Mario Polanco | Política y sociedad / NO MÁS IMPUNIDAD
Con el gobierno de Carlos Arana Osorio se fortalecen las estructuras clandestinas que habían sido empoderadas durante los gobiernos de Peralta Azurdia y Julio Cesar Méndez Montenegro. Estas redes criminales inician el proceso de captura del Estado a partir del control que ejercen de las aduanas.
Este factor incide en el surgimiento de los escuadrones de la muerte que eran financiados ilegalmente con recursos obtenidos de la corrupción; surgen con un objetivo bien definido, fortalecer la contrainsurgencia, sumándose a las acciones del Ejército, Policía Nacional, Guardia de Hacienda, Policía Militar ambulante y otras que se dedicaban a violar los derechos humanos.
Con la llegada de Kjel Laugerud a la Presidencia se abren algunos espacios de organización que son aprovechados por los movimientos sociales, sin imaginar que a partir de 1978, con la llegada a la Presidencia de Fernando Romeo Lucas García, se iniciaría una de las peores etapas del terror impulsado desde el Estado.
Miles de estudiantes, líderes de pobladores, sindicalistas, académicos y cualquier persona que se colocara al lado de una oposición al militarismo y la corrupción caerían víctimas de las acciones cometidas por el Estado. Este periodo de represión se prolongó durante tres gobiernos: Lucas García, Ríos Mont y Mejía Víctores.
Con la llegada de Mejía Víctores se incrementa el número de personas desaparecidas por razones políticas, más de 600 víctimas entre agosto de 1983 y marzo de 1984 provocaron que madres, esposas, hermanas e hijas de las víctimas se dedicaran a buscar a los desaparecidos en morgues, hospitales, centros de detención o en cualquier lugar en el que hubiera sospecha de que podrían haber estado.
En ese proceso de búsqueda, las mujeres se encontraron reiteradamente, al interactuar supieron que cada una enfrentaba una situación similar, por lo que optaron por unir esfuerzos para ser escuchadas, así se movían en grupo y se apoyaran mutuamente.
Por medio de una conferencia de prensa el 4 de junio de 1984 surge públicamente el Grupo de apoyo mutuo por el aparecimiento con vida de nuestros familiares y seres queridos –GAM–, que, con la demanda «si vivos se los llevaron, vivos los queremos», realizó manifestaciones cada viernes por la tarde frente al Palacio Nacional.
El surgimiento del GAM provoca malestar en las autoridades militares debido a que, por primera vez en la historia, el Ejército es señalado directa y públicamente de ser el responsable intelectual y material por los miles de crímenes que se vienen cometiendo en todo el territorio nacional,
Enfrentando la captura ilegal, tortura y ejecución extrajudicial de algunos de sus dirigentes, el GAM se mantiene e intensifica sus esfuerzos en favor del pleno respeto de los derechos humanos, pidiendo reiteradamente que los responsables de los abusos cometidos por la institución militar sean investigados, procesados y castigados.
Además, mantiene la demanda de que se conozca la verdad acerca de lo ocurrido, que se busque y localice a las miles de víctimas de desaparición forzada y se conforme una comisión nacional de búsqueda de personas desaparecidas por razones políticas.
35 años más tarde, el GAM continúa trabajando en favor del fortalecimiento de la democracia, del Estado de derecho y de que haya instituciones fuertes, sobre todo para que no se repitan nunca más los hechos del pasado.
Mario Polanco

Graduado en la Universidad de San Carlos de Guatemala de licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, con Maestría en Seguridad y Defensa por la Universidad Mariano Galvez, actualmente director del Grupo de Apoyo Mutuo. Activista de derechos humanos, haciendo esfuerzos para que no haya más impunidad.
Correo: mariopolan@yahoo.com
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