20 años después, la lucha continúa

Carlos Enrique Fuentes Sánchez | Política y sociedad / EL EDUCADOR

Hoy se cumplen 20 años del atroz asesinato de monseñor Juan Gerardi Conedera, uno de los obispos latinoamericanos más destacados en la defensa de los derechos humanos que manifestó su afán de justicia propiciando las acciones para la elaboración del Informe Recuperación de la Memoria Histórica -REMHI-, titulado Guatemala, nunca más, por el cual le quitarían la vida dos días después de su presentación.

¿Involucrados y culpables? Son muchos los personajes involucrados, para bien o para mal, en el asesinato del obispo Gerardi, pero basta con señalar que, aparte de su asistente, el padre Mario Orantes, ¡y hasta el perro Balú!, posteriormente fueron señalados, enjuiciados y condenados, los militares Byron Lima Oliva, Byron Lima Estrada y el sargento del Estado Mayor Presidencial Obdulio Villanueva, quienes fueron enviados a la cárcel después de un largo proceso judicial.

¿Tiene sentido recordar un hecho ocurrido hace 20 años? Definitivamente sí. Por un lado, para mantener viva la memoria histórica, esa que nos permite no olvidar las injusticias ocurridas en nuestro país, y por otro lado, para evitar que estos hechos vuelvan a repetirse.

¿Por qué lo mataron? Porque el informe REMHI da detalles de las causas que originaron el enfrentamiento armado interno, de los responsables de los crímenes contra la población guatemalteca. Pensaron que, asesinando a monseñor, el informe pasaría a un segundo plano y que nadie le daría la importancia que se esperaba. Se equivocaron a lo grande, porque precisamente el asesinato de Gerardi motivó aún más el deseo de conocer el contenido de informe.

Veinte años después, el informe REMHI continúa siendo consultado por especialistas y sigue siendo empleado por defensores de los derechos humanos para dar conferencias sobre el conflicto armado interno ocurrido en Guatemala y evidenciar los hechos delictivos realizados por el Ejército Nacional, los patrulleros de autodefensa y los comisionados militares, así como otros aparatos paramilitares del Estado.

A pesar de que el general Efraín Ríos Mont, como presidente del Congreso de la República, no quiso aprobar que el Currículum Nacional Base incluyera lo relacionado al conflicto armado interno; la libertad de criterio docente establecida en la Constitución Política de Guatemala ha permitido y seguirá permitiendo que, maestros de todos los niveles educativos, puedan enfocar el tema para que las nuevas generaciones conozcan los hechos ocurridos en dicha guerra y puedan tomar conciencia del papel que desempeñó el Ejército Nacional bajo las órdenes de la oligarquía nacional e internacional.

Resulta, entonces, de gran valor social, recordar el asesinato de monseñor Juan Gerardi, para darle vida a una de las recomendaciones de la Comisión del Esclarecimiento Histórico, la de mantener viva la memoria histórica mediante el homenaje póstumo a las víctimas del conflicto armado interno y a aquellos que, posterior a la firma de la paz en diciembre de 1996, continuaron la lucha contra los aparatos de represión y en busca de justicia social para esta aguantadora, pero también luchadora, sociedad guatemalteca.

Usted que lee este artículo y que probablemente leerá otros reportajes recordando la muerte de Gerardi, no debe quedarse en la simple lectura y recordatorio de uno de los más infames asesinatos perpetrados por el Ejército Nacional y avalado por aquellos que siempre han querido tener el poder en sus manos, aun a costa de la vida de insignes personajes guatemaltecos de los diversos estratos que soñaron con una Guatemala diferente. Junto a la lectura y recordatorio, debe también promover acciones en su familia, en su cuadra, en su barrio, en la iglesia católica a donde asiste, en la escuela, instituto o universidad donde trabaja, de manera que la muerte de Gerardi, como la de otros mártires de Guatemala, sea reflexionada a la luz de las actuales circunstancias que vive Guatemala.

Usted, que fue amigo o amiga de monseñor Gerardi en vida, que compartió sus pensamientos, sus palabras y su lucha por dar a luz el informe REMHI, debe promover acciones que obliguen al Gobierno y a la Iglesia católica actual a desarrollar, durante el resto del mes de abril, eventos públicos que rememoren la figura de Gerardi como defensor de la justicia y los derechos humanos.

Hoy, mañana y siempre, Juan Gerardi, junto a los mártires del conflicto armado interno, deben estar en la mente, en la palabra y en las acciones de los buenos guatemaltecos, de aquellos guatemaltecos que sueñan con una Guatemala justa, democrática y humana.


Imagen principal tomada de Guatemala.com

Carlos Enrique Fuentes Sánchez

Pedagogo y Educador, con 40 años de experiencia docente en los diferentes niveles del Sistema Educativo nacional; surgido de los barrios pobres de la Capital pero formado en diferentes departamentos de la republica. participante y decisor en procesos y redacción de documentos de trascendencia en la educación nacional en los últimos años. Asqueado de la historia de injusticia social que vive Guatemala desde la invasión Española, así como de la historia de masacres y crímenes políticos sufridos por la población, aspira a una Guatemala diferente, justa, democrática y humana, a la cual se pueda llegar por medio de una educación popular y revolucionaria, para todos y todas.

El educador

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