15 de agosto: la ciudad como país

Marco Vinicio Mejía | Política y sociedad / TRAZOS Y RETAZOS

La fiesta de la Asunción es la fiesta titular de la Nueva Guatemala de la Asunción, fundada en el Valle de la Ermita, en un ámbito de poblados dispersos. La estructura colonial no se modificó en sustancia con el acontecimiento de ciudad llamado la «independencia». La primera mitad del siglo XIX finalizó con la producción de la grana o cochinilla como principal producto de exportación. La población en las zonas de ese cultivo aumentó en un 50 por ciento entre 1842 y 1868. La ciudad de Guatemala tuvo más habitantes al encontrarse en medio de la zona productora.

La reforma iniciada en 1871 provocó una gran expansión urbana y la revalorización de la tierra. Los sectores dominantes se movilizaron hacia el sur y el casco central se ocupó para actividades comerciales. A fines del siglo XIX, la incipiente actividad industrial se ubicó en los accesos a la ciudad y, de manera dispersa, en el mencionado casco central. La destrucción por los terremotos de Santa Marta de 1917 rompió el patrón de desarrollo de ciudad moderna, traído desde el ocaso del siglo XIX.

En la década de 1920, las migraciones desde las zonas rurales provocaron su expansión significativa. El incremento de la población urbana puede atribuirse a la evolución económica hacia niveles más altos de industrialización y de actividades comerciales y de servicios. Entre 1920 y 1950, la proporción de la población en zonas rurales se mantuvo constante pero se alteró sustancialmente de 1950 a 1964, con incrementos a favor de las zonas urbanas. Los éxodos no implicaron que la población rural encontrara en la capital la ocupación o el nivel de vida que los indujo a migrar.

Desde principios del siglo XXI, 5.8 millones de personas viven en centros urbanos, o sea el 47.5 por ciento de la población guatemalteca vive en el área metropolitana o en ciudades, y ejerce inmensa presión sobre los recursos naturales. La centralización de las actividades comerciales, productivas y administrativas se ha acentuado con la modernización neoliberal. Se plantean políticas económicas de concentración de la riqueza y del ingreso; mientras, una política social compensaría los efectos disímiles de esa política. El divorcio entre política económica y política social se evidencia en la carencia de un enfoque global para abordar problemas como el transporte público y el suministro de agua potable al área metropolitana, considerados problemas municipales y no materias de interés nacional.


Marco Vinicio Mejía

Profesor universitario en doctorados y maestrías; amante de la filosofía, aspirante a jurista; sobreviviente del grupo literario La rial academia; lo mejor, padre de familia.

Trazos y retazos

Correo: tzolkin1984@gmail.com

Un Commentario

alfredo porras 17/08/2020

Nunva había oído de un terremoto llamado Santa Marta que ocurrió, según este texto, en la ciudad de Guatemala en el año de 1917.

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