría haberse dado sin el agua. Según Oparin, fue precisamente en el agua donde se originó la vida y aparecieron los primeros coacervados.
En nuestro país hubo un crecimiento poblacional desordenado, seguido por la falta de control del uso del agua en las diferentes comunidades. Pero lo más nefasto es que las fábricas y otros medios de producción (agrícolas e industriales) no tomaron el cuenta el uso adecuado del agua servida. Es decir que solo utilizaron el agua para su beneficio, no importándoles el tratamiento que se le podría dar para seguir contando con el recurso hídrico esencial para la vida.
El agua no es ilimitada, si no la conservamos, simplemente se agota y desaparece; y cuando desaparezca, también desaparecerá la vida. Muchos de los que crecimos en la capital de Guatemala recordamos los barrancos alrededor de la ciudad. En estos barrancos se encontraban muchos yacimientos de agua, donde se construían piscinas para recreación de los vecinos, estamos hablando dentro del perímetro de la capital de Guatemala. Las condiciones socioeconómicas de la población hicieron que estos barrancos fuesen utilizados como viviendas satélites o asentamientos humanos, lo cual provocó la destrucción de la flora y la fauna del lugar, y el agotamiento del agua que se encontraba en esos lugares.
De igual forma sucede con otros puntos hídricos del país, los cuales se agotan debido al uso desmedido del agua y sin ningún tratamiento posterior, lo que hace que estas aguas servidas sean arrojadas a los ríos, provocando una contaminación muy grande.
Recuerdo visitar hace algunos años, en Quetzaltenango, la parte donde salen las aguas servidas altamente contaminadas con heces fecales y otros, con un caudal que en minutos llenaría una piscina. Dichas aguas servidas son arrojadas al río Samalá, el cual corre contaminado por toda la cuenca hasta llegar al Pacífico. Este es solo un ejemplo, igual sucede con otros departamentos y municipios del país, tenemos el caso del río Motagua, que atraviesa gran parte del territorio y, por donde pasa, recibe agua servida contaminada y desechos químicos de los productos utilizados en la agricultura por grandes agricultores.
Este fenómeno no es nuevo, pero conforme la producción se ha incrementado, es mayor la utilización de químicos para combatir plagas en los cultivos. Los residuos de estos químicos van a caer precisamente a los ríos, los cuales son contaminados al exterminar sus microorganismos y romper así la cadena biológica de las fuentes hídricas, terminando en contaminaciones como la del lago de Amatitlán.
Luchar contra la contaminación de los recursos hídricos es algo de vital importancia, no solo para la protección del ambiente, sino de la vida del ser humano. La contaminación de los ríos principalmente se lleva a cabo por el incremento de:
- Productos químicos
- Microorganismos
- Aguas residuales o aguas servidas
- Residuos industriales y otros
Ahora vemos como la palma africana está ganando espacio en la producción de Guatemala, lo que genera grandes problemas de contaminación, tanto por el uso de la tierra, como por los contaminantes químicos. Ya se dio el caso del río La Pasión, en donde muchos seres vivos aparecieron muertos a causa de la contaminación. Hasta la fecha no se han tomado medidas necesarias para evitarlo, al contrario, los dueños de las plantaciones han amenazado a las comunidades.
Otra forma de contaminación que se está dando actualmente es por el mal llamado turismo ecológico, el cual consiste en llevar a un grupo numeroso de personas a lugares santuarios del hábitat, pero, en lugar de proteger el entorno, estas empresas destruyen el sistema ecológico para que los turistas ecológicos se sientan mejor. Quiero decir que estas prácticas estándestruyendo lo poco que nos queda de fauna y flora.
El turismo ecológico debe concentrarse en apoyar a la recuperación del hábitat, por ejemplo, reforestación, cuidado de animales en riesgo de extinción, educación ambiental, cuidado de las fuentes de agua, etcétera.
¿Qué pasa cuando un río se contamina? Pues sencillamente mueren todos los organismos que allí se encuentran. Esta muerte es paulatina, porque mientras más productos extraños lleguen a la fuente de agua, el oxígeno existente va disminuyendo y así mueren los seres vivos, dando lugar a bacterias anaeróbicas (no necesitan oxígeno) que producen gases como metano y otros, los cuales son dañinos para la vida. Así, estas fuentes hídricas empiezan a terminar con toda la vida existente y contaminan otras fuentes hídricas, como es el caso de los ríos que llegan a los lagos y otros cuerpos de agua, que luego llegan al mar para continuar con la contaminación.
¿Qué haremos para conservar el vital líquido?
Lo primero es el apoyo a la promulgación de leyes que permitan el buen uso del recurso agua, actualmente no hay una ley de aguas que delimite su uso y normas para prevenir la contaminación.
La educación ambiental es fundamental y tiene que estar en el pénsum de todo estudiante desde el primer año escolar.
Las diversas formas de comportamiento humano con base a al cuidado del medio ambiente
Participación en sectores que luchen en contra de la contaminación.
Terminar con las prácticas agrícolas que contaminan los cuerpos de agua.
Normar el residuo de aguas que se producen en las industrias, fábricas, etcétera.
Crear plantas de tratamiento en todas las zonas urbanas para que el agua no contamine cuando llegue a los ríos (esta tendría que ser una prioridad en las alcaldías del país).
Podemos citar muchas más pero lo principal es tomar conciencia que sin el recurso hídrico, la vida en la tierra se terminará.
Fotografía principal tomada de Soy502.
Roberto Ganddini

Actualmente trabajo en la Universidad de San Carlos donde soy el Director Administrativo del Centro Universitario Metropolitano (CUM). De formación Agrónomo y con estudios en administración y Economía. Así como un diplomado de Desarrollo sostenible y prevención de desastres (FLACSO). Dentro de los diversas actividades escribo para el periódico de la Universidad de San Carlos especialmente sobre problemas de medio ambiente. Pero también de carácter social y coyuntura actual. Así como problemática interna de la USAC.
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